A medida que la agresión de Rusia contra Ucrania entra en su tercer mes, las pérdidas sufridas por lo que alguna vez fue la ex-república soviética más desarrollada industrialmente parecen ser enormes. El Banco Mundial estima el daño físico de Ucrania en $60 billones,[1] mientras que el gobierno ucraniano estima que la restauración del país luego de la guerra costará más de $560 billones[2] y algunos políticos ucranianos sugieren que el país perderá cerca de un trillón de dólares.
Incluso si la última cifra dada parece ser una exageración, cualquiera de los estimados mencionados anteriormente parece ser catastrófica para una nación que antes de la invasión de Rusia poseía un PIB nominal de $200 billones y que perdió alrededor de diez años de crecimiento económico debido a la anexión de Crimea, hecho ocurrido en el año 2014 y la ocupación de sus regiones orientales desde los años 2014-2015.
El ejército ruso destruyó un 13% de la red de carreteras de Ucrania[3], cerró el 21% de la capacidad industrial y más de 72.000 casas y edificios de apartamentos privados, incluyendo 340 hospitales y 1000 escuelas y colegios[4] y obligó a huir de Ucrania a 5.200.000 personas y 7.700.000 fueron reubicados dentro del país, en la mayoría de los casos perdiendo sus trabajos fijos.[5] El Banco europeo para la reconstrucción y el desarrollo evaluó recientemente la caída del PIB de Ucrania para el 2022 en un 20%[6] y el Banco Mundial fijó la cifra en un 45%[7] – mientras tanto, las atrocidades continúan y parece ser que ni la parte rusa ni la ucraniana poseen voluntad para negociar la finalización del conflicto.
Considerando todos estos factores, expertos internacionales y responsables políticos (casi inmediatamente después de que estalló la guerra) comenzaron a hablar sobre un esfuerzo global masivo destinado a la reconstrucción de la economía ucraniana en la posguerra, a menudo denominado «un nuevo Plan Marshall para Ucrania». Me gustaría recordarle al lector que yo, junto a mi coautor, el difunto profesor y diputado de la Duma estatal rusa Valery Zubov, acuñamos este término en febrero del 2014, mucho antes de la ocupación de Crimea y de la región del Donbass, insistiendo en que Occidente debió haber considerado esta opción inmediatamente luego de la Revolución de la Dignidad.[8] La idea misma tras de tal proyecto parece obvia, especialmente si se compara con el éxito del Plan Marshall original, que movilizó alrededor de $12.4 billones (alrededor de $120 billones en dólares de hoy) para una gran reconstrucción de posguerra en Europa[9] y se estableció por primera vez hace exactamente 75 años (luego de una larga lucha en el Congreso, el presidente Harry S. Truman convirtió el plan en ley el 3 de abril, 1948).[10] Pero también existen grandes diferencias entre estos dos planes.
(Fuente: Twitter)
Pocas posibilidades a un «nuevo plan Marshall»
Primero, en el año de 1948, la Unión Soviética, que trasladó sus ejércitos a Berlín y Viena y comandó millones de partidos comunistas fuertes en diferentes partes del mundo, fue considerada la mayor amenaza existencial para el mundo libre. Por lo tanto, la reconstrucción de Europa occidental fue considerada como algo esencial, pero hoy día Rusia parece ser una potencia regional, con su ejército incapaz de llegar ni siquiera al río Dniéper y mucho menos al Elba.
En segundo lugar, la cantidad de fondos provistos para la Europa en apuros equivalía aproximadamente al 3% del PIB combinado de los países receptores para los años 1948-1951,[11] mientras que Ucrania afirma necesitar no menos del 300% de su PIB reciente.[12]
En tercer lugar, el Plan Marshall del año 1948 presumía que las fuerzas estadounidenses controlaban casi todos los territorios que recibieron las inversiones otorgadas por los estadounidenses, mientras que en el año 2022 Ucrania ni siquiera es candidata para unirse a la Unión Europea (en donde los políticos de la Unión Europea cuestionaron activamente sus posibilidades de convertirse en parte del bloque), sin importar que no posea perspectivas a ser admitido dentro de la OTAN.
Por último, pero por ello no menos importante, los lazos comerciales entre el «Occidente colectivo» y la Unión Soviética no existían a finales de la década de los años 1940, mientras que hoy, la dependencia de Europa de los productos básicos rusos sigue siendo bastante significativa.
