Mientras colocamos el foco en la cumbre en Washington, rezamos para que nos conduzca a la firma de un histórico tratado de paz entre Israel y los palestinos, que traiga tranquilidad, prosperidad y seguridad a los pueblos de la región. Con un futuro común y mejor en mente, el pueblo judío en la Diáspora e Israel debe trabajar, en conjunto, por el beneficio de las generaciones por venir y un futuro más brillante. En este contexto, es imperativo que el espíritu de hermandad y el lazo más cercano con Israel continúen siendo parte de la educación judía y sionista de la juventud judía en la diáspora.
Creo que la experiencia directa, que proveen las visitas a Israel, juega un rol significativo para alcanzar dichos objetivos. En un período en el que los intentos por deslegitimar a Israel, como Estado judío, son incesantes, es esencial que nosotros, en Israel, y el pueblo judío a través del mundo, busquemos, entre todos, frustrar esos esfuerzos. Debemos movilizar nuestras fuerzas para exponer las mentiras y destacar los valores del pueblo judío a través de las épocas, basados en los Diez Mandamientos, así como los valores morales y éticos que constituyen las bases de nuestro país y nuestro pueblo. Además, es vital que apoyemos a la comunidad internacional en la lucha contra los líderes fanáticos, armados con armas nucleares, que niegan el Holocausto y llaman a la destrucción del Estado de Israel.
En un mundo en el que la ciencia y la tecnología clasifican en un alto nivel, Israel continúa ubicado a la vanguardia. En verdad, nos enorgullece la Profesora Ada Yonath, del Instituto Weizmann, que recibió el Premio Nobel de Química, y el Profesor Elon Lindenstrauss de la Universidad Hebrea, quien fuera acreedor de la prestigiosa Medalla Internacional para los Descubrimientos Sobresalientes en Matemáticas, por sus logros y por otorgarle tal mérito a Israel y al pueblo judío. Nuestra misión, en los años por – venir, es fortalecer nuestra unión en cuestiones que afectan el destino y el futuro nuestro. Debemos trabajar, juntos, en armonía para alcanzar acuerdos a través del diálogo. La solidaridad, hermandad, tolerancia y entendimiento son las bases para una familia fuerte y segura. No podemos, y no debemos, permitir que los desacuerdos nos desgarren.
Debemos dedicarnos, de manera colectiva, al bienestar del pueblo judío. Con este espíritu, transmito mis mejores deseos a nuestros hermanos en todo el mundo, para un año de paz, gozo, buena salud y prosperidad.
Shana Tova U´Metukah
Shimon Peres.
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