Marruecos e Israel: reconciliación

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Hace diez días se anunció que normalizaban sus relaciones Israel y Marruecos. Y el caso amerita un análisis, pues se trata de dos países entre los que oficialmente ha prevalecido un estado de guerra durante décadas, sin que, paradójicamente, nunca se haya disparado un tiro entre ambas naciones. Además, una enorme distancia geográfica las separa, por lo que ningún diferendo sobre fronteras ha existido entre ellas. De hecho, el no reconocimiento por Marruecos de la legitimidad de la existencia de Israel se conecta con el establecimiento de éste en 1948, cuando el mundo árabe asumió una postura unificada de belicismo activo o pasivo contra el naciente Estado judío.

Fue precisamente a partir de 1956, en el tiempo en que Marruecos se liberó de la colonización francesa y española, que se detonó un proceso producto de la hostilidad del ya independiente reino marroquí contra Israel. Se trató de la expulsión de la inmensa mayoría de la comunidad judía residente en Marruecos, cuya presencia en esa zona databa de siglos atrás y que en ese momento contaba con más de 250 mil almas. La hostilidad árabe contra el establecimiento de Israel, común en todas las naciones árabes de ese tiempo, se manifestó en Marruecos —pero no sólo ahí— en persecución, confiscación de bienes, violencia callejera e incendio de sinagogas y espacios de la vida judía, lo que forzó a los judíos a huir de los lugares donde se habían arraigado desde mucho tiempo atrás y donde habían cultivado su cultura al lado de, y en convivencia con sus vecinos árabes-musulmanes.

Poco más de 140 mil judíos marroquíes arribaron a Israel en esa huida masiva, mientras que la casi totalidad de los restantes miembros de ese conglomerado pudieron instalarse en Francia al contar con la facilidad que les otorgaba esa nación en razón de su pasado colonialista sobre Marruecos. Los que se asentaron en el país galo fueron, sobre todo, los integrantes de la élite intelectual y económica de la comunidad judía, inyectando así nueva vitalidad a la judería francesa, diezmada por efecto de la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto. Mientras tanto, las clases menos favorecidas arribaron a Israel, el cual contaba apenas con una década de vida independiente y, por ende, pasaba por tiempos complicados, abrumado por las guerras padecidas y por la necesidad simultánea de absorber a las oleadas de migrantes judíos que llegaban desde todos los confines del mundo árabe, donde prevalecían situaciones de nacionalismo exacerbado, para el cual los judíos formaban parte del bando enemigo.


Ciertamente, la migración judeo-marroquí fue una de las más complicadas para Israel, ya que, al llegar sin el cobijo de su liderazgo, de sus intelectuales y de sus correligionarios prominentes, enfrentó una diversidad de problemas para su adaptación al nuevo país. Ello se manifestó, entre otras cosas, en movimientos de protesta social de su parte, a fines de la década de los sesenta, en demanda de mayores y mejores condiciones de vida. Pero el hecho es que, con el paso del tiempo, esa ola migratoria logró una integración relativamente adecuada, sin perder por ello la nostalgia por el Marruecos del que fueron arrancados.

De hecho, en años recientes y aún sin relaciones formales con Israel, el gobierno de Marruecos permitía la llegada a sus tierras del turismo israelí, buena parte de él integrado por los hijos y nietos de los expulsados a fines de la década de los cincuenta, deseosos de conocer los lugares donde vivieron sus ancestros. También ha sido un hecho conocido que tanto el anterior rey Hassán II, como su hijo, el actual rey Mohamed VI, desarrollaron una relación cordial con la pequeñísima comunidad judía que siguió viviendo en Marruecos y en la actualidad consta de tan sólo 5,000 miembros.

Con esta historia detrás, puede considerarse que después de que la administración de Trump propició la normalización de relaciones de Emiratos Árabes, Bahréin y Sudán con Israel, resulta lógico que Marruecos haya seguido en la lista. Más aún si se considera que Trump le ofreció a la monarquía de Mohamaed VI no sólo jugosas inversiones, sino, también y sobre todo, el reconocimiento de Estados Unidos a la soberanía marroquí sobre el Sahara Occidental, cuestión que se sale de la norma que prevalece internacionalmente acerca del conflicto estallado desde 1975 entre el pueblo saharaui y el Estado marroquí. El primero reclama su plena independencia, mientras que el segundo pretende integrar la totalidad del Sahara Occidental a sus dominios.

Acerca de Esther Shabot Askenazi

Licenciada en Sociología egresada de la UNAM (1980), con estudios de maestría en Sociología en la UNAM y con especialización en Estudios Judaicos en la Universidad Iberoamericana. (1982-1985) Fue docente en la ENEP Acatlán, UNAM durante 10 años (1984-1994). Actualmente es profesora en diversas instituciones educativas privadas, judías y no judías.De 1983 a 1986 fue colaboradora semanal del periódico "El Nacional" tratando asuntos del Oriente Medio.Desde 1986 hasta la fecha es editorialista semanal en el periódico Excélsior donde trata asuntos internacionales.Es comentarista sobre asuntos del Medio Oriente en medios de comunicación electrónica.Publicaciones:"Los orígenes del sindicalismo ferrocarrilero". Ediciones El Caballito S.A., México, 1982.En coautoría con Golde Cukier, "Panorama del Medio Oriente Contemporáneo". Editorial Nugali, México, 1988.Formó parte del equipo de investigación y redacción del libro documental "Imágenes de un encuentro. La presencia judía en México en la primera mitad del siglo XX" publicado por la UNAM, Tribuna Israelita y Multibanco Mercantil, México, 1992.Coautora de "Humanismo y cultura judía". Editado por UNAM y Tribuna Israelita. José Gordon, coordinador. México, 1999.Coordinadora editorial de El rostro de la verdad. Testimonios de sobrevivientes del Holocausto en México. Ed. Memoria y Tolerancia, México, 2002.Redactora de la entrada sobre "Antisemitismo en México" en Antisemitism: A Historical Encyclopedia of Prejudice and Persecution". Ed. ABC CLIO, Chicago University, 2005."Presencia judía en Iberoamérica", en El judaísmo en Iberoamérica. Edición de Reyes Mate y Ricardo Forster. EIR 06 Enciclopedia Iberoamericana de Religiones. Editorial Trotta. , Madrid, 2007.Artículos diversos en revistas de circulación nacional e internacional.

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