Marcel Freilich Kaplon, un destacado científico y educador, revolucionó la enseñanza de la química en Israel al hacerla accesible y comprensible para los estudiantes. Con una combinación de pasión, dedicación y conocimiento profundo, dejó una huella indeleble en la comunidad académica y en la vida de sus alumnos. A pesar de que su vida fue trágicamente interrumpida el 7 de octubre, su legado sigue vivo en los materiales educativos y proyectos que desarrolló junto a colegas de instituciones como el Instituto Weizmann de Ciencias.
Nacida en Marruecos y emigrada a Israel a los tres años, Marcel creció en Be’er Sheva, donde desde joven mostró un profundo interés por la química. Su pasión la llevó a estudiar en la Universidad Ben-Gurión, donde obtuvo su licenciatura y maestría en química. Luego de servir en el ejército como instructora, se dedicó a la enseñanza en secundaria y más tarde se unió al Instituto Weizmann, donde lideró diversos proyectos para mejorar la enseñanza de la química en el sur de Israel.
Su colega y amiga, la Dra. Miri Kesner, recordó la energía y dedicación de Marcel desde que se conocieron en los años 90: “Era inteligente, dedicada y transmitía energía positiva a todos los que trabajaban con ella. Sabía que llegaría lejos.” Su trabajo en Weizmann impulsó innovaciones en la enseñanza mediante herramientas interactivas en línea, y su doctorado se centró en cómo estas podían facilitar el aprendizaje de temas complejos de química.
A lo largo de su carrera, Marcel contribuyó al desarrollo de materiales educativos que aún hoy forman parte del currículo de ciencias y tecnología en Israel. Entre sus logros más importantes, destacan los libros de texto de química y los proyectos interactivos que introdujo para facilitar la comprensión de esta ciencia en niveles de secundaria. Asimismo, impulsó el concurso “Tenemos química” y lideró comunidades de aprendizaje profesional para profesores de ciencias, fortaleciendo así el sistema educativo del país.
En septiembre de 2023, publicó su último artículo junto con Kesner, semanas antes de su trágico fallecimiento. La Dra. Yael Shortz, otra colega del Instituto Weizmann, la describió como una “bomba de energía” y la recordó por su dedicación y profesionalismo: “Trabajar con ella fue un placer. Siempre levantaba el ánimo y fue fundamental en la formación de profesores y el desarrollo de materiales interactivos.”
El 7 de octubre, Marcel y su pareja, Dror Kaplon, fueron víctimas de un ataque en su casa. Su hijo Ziv y otros miembros de su familia recibieron la desgarradora noticia al día siguiente. Su legado, sin embargo, continúa en la Biblioteca Nacional de Israel y en cada uno de los proyectos que coescribió.
La comunidad académica sigue honrando su trabajo y compromiso. Los programas y contenidos que Marcel desarrolló se mantienen como testimonio de su misión de vida.
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