De los Archivos de MEMRI – NUEVO MITO ANTISEMÍTA EN LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN DEL MEDIO ORIENTE: Los ataques del 11 de septiembre fueron perpetrados por los judíos – Nuevo prólogo de la Dra. Katrina Lantos Swett

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MEMRI publica de nuevo su informe del año 2002 «Nuevo mito antisemita en el Medio Oriente: Los ataques del 11 de septiembre fueron perpetrados por los judíos» con el prólogo original del difunto congresista Tom Lantos, en honor al creador de los Archivos Lantos sobre Antisemitismo y Negación del Holocausto en MEMRI.

En conmemoración al vigésimo aniversario del 11-S, la hija del congresista Lantos, la Dra. Katrina Lantos Swett, presidenta de la Fundación Lantos para los Derechos Humanos y Justicia, escribió un nuevo prólogo, revisando los eventos hasta la fecha y reiterando la necesidad de continuar la lucha.

NUEVO PRÓLOGO DE LA DRA. KATRINA LANTOS SWETT


Presidenta de la Fundación Lantos para los Derechos Humanos y la Justicia

Cuando MEMRI publicó por primera vez el libro «Nuevo mito antisemita en el Medio Oriente: Los judíos perpetraron los ataques del 11 de septiembre», mi difunto padre, el congresista Tom Lantos, proveyó el prólogo de este importante trabajo. Escribiendo en mayo del año 2002, este señaló que uno de los desarrollos más impactantes y perturbadores de las últimas décadas había sido «el surgimiento del antiguo antisemitismo al estilo europeo» en el mundo árabe. «Como sobreviviente del Holocausto», mi padre escribió, «Me siento particularmente entristecido – de hecho me repulsa – este fenómeno, ya que ocurre medio siglo después que el antisemitismo en Europa ha ido minimizándose. De hecho, es muy trágico que el mundo árabe, que ha rechazado las libertades y las instituciones democráticas de Europa, haya importado solo las peores ideas que Europa tenía para ofrecer».

El mundo está a punto de cumplir 20 años desde que sucedieron los horribles eventos del 11 de septiembre. Este lo hará ante el telón de fondo de las verdaderamente catastróficas y desgarradoras escenas que se desarrollan hoy en Afganistán. Este solemne aniversario también tendrá lugar en medio de la dura realidad de que, en las últimas dos décadas, se ha avanzado muy poco en el esfuerzo por combatir el flagelo del antisemitismo en el Medio Oriente. De hecho, en agosto del año 2021 un informe[1] de la organización UN Watch descubrió más de 100 incidentes de maestros empleados por UNWRA, la agencia de las Naciones Unidas para los refugiados palestinos, que incitaban a la violencia, elogiaban a Adolf Hitler y difundían teorías de conspiración antisemitas en las redes sociales. Estos individuos literalmente fueron contratados por las Naciones Unidas para educar a una nueva generación de palestinos en el Medio Oriente y el informe muestra claramente que este digno esfuerzo ha sido envenenado por el antiguo y perdurable azote del antisemitismo y un profundo odio hacia el pueblo judío. Gracias a informes como este junto al propio trabajo vital de MEMRI, podemos ver que ese antisemitismo aun persiste en todo el Medio Oriente.

Quizás aún más preocupante, en muchos sentidos, la narrativa ha sido invertida desde el año 2002 cuando mi padre escribió el prólogo original de este libro. Lamentó el hecho de que el Medio Oriente haya importado el antisemitismo de Europa. Sin embargo, hoy debemos lamentar el impactante y perturbador resurgimiento del antisemitismo en Europa y en los Estados Unidos – de hecho, en casi todos los rincones del mundo. Parte de este resurgimiento ha sido impulsado por la pandemia del Covid-19, que ha sacado a relucir las peores tendencias de la humanidad de utilizar al pueblo judío como chivo expiatorio cuando ocurre en el mundo alguna calamidad. Pero esa no es ciertamente la única explicación al incremento del antisemitismo; La Liga Anti-Difamación (LAD) informó[2] que los incidentes antisemitas en los Estados Unidos alcanzaron un máximo histórico en el 2019, antes de que la mayor parte del mundo hubiese escuchado la palabra «Covid».

