“Todo el mundo se la pasa hablando de los viejos tiempos: que las películas eran mejores, que los actores eran superiores, que la gente era más solidaria. Lo único que yo sé de los viejos tiempos es que ya pasaron.”
Kirk Douglas.
La vida en la ciudad me sacó rápidamente de sentir que soy una persona que responde a una ideología, a un ideal. No dejé de tener mi ideología o mis ideales, pero el orden de la vida cambió.
Israel no era el kibutz tal como yo sentía o quería sentir durante toda mi vida. Al fin y al cabo, no era más que un 3% de la población y su importancia estaba en los valores que transmitía o que se transmitían en el mensaje oficial, interno y externo. La propaganda, aprovechando la historia, era muy efectiva.
En el país había grandes grupos sociales, en parte marginados, que venían de diversos países, con diversas culturas y en gran medida veían al Kibutz como una élite de bienaventurados, que se aprovechaban de muchas facilidades que brindaban los gobiernos laboristas, socialistas.
El trauma de la guerra de Yom Kipur de 1973 y la utilización demagógica del conflicto social, otorgaron en 1977 a Menajem Begin y su partido de derecha, el gobierno. Este fue un cambio, una revolución, por primera vez cambiaba el orden ideológico de los gobiernos de Israel.
Ante este cambio muchos de mis amigos, e inclusive yo, manifestamos que en esas condiciones lo mejor es irse del país. No, nadie se fue por esa razón, aunque mas de uno le sea cómodo manifestar que su abandono se debió a ese motivo.
La ciudad me obligó a integrarme de pleno a la vida laboral, cubrir el presupuesto familiar, la educación de las niñas e incluso de la madre, se convirtieron en objetivos primordiales. Mi sionismo en la práctica se convirtió en convertirme en ciudadano de Israel, votar en las elecciones por los partidos políticos que respondan a mi ideología, ser miembro del partido político, e incluso dar mi ayuda práctica en el día de las elecciones. Obviamente, participar en manifestaciones a favor de la paz, era parte de mi activismo político.
Mi agenda política de aquellos años, era seguir con todo intento que traiga acuerdos de paz a esta zona, aunque el terror palestino mantenía una cruenta guerra con el estado, extraigo de Internet: Una dura lucha llevó a cabo Rabin contra el terror árabe. Los terroristas intentaron todo camino para golpear a Israel: secuestro de aviones, captura de rehenes. Al ser secuestrado en junio de 1976 el avión de Air France que se dirigía de Israel a Europa, que llevaba 244 pasajeros y 12 miembros de la tripulación, y aterrizado en Entebbe, en Uganda, a donde habían sido llevados raptados por un grupo terrorista palestino (primer gobierno de Rabin, fue reemplazado por Begin 1977).
11 de marzo 1978: 11 palestinos llegados desde el Líbano a través del mar desembarcan a 30 kilómetros de Haifa y abren fuego sobre un autobús. El comando de Al Fatah secuestra uno de los vehículos con un centenar de pasajeros a bordo y le obligan a dirigirse a Tel Aviv. Cuando el Ejército trata de liberar el autobús, los terroristas lo hacen estallar causando 39 muertos y 80 heridos.
Ante actos así las herramientas que tenía yo iban quedando cortas. Era testigo de la radicalización derechista y religiosa, mesiánica, del pueblo. Manifestaciones contra los asentamientos en Cisjordania, que era obviamente la llave para la paz, fueron perdiendo fuerza. En el año 1977 se estima que había 4,000 “colonos” y gracias al apoyo oficial que los denominaba “los buenos muchachos”, pues ellos eran los que hacían sionismo, los verdaderos sionistas asentándose en los territorios. En aquellos años decir que uno era de izquierda se convirtió en mala palabra, no hay que olvidarse que la Unión Soviética, incluida Cuba, estaban de parte de los países árabes.
Llegando a mis 30 años de edad, hubo una primavera. En forma increíble, precisamente un gobierno de derecha, el gobierno de Menajem Beguin, firmó la paz con Egipto devolviendo toda la península de Sinaí, destruyendo hasta los cimientos la ciudad de Yamit. Ir a Yamit fue la única posibilidad de convertirme en millonario, pues a los evacuados los indemnizaron muy bien.
Artículos Relacionados: