Mi rival ha estado conmigo desde que tengo uso de razón.
Usa infinidad de mascaras, de tristeza, de dolor, de depresión, desesperanza y derrota…
A lo largo de tantos años me he dado cuenta que puedo vencer a mi rival…
En situaciones difíciles, estando ya totalmente vencido, siempre y cuando mi mente no se haya rendido, aferrandome a la esperanza como último recurso y dispuesto a luchar con mis muy mermadas fuerzas;
muy finalmente he logrado vencer a mi rival con su mascara en turno.
He logrado vencer porque mi rival no es invencible me consta…
Al yo estar vencido, empiezan a despertar en mi caminos nuevos, desconocidos para mi que con voluntad esperanza y fe, los camino y empiezo a volverme a levantar.
El ser humano guarda dentro de si caminos desconocidos aun para el mismo, para que los descubra, es necesario que penetre en ellos el dolor…
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