Todos estos puntos me hacen creer que existen muy pocas posibilidades de que se implemente un «nuevo plan Marshall». A finales de abril del año 2022, los principales donantes en occidente asignaron alrededor de $40 billones en ayuda total a Ucrania, pero solo una pequeña parte de estos fondos fue entregado directamente al gobierno ucraniano (el paquete de ayuda estadounidense de $13,6 billones benefició principalmente a las empresas estadounidenses y especialmente a las empresas del sector de defensa);[13] 17 billones de euros en ayuda provenientes de la Unión Europea fueron destinados a ayudar a los refugiados ucranianos en Europa[14] y estos no han sido desembolsados en su totalidad en el momento de redactar este informe), solo entre 2.000 y 4.000 billones de dólares en cheques directos fueron destinados a las autoridades en Kiev.
Recientemente, el gobierno ucraniano apeló a los líderes del G7 en beneficio de un paquete de rescate de $50 billones, pero solo fueron prometidos $24 billones (aunque aún no se han hecho públicos).[15] El Plan Marshall de 1948 costó el 4.7 % del PIB nominal de los Estados Unidos – (si la Unión Europea y el Reino Unido se embarcaran en una empresa de tal magnitud hoy día, esta ascendería a aproximadamente $1 trillón) – pero con el presupuesto anual de 166 000 billones de euros y la relación deuda pública bruta/PIB en todas las naciones europeas alcanzando sus máximos históricos tras dos años de pandemia, dudo que obtener alrededor de 100 billones de dólares por año hasta al menos finales de la década del 2020 para la reconstrucción de Ucrania sea una tarea bastante realista.[16]
Otra fuente de fondos pudieran ser las reparaciones que el país agresor, Rusia, debería pagar por los daños causados por sus fuerzas militares. Me gustaría señalar un caso bastante reciente de la guerra entre Irak y Kuwait, a raíz de la cual las Naciones Unidas establecieron una Comisión de compensación que recientemente terminó su servicio de 31 años administrando el último pago iraquí a Kuwait el día 9 de febrero, 2022.[17] El valor total de las reparaciones reembolsadas ascendió a 52 billones de dólares y al parecer, fue una compensación justa por ocupar Kuwait durante siete meses no demasiado destructiva por parte de las fuerzas iraquíes. Pero este camino no parece demasiado realista ya que la comunidad internacional no posee mecanismos con los cuales presionar a Rusia para que pague el costo total de su guerra.
La única opción aquí pudiera ser la incierta posibilidad de apropiarse de algunos fondos para este propósito que los gobiernos en Occidente ya han incautado de las agencias, empresas e individuos rusos. A finales de abril, 2022 estos incluyen entre $300 y $350 billones en reservas de divisas extranjeras congeladas del Banco de Rusia[18] y hasta €30 billones en activos privados bloqueados y represados en muchos países europeos desde principios de marzo del 2022.[19] Los funcionarios ucranianos expresaron su gran entusiasmo por recuperar estos fondos, pero existen muchos problemas que impiden que esto suceda. El Banco de Rusia ya anunció el inicio de procedimientos judiciales destinados a recuperar sus reservas[20] y las autoridades en Occidente reflexionan sobre el uso de algunos de estos fondos no para la reconstrucción de Ucrania sino para cubrir las deudas que Rusia y las empresas rusas tienen con los prestamistas internacionales. Por lo tanto, yo diría que esta estrategia puede fracasar junto a la anterior.
Una tercera vía
Creo que existe una tercera forma de abordar el problema. Las naciones occidentales todavía dependen de los suministros de petróleo y gas de Rusia. Los países más dependientes son aquellas naciones europeas que le pagaron a Moscú más de $189 billones por carbón, petróleo, productos derivados del petróleo y gas natural en el año 2021[21] y pudieron prohibir solo los envíos de carbón desde Rusia (que será ilegalizado el 1 de agosto).[22] Según las ya célebres palabras de Josep Borrell, el Alto representante en política exterior de la Unión Europea, desde el inicio de la guerra, Europa le ha pagado a Rusia más de 35.000 millones de euros por sus hidrocarburos, manteniendo así a flote al régimen de Putin[23]. Sin embargo, los líderes de la Unión Europea todavía se oponen al embargo total porque les costará mucho: los estimados varían de 100. 000 millones de euros al año para toda la Unión Europea a 220 000 millones de euros en dos años solo para Alemania.[24]
Países como Alemania y Austria, dicen los expertos, se hundirán en una recesión con el embargo total que los obligaría a comprar energía de otras fuentes a precios entre un 40 y un 80% más altos que los actuales. Además, si las naciones de la Unión Europea deciden prohibir el petróleo y el gas rusos, es muy posible que sus precios aumenten hasta un posible $14 por barril para el petróleo y $1200-1600 por billón de metros cúbicos para el gas natural, obligando así a los europeos a pagar en exceso alrededor de $40 por barril por el petróleo y $500-800 por el billón de metros cúbicos de gas en comparación con los niveles de precios actuales.[25] Entonces, ¿por qué no adoptar una estrategia de compras continúas de petróleo y gas rusos pero imponiendo, por ejemplo, un arancel aduanero del 25% sobre los hidrocarburos rusos que pudiera canalizarse hacia un fondo especial para la reconstrucción de Ucrania?
Los ingresos de tal impuesto pudieran alcanzar los $60-80 mil millones al año, o hasta $500 billones en seis a ocho años cuando los rusos no puedan redibujar el mapa de su suministro de energía (sin la tecnología occidental no pueden seguir incrementando su capacidad de producción GNL) mientras que necesitarán años para construirle nuevos gasoductos y oleoductos a China – no estoy hablando de los límites de los mercados asiáticos). El «impuesto ucraniano» pudiera imponérsele a todos los demás productos rusos que la Unión Europea, el Reino Unido y los Estados Unidos están comprando ahora o tratan de evitar comprar (desde madera hasta acero). Esta estrategia consolidará fondos significativos para la futura reconstrucción de Ucrania, mientras que, en caso de un embargo total, Europa pagaría aún más a la realeza del Golfo, lo que limitaría aún más sus esfuerzos para ayudar a Ucrania. Si Rusia se vuelve «tóxica», la cooperación con este debería costar algo de dinero.
Varios expertos ya sometieron a consideración una versión de la misma estrategia que proponía comprar energía rusa «sin pagar por ella». Los funcionarios de la Unión Europea, tal como ha dicho Bruselas en las últimas semanas, están considerando el establecimiento de cuentas de depósito en garantía a las que el bloque pudiera canalizar al menos algunos de sus pagos del servicio de energía y esta idea fue bien recibida tanto por la presidenta de la Comisión Europea Ursula von der Leyen, como por la Secretaria del Tesoro de los Estados Unidos Janet Yellen.[26] Yo diría que esta propuesta parece poco realista desde el propio comienzo, ya que el gobierno ruso haría mejor en recortar sus suministros a toda Europa (creo que el presidente ruso Vladimir Putin ha dado a entender suficientemente de que es un hombre que no se rige por la lógica económica) que el bombear petróleo y gas al extranjero sin pagar por ellos. Pero Rusia no tendría voz sobre los recargos que los europeos pudieran agregar al precio de venta del petróleo y al gas si Moscú obtiene el dinero que este está buscando.[27]
Los defensores de la causa ucraniana insistirán que, en tal caso, Rusia todavía obtendrá dinero que le permitirá «financiar la guerra». Sin embargo, este es un punto muy engañoso. El punto sería dado por cierto si Rusia comprara todo su armamento y municiones en el extranjero y dependiera totalmente de préstamos extranjeros, pero esto no es así. La venta de armamentos, aplicaciones de doble uso y productos de defensa estuvo sujeta a las sanciones occidentales desde hace mucho tiempo, por lo que ahora debe darse por sentado que el Kremlin le paga a sus tropas, a sus proveedores de armas y a sus empleados en rublos, que estos pueden tomar prestados en el mercado interno o incluso ser «impresos» por el Banco de Rusia en trillones (eso representaría solo el 3-5% del PIB de Rusia y al menos duplicaría el presupuesto militar sin ningún efecto significativo sobre los precios al consumidor o tasa de cambio del rublo). A mi manera de ver, sería mucho más eficaz no prohibir los suministros de petróleo y gas rusos a Europa, sino ampliar el régimen de sanciones sobre muchos tipos de bienes y servicios vitales para la economía rusa. Yo le recordaría al lector que la economía rusa ahora se ve más afectada por los movimientos voluntarios de las empresas occidentales que terminan sus negocios en el país o interrumpen sus suministros que por las sanciones en sí mismas.
