No te vengues y no guardes rencor
Nos dice la Torá: “No te vengues y no guardes rencor hacia tu prójimo. Ama a tu prójimo como a ti mismo; Yo soy Hashem”.
Una vez, un niño estaba construyendo un castillo de arena en la playa, cuando llegó un hombre y se lo pisó con sus botas. El niño corrió hacia su padre y llorando le pidió que hiciera justicia contra aquel hombre. Su padre lo escuchó, más no le hizo mucho caso, siendo que sabía que lo que hizo aquel hombre era algo insignificante. Sin embargo, el niño por su corta edad, pensó que había que castigar al hombre severamente por lo que le había hecho.
De acuerdo a nuestros Sabios, la Torá nos ordena no vengarnos ni guardar rencor hacia las malas acciones del prójimo, tanto con nuestra persona, como con nuestros bienes materiales, ya que, en nuestro corto entendimiento, aunque pensamos que lo que el otro nos hizo es muy grave, Dios sabe perfectamente la importancia de llegar al “Mundo Venidero” sin resentimientos. Los daños terrenales son como aquel insignificante castillo de arena, que no vale la pena ni siquiera vengarse ni guardar rencor en el corazón.
“Es difícil sentirlo, pero trabajando nuestra “fe” en Dios, la Torá y Sus preceptos, con el tiempo será más fácil asimilarlo y aplicarlo”.
Saludos.
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