Poco se habla de los 12 mil refugiados judíos que viajaron de Europa a Cuba entre 1933 y 1944 escapando de los nazis. Sin embargo, en pocos años la comunidad cobró fuerza y no son escasas las historias de éxito entre los inmigrantes.
Los judíos dejaron atrás en sus países obras de arte, prósperos negocios, empleos profesionales; pero también su idioma y familiares y allegados que jamás volverían a ver.
La experiencia de estos inmigrantes ha quedado recogida en el documental Cuba’s Forgotten Jewels, a Haven in Havana, que se estrenará durante el Festival de Cine Judío (Miami Jewish Film Festival), que se celebra del 11 al 25 de enero en Miami Beach.
Los realizadores fílmicos recogieron los testimonios de judíos que llegaron a Cuba e hicieron florecer el negocio del pulido de diamantes. “Era una situación en la que todos ganaban porque esa industria contrataba tanto a refugiados judíos como a cubanos”, recuerda una inmigrante sobre las palabras que repetía su madre, que llegó a Cuba con 14 años.
Los judíos llegaban a La Habana y permanecían en cuarentena dentro de un campo de detención de inmigrantes junto a la famosa bahía capitalina. Cuando salían, había que buscarse la vida en un país completamente nuevo.
Algunos abrieron los talleres donde pulían los diamantes que salían de África y que llegaban a la isla a través de Nueva York, el destino con el que la mayoría de ellos soñaba.
Siguiendo la legislación vigente, los talleres debían emplear un 50 por ciento de cubanos. El resto eran refugiados, recuerda El Nuevo Herald.
“Hoy no existe en la isla evidencia física de esos talleres, ni signos de que esa industria existió, y esa fue nuestra única dificultad”, dice una de los realizadores del documental.
“Una vez que empezamos a entrevistar a otros sobrevivientes del Holocausto y a escuchar sus historias, supimos que este documental tenía que hacerse”, añadió.
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