Los acontecimientos en Israel y Gaza también han desatado una corriente de antisemitismo en países de todo el mundo, particularmente en Europa y en los Estados Unidos. El grupo Community Security Trust informó[3] de un incremento del 500% en los incidentes antisemitas en Londres durante un período de dos semanas en mayo de 2021. Se ha reportado el uso de lenguaje antisemita de odio y de actos violentos de antisemitismo en ciudades desde Boston hasta Berlín, a menudo envueltos en la frágil excusa de ser utilizados como expresión política.

Además, el auge que tuvo Internet y las redes sociales han propagado el antisemitismo con una velocidad y una ferocidad aterradoras. En el año 2019, la Fundación Lantos para los Derechos Humanos y Justicia se asoció con MEMRI para exponer solo una parte del virulento antisemitismo que se sucedía en la red, en un informe titulado «El vecino de enemigo: Incitación en la red contra las minorías en los Estados Unidos».[4] Al igual que estas importantes investigaciones dejan en claro que Internet – con todo su poder y potencial para el bien – también se ha convertido en una autopista para el odio y en particular, el tema del antisemitismo. Las conspiraciones y los mitos absurdos que se retuercen y se arremolinan en el fango de las redes sociales incluso han aparecido en las cuentas públicas de los líderes estadounidenses, que dan crédito a ideas tan falsas, equivocadas y peligrosas tan solo repitiéndolas.

En resumen, el panorama para combatir el antisemitismo es, en muchos sentidos, incluso más sombrío que para el momento cuando mi padre escribió su prólogo hace casi 20 años. Sin lugar a dudas, también existen algunos puntos brillantes de esperanza y se han logrado algunos avances importantes. Hoy día, países tales como los Estados Unidos y Canadá ha creado funciones gubernamentales de alto nivel encargadas específicamente de combatir el tema de la negación del Holocausto y el antisemitismo. La definición de antisemitismo dada por la Alianza Internacional para el Recuerdo del Holocausto (IHRA, por sus siglas en inglés) ha ido ganando terreno entre los gobiernos, el mundo académico y otras organizaciones importantes que tienen un enorme potencial para ayudar a aclarar y, posteriormente, denunciar el antisemitismo de épocas modernas. Debemos aferrarnos a la creencia de que podemos vencer este pernicioso mal y debemos seguir avanzando en nuestros esfuerzos para lograrlo.

Dicho esto, también debemos ser totalmente realistas reconociendo los desafíos que enfrenta este trabajo. La contribución vital que realiza MEMRI en la identificación, revisión, traducción y difusión de información sobre el antisemitismo en el Medio Oriente y más allá nunca ha sido más importante. Nosotros pudiésemos haber esperado que un mundo cambiante y en evolución hubiese hecho que MEMRI fuera un ente innecesario – pero en cambio su trabajo continúa creciendo en relevancia y consecuencias.

A medida que usted lee este libro, el cual se volvió a publicar para conmemorar los 20 años desde ese fatídico día de septiembre del año 2001, yo espero que usted considere el estatus del antisemitismo en el mundo actual y se comprometa a luchar contra este flagelo, en cualquier esfera o comunidad en la que usted habite. Derrotaremos el odio más antiguo del mundo solo cuando seamos capaces de observarlo con ojos claros y totalmente resueltos a rechazarlo. Las investigaciones de MEMRI son una de las herramientas más importantes para ayudarnos a realizar esto.

Dra. Katrina Lantos Swett

Presidente, Fundación Lantos para los Derechos Humanos y Justicia

1 de septiembre, 2021

TEXTO ORIGINAL DEL HONORABLE TOM LANTOS

Ranking Demócrata, Comité de Relaciones Internacionales

Cámara de Representantes de los Estados Unidos

Uno de los acontecimientos más impactantes y perturbadores de las últimas décadas ha sido la aparición del antiguo antisemitismo europeo en el mundo árabe en toda su expresión. Como superviviente del Holocausto, este fenómeno me entristece especialmente – y de hecho me da nauseas, porque se produce medio siglo después que el antisemitismo en Europa ha ido principalmente en constante descenso. De hecho, es trágico que el mundo árabe, que ha rechazado las libertades y las instituciones democráticas de Europa, haya importado solo las peores ideas que Europa tenía para ofrecer.

Escribiendo en 1986, el estudioso de Oriente Medio Bernard Lewis explicó el antisemitismo árabe contemporáneo como una reacción a la sensación de humillación que sienten los árabes ante las repetidas derrotas militares a manos de Israel, golpes que se hicieron aún más dolorosos porque fueron infligidos por un pueblo, los judíos, que durante mucho tiempo se presumió eran inferiores.

Según Lewis, los árabes estaban acostumbrados a ver a los judíos nada mejor que «una minoría de sujetos tolerables y… de conquistadores y gobernantes, los judíos (según cálculos árabes) han quebrantado el orden del creador del universo».[5] Cualquiera sea su causa, el cáncer del antisemitismo, ha hecho metástasis y se ha extendido por todo el mundo árabe. Los judíos, tanto israelíes como simplemente los judíos, son demonizados a diario en la prensa árabe, en los medios de comunicación electrónicos y en los libros de texto, a menudo con horribles ilustraciones y caricaturas «políticas» a la par con lo peor de Die Sturmer de Julius Streicher. De hecho, en el mundo árabe abundan las imágenes al estilo nazi y el pensamiento conspirativo y todos los males del mundo son atribuidos a «los judíos». Tal como fue señalado en un reciente artículo del diario El Times de Nueva York, «Hospédense en un hotel cinco estrellas en cualquier lugar, desde Jordania hasta Irán y podrán comprar los infames falsificados Protocolos de los Sabios de Sión. Busquen un diario en cualquier parte del mundo árabe y regularmente ven una esvástica superpuesta ante la bandera israelí».[6]

Este problema cada vez más grave tiene consecuencias nefastas para el conflicto árabe-israelí, lo que le añade una dimensión racista y de guerra religiosa a un problema político ya de por sí extremadamente difícil. Además, en un giro obscenamente extraño, el Medio Oriente ahora puede estar exportando hacia Europa el antisemitismo que originalmente importó de allí. Desde que comenzó la última fase de la violencia árabe contra Israel en septiembre del año 2000, se han informado sobre cientos de incidentes antisemitas en Europa, particularmente en Francia.

Algunos de los ejemplos más horripilantes de antisemitismo árabe se dieron a raíz de los ataques del 11 de septiembre en los Estados Unidos, tal como se detalla en esta importante publicación. Las reacciones de los medios de comunicación árabes al horror del 11 de septiembre reflejaron todos los elementos de difamación al estilo nazi – en particular, la conspiración judía.

Aquí podemos leer las ahora famosas afirmaciones de que el Mossad organizó los ataques del 11 de septiembre; de que 4.000 empleados judíos, advertidos con antelación, evitaron ir a trabajar ese mismo día en las Torres Gemelas; y que los judíos aprovecharon su previo conocimiento de la tragedia para sacarle provecho al mercado de valores. Aquí podemos observar la impactante sensación de inferioridad cultural – egoísta pero no obstante muy real – de los comentaristas árabes que «prueban» la complicidad judía en los asesinatos del 11 de septiembre al señalar que «sólo los judíos son capaces de planificar tal incidente, porque fue planeado con gran precisión de la que Osama bin Laden o cualquier otra organización islámica o aparato de inteligencia es incapaz de realizar». Y nos enteramos del espantoso castigo al estilo nazi que un clérigo egipcio desea sobre los judíos de Estados Unidos.

