México en la Segunda Guerra Mundial, 1942-1944: El pago por las conquistas de la Revolución

Por:
- - Visto 8529 veces

El objetivo del presente ensayo es mostrar que la participación de México en la Segunda Guerra Mundial obedeció a la necesidad de pagar las conquistas revolucionarias tales como expropiación de tierras y la expropiación petrolera, por lo tanto el gobierno mexicano se legitimaba internacionalmente con la participación mexicana en el conflicto. Este ensayo es parte de mi tesis de licenciatura con el mismo título.

En la arena internacional la Revolución mexicana fue uno los movimientos armados que enfrentaron al sistema capitalista vigente a principios del siglo XX, puesto que el porfiriato había puesto en manos extranjeras gran parte del capital, sobre todo el petróleo. Al estallido del movimiento las grandes potencias con intereses en México trataron de proteger a sus intereses, el asesinato de Madero para autores como Lorenzo Meyer fue una muestra de los intereses petroleros estaban dispuestos a defender a cualquier precio sus propiedades.

La internacionalización de la Revolución mexicana, origen de los compromisos diplomáticos mexicanos y primeros indicios de independencia diplomática 1910-1929.


En octubre de 1888, cuando los Estados Unidos cerraron su frontera a la conquista interior, empezó la migración de los grandes Trusts de negocios y servicios financieros, United Fruit (frutas y legumbres), Rockefeller (petróleo), Morgan (bancos), Carnegie (aceros), Vanderbilt (ferrocarriles) y otras empresas menores, dando inicio la expansión imperialista de los Estados Unidos, con la democracia neocolonial en América Latina. Para lograrlo el Secretario de Estado del Presidente Harrison propuso al Congreso la formación de una Unión Internacional Americana que asegurara mercados más extensos. En consecuencia, a mediados de 1889 representantes de doce naciones americanas deliberaron la apertura de mercados; el resultado fue contrario a lo pensado por los Estados Unidos, puesto lo que se logró fue un primer intento de nacionalismo diplomático consistente en reglamentar primigeniamente las arbitrariedades del sistema capitalista liberal en boga.

No obstante lo anterior, nació la Unión Panamericana de Naciones en lo que formalmente se llamó la Primer Conferencia Internacional Americana. El organismo recién creado tuvo como primer director a un agente de negocios estadounidense en América del Sur, William E. Curtis; su sede se encontraría en Washington DC. y sería dependiente por mucho tiempo de los órganos de la Secretaria de Estado estadounidense, ciertamente el Derecho Internacional fomentaba el imperialismo capitalista contra las nacientes naciones de América Latina.

Algunos periodistas en el año de 1881 mostraban preocupación por la falta de regulación de los capitales extranjeros, al respecto nos menciona Robert Freeman Smith que un colaborador del diario El Pacífico decía:

La invasión es pacífica y promete halagüeños resultados a los norteamericanos que siembran su oro por toda la república. Las empresas ferrocarrileras, la compra de minas y propiedades agrícolas son los medios que se emplean para hacer que desaparezca la autonomía de México.

El estallido de la Revolución de inmediato impulsó a los gobiernos de los Estados Unidos y Gran Bretaña a intervenir para proteger sus inversiones, prueba de ello es el apoyo que el embajador Henry Lane Wilson dio para que se llevara a cabo el cuartelazo en el que fueron asesinados el Presidente de la República Francisco I. Madero y el Vicepresidente José María Pino Suárez. En 1913 el demócrata Thomas Woodrow Wilson tomó posesión de cómo Presidente de los Estados Unidos pero la política de intervención en apoyo a sus capitales no varió, muestra de ello fue la invasión a Veracruz en 1914 y la expedición punitiva en 1917.

Por otra parte, la diplomacia de la Buena Vecindad permitió que ciertas conquistas impulsadas por los gobiernos emanados de la revolución mexicana se pudieran llevar a cabo, una de ellas y la más importante es la expropiación petrolera. Para 1938 la expansión de la Alemania nazi, el Imperio japonés y la Italia de Mussolini preocupaban al presidente de los Estados Unidos Franklin Delano Roosevelt quién utilizó su política de la Buena Vecindad para asegurase la colaboración continental.

La expropiación petrolera constituyó la prueba de fuego de dicha política, puesto que empresarios petroleros en alianza con algunos funcionarios gubernamentales mexicanos boicotearon la economía nacional bloqueando el acceso de las mercancías mexicanas a los mercados estadounidense y de algunos países europeos. Dicha situación fue aprovechada por el gobierno de Hitler, cuyo Ministerio del Comercio invitó al gobierno cardenista a establecer negociaciones para que México vendiera petróleo a los alemanes.