Conclusión
La victoria sobre Rusia no será lograda socavando a la economía rusa. En estos días los rusos están demasiado adoctrinados debido a la propaganda imperialista y están demasiado asustados por causa de la maquinaria represiva del estado para disentir masivamente con sus gobernantes. Si desean hacer regresar a su país al siglo 19, es muy posible que nadie pueda evitar que esto suceda. Sin embargo, lo que Occidente puede y debe hacer es alinearse a Ucrania y hacer todo lo posible para financiar su reconstrucción luego que los militares y voluntarios ucranianos derroten al ejército de Putin. Esto puede ser logrado mediante una nueva edición total y completa del «Plan Marshall» y – considerar algunas medidas alternas – tales como las descritas anteriormente.
*El Dr. Vladislav Inozemtsev es asesor especial del Proyecto estudios de los medios de comunicación rusos en MEMRI
[1] Reuters.com/world/world-bank-estimates-ukraine-physical-damage-roughly-60-billion-so-far-2022-04-21, 21 de abril, 2022.
[2] Odessamedia.net/news/vosstanovlenie-ukrainy-posle-vojny-obojdetsya-bolee-chem-v-560-mlrd-shmygal, 16 de marzo, 2022.
[3] Vesti.ua/business/v-ukraine-unichtozhili-23-tysyachi-kilometrov-dorog, 3 de abril, 2022.
[4] Golosameriki.com/a/ukraine-damage-and-restoration/6539613.html, 22 de abril, 2022.
[5] Data.humdata.org
[6] Ebrd.com/where-we-are/ukraine/overview.html
[7] Worldbank.org/en/news/press-release/2022/04/10/russian-invasion-to-shrink-ukraine-economy-by-45-percent-this-year, 10 de abril, 2022.
[8] Vedomosti.ru/opinion/articles/2014/02/24/plan-marshalla-dlya-ukrainy, 24 de febrero, 2014.
[9] Groguin, Robert. Enemigos naturales: Estados Unidos y la Unión Soviética en la Guerra Fría, 1917–1991, Nueva York: Lexington Books, 2001, p. 118
[10] oecd.org/general/themarshallplanspeechatharvarduniversity5june1947.htm
[11] De Long, Bradford y Eichengreen, Barry. ‘El Plan Marshall: el programa de ajuste estructural más exitoso de la historia’ en: Dornbusch, Rudiger, et al. (eds.) Postwar Economic Reconstruction and Lessons for the East Today, Cambridge (Ma.): The MIT Press, 1993, pp. 194-196.
[12] Bloomberg.com/news/articles/2022-04-21/ukraine-sees-rebuild-costing-600-billion-as-it-seeks-global-aid, 21 de abril, 2022.
[13] Nytimes.com/interactive/2022/03/18/upshot/ukraine-aid-details.html, 18 de marzo, 2022.
[14] Reliefweb.int/report/poland/ukraine-17-billion-eu-funds-help-refugees, 4 de abril, 2022.
[15] Reuters.com/world/g7-finance-ministers-pledge-more-than-24-bln-ukraine-2022-04-20/, 20 de abril, 2022.
[16] Ec.europa.eu/commission/presscorner/detail/en/IP_20_2489
[17] Uncc.ch/home
[18] Tass.com/economy/1432945, 5 de abril, 2022.
[19] Zdg.md/ru/?p=95948, 8 de abril, 2022.
[20] Vc.ru/finance/405788-glava-cb-elvira-nabiullina-zayavila-o-planah-suditsya-dlya-vozvrata-mezhdunarodnyh-rezervov-banka, 19 de abril, 2022.
[21] Russian-trade.com/reports-and-reviews/2022-02/vneshnyaya-torgovlya-rossii-v-2021-godu/, 12 de febrero, 2022.
[22] Cnbc.com/2022/04/05/european-union-could-ban-russian-coal-imports-sources-say.html, 5 de abril, 2022.
[23] Theguardian.com/world/2022/apr/06/1bn-for-ukraine-35bn-for-russian-energy-eu-chief-calls-out-funding-gap, 6 de abril, 2022.
[24] Fortune.com/2022/03/09/europe-wean-1-billion-russia-energy-habit/, 9 de marzo de 2022; Businessinsider.com/germany-economy-lose-240-billion-dollars-output-russia-gas-cut-2022-4?r=US&IR=T, 14 de abril, 2022.
[25] Oilprice.com/
[26] Bloomberg.com/news/articles/2022-04-06/yellen-dice-la-cuenta-de-fideicomiso-del-petróleo-ruso-una-idea-que-vale-la-exploración, 6 de abril, 2022.
[27] Svpressa.ru/economy/article/331761/, 18 de abril, 2022.
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