Los orígenes de la iglesia de San Vicente conectan la historia de la ciudad con la presencia judía. Cuenta una leyenda que, tras haber sido mordido por una serpiente venenosa, la víctima, un judío, prometió a Dios convertirse al cristianismo si conseguía curarse. Tras haberse salvado, construyó él mismo el templo primitivo que se convertiría en esta iglesia. A pesar de que los testimonios arquitectónicos que quedan en pie en la judería de Ávila son escasos, aún se puede recorrer calles como la de los Reyes Católicos, donde se instalaron numerosos comercios judíos y la sinagoga de Belfarad, o la antigua calle de los Zapateros –hoy Vallespín– en referencia a uno de los oficios más extendidos entre la comunidad judía.
Foto: AGE fotostock
Artículos Relacionados: