Fotografía actual de Temuco, ubicada al sur de Chile.
Monastir, ciudad de los consules, Paris chico. Ciudad que ya a mediados del siglo XIX tenía cerca de mil años de desarrollo, y que estaba inserta en el inmenso Imperio Turco. Temuco, fuerte militar instalado en 1881 a orillas del rio Cautín en plena Araucanía, en la zona denominada “La Frontera”, integrante de una joven nación llamada Chile, en un reducto que por siglos resistiera exitosamente la invasión de las huestes españolas.
El tiempo uniría tenuemente estas ciudades, a través de un reducido número de personas que se desplazarían en busca de oportunidades. Muy pronto en una ciudad la barbarie del hombre destruirá completamente a toda una comunidad, mientras en otra ciudad comienza a establecerse uno de los pilares de la que será la Comunidad Sefaradí de Chile.
Temuco es una ciudad ubicada al sur de Chile, dentro de un área conocida como la región de la araucanía. Históricamente esta zona ha estado poblada por aborígenes, pehuenches y mapuches, que pudieron resistir todos los intentos de los españoles por conquistarlos. De hecho muchas ciudades fundadas por ellos fueron arrasadas, como el caso de Villarica que fue refundada en cuatro oportu-nidades. Llegó la independencia en 1818, y toda esa área siguió bajo el único dominio de los aborígenes. Solo se atrevían a internarse bandoleros y comerciantes que les traficaban alcohol y otros elementos. Corría el año 1880 y nuevamente los mapuches se rebelan contra los intentos de dominarlos y de particulares inescrupulosos que desean apropiaparse de sus tierras. Así las autoridades se percataron del tremendo riesgo que significaba una zona del territorio que no estaba bajo la tutela del gobierno, y deciden tomar decisiones importantes al respecto.
Recordemos que más al sur, pasado el territorio de los araucanos, ya existían ciudades con más de dos siglos de historia, como el caso por ejemplo de Valdivia, pero era imposible llegar hasta allí por tierra.
Por lo tanto, y bajo el directo mando del Ministro del Interior, Manuel Recabarren, se crea una comitiva militar para que en terreno se encargue de fundar ciudades y hacer caminos para dejar esta zona bajo el dominio nacional. Comienza un lento pero constante avance de fuerzas, parlamentando y luchando mientras se avanzaba hacia el sur. En Marzo de 1881, a los pies del cerro Ñielol y en el borde del río Cautín, se funda la ciudad de Temuco. Como todas estas primeras ciudades fue mas bien un fuerte que debía protegerse de los ataques de los araucanos, que se oponían a esta presencia foránea en sus tierras. Cerca de un año lo único que existió fue el fuerte, rodeado de selva y nativos recelosos que, incluso, llegaron a atacarlo en una oportunidad. Ya el siguiente año, se comienza a formar la ciudad instalándose los primeros ciudadanos en las afueras de la ciudad. Estos prim-eros ciudadanos corresponden a soldados licenciados, a los que se les han reunido sus esposas llegadas desde el norte del país.
De a poco se logra conquistar la plena paz, con el trabajo de el célebre Capitán Trizano y sus fuerzas. Por esas casualidades del destino, por esos mismos años se comienza a crear un ferrocarril a través de todo Chile, desde que en 1865 se instalará la primera vía en el entonces rico territorio del norte chico, en Caldera. Así el siglo XIX termina con una serie de ciudades nuevas y un incipiente ferrocarril penetrando zonas vírgenes aptas para la colonización.
Los primeros tiempos en la joven ciudad no fueron fáciles. La codicia, corrupción y falta de escrúpulos campea en la ciudad cometiendose innumerables atropellos, y ensañándose en los más débiles. Pero el desarrollo es capaz de atravesar esta maraña, y diversas personas-especialmente extranjeros- crean empresas comerciales, especialmente en el rubro de los productos naturales de la región.
Un judío sefaradí de Monastir, Alberto Levy Levy, de profesión sastre llega a Santiago, Chile después de algunos vagabundeos por Argentina. Estando en Santiago se entera de la necesidad de un sastre en la joven ciudad de Temuco. Estamos en 1900, y Alberto viaja contratado por la casa Lataste y Cia. en calidad de cortador-sastre. Su buen desem-peño le permite independizarse instalándose con su local, y avisando de las buenas nuevas de esta tierra de promisión a sus familiares y amigos en Monastir.
En 1907 se unen al naciente núcleo familias completas, como la de Daniel Levy, hermano de Alberto, quien viaja acompañado de su esposa Buliza y sus hijos. También llegan Matías Albala, Moisés Chame y Alfonso Israel. En 1910 los hermanos gemelos: Salvador y Samuel Cassorla se trasladan desde Monastir a Temuco, y al año siguiente el resto de sus familias, esposas e hijos. Luego ellos crearan una tienda muy conocida en Temuco: La Maison de Lux.
De a poco, otros jóvenes empiezan a unirse a los ya residentes, agrupándose en dos casas comerciales y oficiando esencialmente de comerciantes. La gran mayoría de los judíos que llegaron a Temuco posean lazos familiares en algún grado. Vale decir que la gran mayoría de los que viajaron desde Monastir tenían algún grado de parentezco, o de amistad con alguien que ya se había establecido. Temuco era aún una pequeña ciudad en 1920, pero estaba llena de inmigrantes. Inclusive debemos pensar que dada la corta edad de la ciudad, practicamente ninguno de sus ciudadanos había nacido allí. Ello generó un ambiente propicio y agradable hacia el extranjero, donde las diversas “colonias” se agrupan y colaboran para el desarrollo de la ciudad.
Pocos años antes los judios -en su inmensa mayoría sefaradies-, se habían organizado socialmente con el nombre “Centro Macedonico de Temuco”, fundado el día 5 de Agosto de 1916. Su primer directorio quedó integrado por: Matias Albala, Alfonso Israel, Isaac Nahmias, Moris Israel, Jaime Levy, Isaac Chame y Salomon Albala. Ya entonces también inmigrantes de otros origenes también habían creado sus agrupaciones, como el caso del “Centro Español”.
Pocos años después la Declaración de Lord Balfour, en Londres, genera un nuevo espíritu y se decide cambiar el nombre a “Centro Macedónico-Israelita” en 1919. Al año siguiente se adquiere un inmueble, en la misma dirección que hoy día posee en la calle General Cruz número 355, y al poco tiempo se inicia la construcción de una sinagoga en su interior. Años después un incendio afectaría a la sede social, destruyéndola por completo. Unicamente sobrevivió la sinagoga que es hoy día la más antigua que permanece en pie en Chile. Fue construida al clásico estilo sefaradí con la Tevah al centro, y las mujeres separadas de los hombres en un segundo piso.
Diversas organizaciones se fundan al alero del Centro: los jovenes (la Unión Juventud Judía), la Jevra Kedisha, etc. Judios de otros orígenes se juntan y forman otras organizaciones, como el Centro Sionista que agrupó al elemento ashkenazi. Un rabino, también originario de Monastir, tendría mucha importancia en el siguiente paso, que fue la integración de todas las organizaciones judias de Temuco bajo una única denominación de “Comunidad Israelita de Temuco”. Aquí, además de los sefaradies, se integran un pequeño, pero ya creciente, número de askenazies. Ello ocurrió el 10 de Marzo de 1929, y el rabino, Dr. Sabetai J. Djaen, fue designado como su presidente honorario.
La comunidad adquiere un terreno en el Cementerio, y allí se construye un mausoleo, mismo que permanece hasta el día de hoy. Otra gran aspiración de muchos socios, sin embargo, no pudo plasmarse: la creación de un Colegio Judio. Aún cuando se contrató un maestro especial, su trabajo no duró mas que un año.
Por ese mismo tiempo -1930- se realiza un minucioso censo a los judios de Temuco: 56 hogares en total con 133 adultos y 118 niños y jóvenes. Del total de hogares 39 son formados por familias provenientes de Monastir, 5 de Esmirna, 1 de Alemania, 1 de Francia y 10 de Rusia, Polonia, Ukrania, etc.
Ya en la década de los años 30, se comienza a observar como muchas de las familias originarias comenzarían un proceso de traslado desde Temuco hacia la ciudad capital, Santiago, fundamentalmente producto del deseo de que sus hijos estudien en la Universidad, situación que puede reflejarse en la aparición de muchos profesionales en la colonia sefaradí en segunda generación, y muchos más en la tercera.
En 1931 la juventud agrupada en la U.J.J. comienza a publicar Alma Hebrea. Este es la primera revista de la comunidad judía publicada en Chile, y desde la sureña ciudad de Temuco comienza a difundirse a toda la comunidad nacional. Con una impecable periodicidad mensual, y por un poco mas de cuatro años, fue un reflejo de las aspiraciones culturales, sociales y políticas de la juventud.
En 1933 Moisés Levy, quien emigraba con su esposa, Palomba Faraggi y sus hijos desde Monastir, trae los primeros rollos de la Torá para instalarlos en la sinagoga. Ya antes otros parientes de Moisés habían emigrado, como su hermano Jaime Levy quién integró la primera directiva en 1916, y dos de sus hijos mayores.
La época de oro de la comunidad son los años 20 y 30. Ya en la siguiente década el traslado hacia Santiago se acentúa, aún cuando el núcleo residente es capaz de mantener una activa vida comunitaria hasta los años 70. En los censos realizados en los años 1920 y 1930, de las personas que se declaraban judias, las ciudades que presentan mayor población son:
- Santiago: 1.101 2.345
- Valparaíso: 261 453
- Temuco: 280 218
En las cifras puede claramente observarse que la única ciudad que disminuyó su presencia judía fue Temuco. Ya a mediados de los años setenta la comunidad que permanece allí no supera las 35 familias, la mayoría de origen ashkenazí, cifra que con altibajos se mantiene hasta el día de hoy.
Temuco es un punto obligado de referencia en cualquier historia de los sefaradies en Chile. También aparece citada en todo trabajo que se realice sobre la historia en Monastir, ya que fue uno de los tres principales destinos inmigratorios del siglo XX, junto con EEUU e Israel. No deja de ser curioso que una sola persona pudo hacer coincidir la oportunidad de surgir con el crecimiento de una naciente ciudad, y de esa forma logró salvar a un grupo importante de judios de una muerte segura que les hubiera llegado en los campos de muerte nazis de haber permanecido en la región.
Referencias
- A Town Called Monastir, by Uri Oren – 1971 “Apuntes Históricos sobre la colectividad Israelita de Temuco”, por Robert Levy – 1931 Publicado en el volumen: Libro-Guía del Cincuentenario de Temuco Historia de Temuco, por Eduardo Pino Zapata – 1980 Revista Alma Hebrea, Temuco 47 Ejemplares entre Julio de 1931 y Julio de 1935 Moshe Nes-El (Moises Arueste) – Historia de la Comunidad Sefaradi de Chile.
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