Pero la totalidad de lo que se presenta en las páginas siguientes también refleja una triste realidad: la incapacidad del mundo árabe, primero, de aceptar el hecho de que los árabes planearon y llevaron a cabo las malvadas acciones y, segundo, reflexionar productivamente sobre el cómo y el por qué sucedió todo aquello. Tal es la utilidad clásica que el antisemita encuentra en su antisemitismo: convertir a los judíos en chivos expiatorios por problemas que estos mismos han creado.

Estoy lleno de admiración por el trabajo que MEMRI ha realizado al preparar este libro y, de manera más general, por su dedicada exposición al antisemitismo árabe. Hasta que MEMRI emprendió su esmerado esfuerzo por revisar y traducir artículos de la prensa árabe, la conciencia pública sobre este problema en los Estados Unidos era bastante escasa. Gracias a MEMRI, este horripilante fenómeno ha sido desenmascarado y numerosos escritores estadounidenses han llamado la atención sobre este tema.

Para citar un ejemplo interesante: una reciente serie de artículos en un diario saudita invocó el antiguo «libelo de sangre» contra los judíos, afirmando que los judíos utilizan sangre humana (no judía, por supuesto) para preparar sus exquisiteces festivos. MEMRI tradujo y difundió la serie, que provocó una indignación generalizada, incluyendo un editorial de la Voz de America condenando la incitación árabe antisemita. ¿El sorprendente resultado a ello? El editor del diario se sintió avergonzado por la exposición y se sintió obligado a reconocer públicamente que las acusaciones en los artículos «no tienen base en hechos científicos o históricos» – una rara victoria por la verdad en el mundo árabe. Uno solo puede esperar que publicitar y avergonzar a los medios de comunicación árabes por sus provocaciones prejuiciosas tendrá más a menudo un efecto de por sí saludable.

Felicito a MEMRI por su pionera labor de dar luz al antisemitismo árabe y lo felicito por este excelente libro. Para aquellos no-expertos, diplomáticos y académicos del Medio Oriente y ante la resolución de conflictos, este libro destaca, como muy pocos, uno de los fenómenos más preocupantes de nuestro tiempo, el cómo el antisemitismo ha llegado a invadir la cultura árabe.

El honorable Tom Lantos
Ranking Demócrata, Comité de Relaciones Internacionales
Cámara de Representantes de los Estados Unidos, 1 de mayo, 200210

Pulse aquí para descargar el libro en formato PDF.


[1] UN Watch, «Más allá de los libros de texto: Un informe que expone la instigación de los maestros de la UNRWA al antisemitismo y a la violencia», Unwatch.org/wp-content/uploads/2021/07/UNW_094_UNRWA_Report_2021__RC_5_Singles.pdf.

[2] Incidentes antisemitas en los Estados Unidos se mantuvieron en niveles históricos máximos en el año 2020″, Liga Anti-Difamación, Adl.org/news/press-releases/us-antisemitic-incidents-remained-at-historic-high-in-2020.

[3] «Durante el conflicto entre Israel y Hamás, judíos británicos sufren ataques físicos y verbales», Washingtonpost.com/world/2021/05/21/israel-gaza-jewish-attacks-rise, 21 de mayo, 2021.

[4] «The Hater Next Door: Online Incitement Against Minorities in America”, – «El vecino de enemigo: Incitación en la red contra las minorías en los Estados Unidos«, Lantosfoundation.org/thehaternextdoor.

[5] Lewis, Bernard – Semitas y antisemitas: Una investigación sobre conflictos y prejuicios (W.W. Norton & Company, Nueva York/Londres, 1986), págs. 239-240.

[6] El Times de Nueva York, 27 de abril, 2002, «El antisemitismo se profundiza entre los musulmanes: Las imágenes de odio ante los judíos están incrustadas en la cultura popular islámica» (por Susan Sachs), págs. A19, A21.

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Acerca de MEMRI

El Instituto de Investigación de Medios de Información en Medio Oriente (MEMRI) explora el Medio Oriente a través de los medios informativos de la región.

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