A la etapa previa a la entrada mexicana en la Segunda Guerra Mundial le llamo neutralidad beligerante, puesto que desde la neutralidad el gobierno mexicano apoyaba a uno de los bandos en el conflicto, no solo vendiendo petróleo, si también con la protección a los españoles republicanos, a los antinazis y el apoyo cardenista al sistema interamericano de naciones.

La diplomacia revolucionaria garantizó la inserción del país en el capitalismo, mediante el impulso de reformas internas que necesariamente requerían la legitimación internacional, por ello desde 1910 hasta 1950 las élites que gobernaron al estado mexicano, primero en la guerra civil y luego en la reconstrucción nacional, desplegaron una diplomacia tendiente a proteger las reformas emprendidas. La doctrina Carranza y una de sus ramificaciones (Doctrina Estrada) son ejemplos de ello.

Mediante una vigorosa acción el mundo exterior, los gobiernos revolucionarios se legitimaron en lo interno, la entrada de México en la Segunda Guerra Mundial bajo el lema “Unidad Nacional” fue el motor que propició la definitiva instauración del régimen posrevolucionario, mediante el corporativismo sindical represor y la incorporación de los sectores medios e industriales al corporativismo oficial.

La industrialización fue uno de los alcances que México tuvo al participar en el conflicto, el mercado estadonunidense importó materia prima mexicana necesaria para su esfuerzo bélico y la industria mexicana produjo insumos necesarios para la economía nacional. Pero el esfuerzo militar mexicano también afectó a las clases trabajadoras y campesinas, por diversos factores entre los cuàles menciono la carestía de la vida ocasionada por la escasez de víveres, el abandono del campo por la incipiente industrialización.

La entrada del país a la guerra al lado de los Estados Unidos y sus aliados, representó el despegue del cine nacional, aunque en un principio el cine sirvió como vehículo de propaganda para la causa aliada fomentando el patriotismo, nacionalismo y la cultura machista. Como producto de la entrada mexicana al conflicto, el problema migratorio entre el país y los Estados Unidos tuvo soluciones parciales, como prueba de ello se firmaron entre los dos gobiernos una serie de acuerdos tendientes a la contratación de trabajadores migratorios agrícolas y no agrícolas, planteando problemas como el despoblamiento de tierras producto de la emigración y sobre todo el problema actual del desaparecido fondo de ahorro que hasta el año 2004 no se había entregado a sus respectivos dueños.

México contribuyó también al esfuerzo aliado mediante la celebración de un convenio para permitir la realización del servicio militar de nacionales en los Estados Unidos, muriendo 15 mil connacionales en tierras europeas, asiáticas. El punto culminante de la participación militar mexicana en el conflicto, fue el envío del Escuadrón 201 a tierras filipinas en el marco de la beligerancia diplomática nacional.

CONCLUSIONES.

La Revolución mexicana fue simplemente una búsqueda de un rumbo propio dentro del sistema capitalista, por ello los gobiernos que surgieron de dicha gesta armada en lo interno procuraron establecer algunos equilibrios entre el capital y el trabajo y entre los campesinos y los grandes propietarios.

2 comentarios en «México en la Segunda Guerra Mundial, 1942-1944: El pago por las conquistas de la Revolución»

Responder a Jordan Olivares García Cancelar Respuesta

A fin de garantizar un intercambio de opiniones respetuoso e interesante, DiarioJudio.com se reserva el derecho a eliminar todos aquellos comentarios que puedan ser considerados difamatorios, vejatorios, insultantes, injuriantes o contrarios a las leyes a estas condiciones. Los comentarios no reflejan la opinión de DiarioJudio.com, sino la de los internautas, y son ellos los únicos responsables de las opiniones vertidas. No se admitirán comentarios con contenido racista, sexista, homófobo, discriminatorio por identidad de género o que insulten a las personas por su nacionalidad, sexo, religión, edad o cualquier tipo de discapacidad física o mental.


El tamaño máximo de subida de archivos: 300 MB. Puedes subir: imagen, audio, vídeo, documento, hoja de cálculo, interactivo, texto, archivo, código, otra. Los enlaces a YouTube, Facebook, Twitter y otros servicios insertados en el texto del comentario se incrustarán automáticamente. Suelta el archivo aquí

Artículos Relacionados: