Una Ucrania independiente y europea es humillante para Putin, pero Rusia no tiene verdadera intención de ir a la guerra (al menos por ahora)

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El 11 de febrero e incluso el 16 de febrero[1] llegaron y así mismo se marcharon, los Juegos Olímpicos de Pekín finalizaron[2], pero los funcionarios estadounidenses continúan advirtiendo sobre una supuesta «inminente» invasión rusa a Ucrania. Mientras tanto, el presidente ruso Vladimir Putin ha presentado la respuesta de Rusia a las propuestas de seguridad de Washington,[3] exigiendo que no se le permita a Ucrania unirse a la OTAN. Sin embargo, algunos creen que todavía hay esperanzas de que las partes negocien una solución a la crisis.

Con los mercados ruso y ucraniano en vías de recuperación, parece ser que lo peor del conflicto entre Rusia y Occidente ha pasado por ahora (y sin nada de derramamiento de sangre, tal como lo predije). Sin embargo, las tensiones por Ucrania pueden resurgir. Por lo tanto, es importante observar más de cerca las causas de estas tensiones.

(Fuente: Twitter)
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La ampliación de la OTAN no es el verdadero problema


Desde que el Kremlin le presentó a Occidente su ultimátum sobre las «preocupaciones de seguridad» de Rusia el día 17 de diciembre del 2021,[4] casi todas las negociaciones y conversaciones entre funcionarios rusos y de Occidente se han centrado no tanto en los temas de seguridad como en las reminiscencias históricas de Putin. La propia idea de buscar «garantías de seguridad» parece ser algo extraña, dado que Rusia posee el mayor arsenal nuclear del mundo y el quinto ejército permanente más grande (y tengan en cuenta que en la era soviética Moscú nunca inició conversaciones de este tipo). Además, tanto para el liderazgo imperial ruso como para el liderazgo soviético (desde la Conferencia de Paz de La Haya del año 1899 hasta las conversaciones Gorbachov-Reagan de finales de la década de los años 80), los temas sobre seguridad siempre estuvieron anclados en el control y despliegue de armas. Sin embargo, a comienzos de febrero, Estados Unidos y la OTAN respondieron extensamente a las propuestas de Rusia sobre garantías de seguridad (Washington presentó una respuesta de cinco páginas y la OTAN una de cuatro páginas), pero Rusia afirmó que las declaraciones estadounidenses y de la OTAN eran «insignificantes».[5]

Cada vez que Putin se reunía con funcionarios estadounidenses o europeos, comenzaba a quejarse sobre la amenaza que representaba la ampliación de la OTAN para los intereses de Rusia (aunque, de los 15 países que se unieron a la OTAN en la era postsoviética, 11 fueron admitidos durante los años de Putin en el Kremlin, sin quejas audibles de su parte). Teniendo en cuenta que tanto Rusia como Estados Unidos poseen misiles hipersónicos, la diferencia entre los lugares de lanzamiento en Bucarest y en Kharkov no parece ser lo suficientemente significativa como para descarrilar las relaciones entre Rusia y la OTAN. El verdadero problema, entonces, no tiene nada que ver con la ampliación de la OTAN.

Putin se dio cuenta de que Occidente no lo aceptará

Dos temas principales sustentan la hostilidad de Putin hacia la OTAN y Occidente en general y ambas son muy personales.

El primero de estos temas surge del profundo resentimiento de Putin que se remonta a principios de la década del año 2000. En aquel entonces, Putin consideraba a Europa como un ejemplo a seguir para Rusia. En su famoso discurso ante el Bundestag, este dijo que Rusia «veía la integración europea con muchas esperanzas».[6] Este también discutió la liberalización de la economía de Rusia y se puso de parte de los Estados Unidos en la guerra contra el terrorismo. Putin esperaba que, luego de pronunciar este discurso de orientación occidental (que reflejaba sinceramente sus opiniones), sería respetado por sus homólogos en Occidente. Sin embargo, sus esperanzas pronto se desvanecerían.

En el año 2003, Estados Unidos invadió Irak y derrocó al régimen de Saddam Hussein. Putin se opuso a la invasión, ya que creía que debe respetarse el principio de «soberanía» (a diferencia de los principios de los derechos humanos, por los que nunca ha tenido mucho respeto). Esto puso fin a su amistad con el presidente George W. Bush, quien anteriormente había afirmado un profundo sentido de afinidad con Putin («Miré al hombre fijamente a los ojos… y vi dentro de su alma»).

Luego, en el año 2004, las naciones europeas apoyaron la Revolución Naranja de Ucrania, poniendo así fin a la breve alianza tripartita Berlín-París-Moscú. Putin entonces se dio cuenta de que nunca sería tratado como uno de los líderes del mundo occidental. Además, inicialmente creía que el poder podía traducirse en dinero y viceversa, pero pronto se dio cuenta de que Occidente había comenzado a considerar que el dinero ruso era «sucio». Otro golpe humillante se produjo cuando el primer ministro británico Tony Blair explicó que no podía extraditar al líder checheno Akhmed Zakayev a Rusia, ya que los tribunales y las consideraciones legales no se lo permitieron.[7]

A mediados de la década de los años 2000, Putin se sintió alienado por Occidente. Como reacción a este rechazo por parte de Occidente, los «ideólogos» afiliados al Kremlin comenzaron a desarrollar y apoyar teorías que afirmaban la «decadencia» social y moral de Occidente y lo acusaban de promover la «rusofobia». Además, en esos días, surgió el concepto del «mundo ruso» (russkiy mir), que llama a proteger la esfera de los intereses rusos y restaurar la unidad histórica de Rusia (cabe señalar que, en el año 2014, en su programa de televisión anual de llamadas, Direct Line, Putin dijo: «En cuanto a nuestra población, nuestro país, como imán, ha atraído a representantes de diferentes grupos étnicos, naciones y nacionalidades. Por cierto, esto no solo se ha convertido en la columna vertebral de nuestro código cultural común, sino también en un código genético muy poderoso», porque los genes han sido intercambiados durante siglos e incluso milenios como resultado de matrimonios mixtos y este código genético nuestro es muy probablemente y de hecho casi seguro, una de nuestras principales ventajas competitivas en el mundo actual»).

Rusia sigue siendo una nación europea y los rusos son intrínsecamente europeos (y por lo tanto son parte de Occidente), pero no existe ninguna posibilidad de reconciliación mientras Putin, motivado por la amargura y el resentimiento, siga en el poder.

Putin es el gobernante de «Moscovia»

La segunda razón por la hostilidad de Putin hacia la OTAN y Occidente tiene que ver con Ucrania pero, de nuevo, también con el sentido que Putin posee de sí mismo. Ucrania fue una fuerza clave detrás de la desintegración de la Unión Soviética a comienzos de la década de los años 90 y, posteriormente, socavó casi todos los intentos de reintegrar el espacio postsoviético. En la década del año 2000, este país desarrolló un fuerte sentido de independencia y una identidad nacional separada. Entre los años 2004-2005, rechazó al candidato favorito de Putin para presidente de Ucrania y humilló a Putin al iniciar la Revolución Naranja en respuesta a la presión rusa. En el 2014, lanzó otra revolución contra Rusia volviéndose en contra de Occidente.

La disociación de Ucrania ante Rusia, que creció en importancia año tras año, fue percibida por Putin como un insulto personal. Para Putin, un devoto imperialista ruso, la soberanía del «pueblo ucraniano» no existe. Ucrania, por otra parte, busca demostrar que los ucranianos son un pueblo eslavo que puede convertirse en democrático y europeo sin perder su identidad, que pueden seguir siendo cristianos ortodoxos mientras desafían los «cimientos espirituales» del Imperio ruso y cuya Iglesia ortodoxa ucraniana puede independizarse de la Iglesia rusa.

Una Ucrania independiente y europea es humillante para Putin. Desde que sucedieron los eventos de la Revolución Naranja, cada desarrollo en este país ha ido en contra de sus esquemas y ambiciones. Por lo tanto, algunas concesiones hechas por las autoridades ucranianas no lo tranquilizarán – este quiere que el país deje de existir. Él puede tener una razón histórica para ello: la Federación Rusa de hoy día se parece mucho al estado ruso de mediados del siglo 17, conocido como Moscovia[8] de «Rusia» creado en 1654, después de que Moscovia se reuniera con parte de lo que ahora es Ucrania.[9] Putin actualmente se ve a sí mismo como el gobernante de Moscovia, pero su deseo más ardiente es convertirse en emperador de Rusia, lo cual es incompatible con una Ucrania independiente. De hecho, Putin ha estado tratando de desmantelar Ucrania y volverla inoperable desde el 2014, para apartarla de Europa y reintegrarla a Rusia, ya que cree que los rusos y los ucranianos constituyen una sola nación.[10] Por lo tanto, para Putin, cualquier participación occidental en Ucrania es nada menos que una agresión contra «la histórica y milenaria Rusia»,[11] cuyos límites este a veces equipara con los del Imperio ruso y a veces con los de la Unión Soviética, según su conveniencia.[12]

El Kremlin pensó que la amenaza de guerra haría retroceder a la OTAN

El reciente enfrentamiento en Ucrania debe verse como un intento de Rusia por reconquistar las «históricas» tierras rusas entre Moscovia y Europa. El enfrentamiento con Estados Unidos y sus aliados europeos surgió porque Putin no cree en la «verdadera soberanía» de Ucrania.[13] Durante una reciente reunión con Lavrov, el presidente ruso evaluó que la OTAN y la Unión Europea buscan ser los únicos gobernantes de Europa y los únicos que determinen el rumbo futuro de este continente.[14] El Kremlin esperaba que Estados Unidos presionara a Ucrania para que aceptara los acuerdos de Minsk y/o abandonara sus ambiciones de unirse a la OTAN. Sin embargo, las cosas se pusieron feas para Putin cuando los estados miembros de la OTAN insistieron en el principio de «puertas abiertas» para los países que deseaban unirse a la alianza[15] y ante los líderes ucranianos que mantuvieron su ofrecimiento de la OTAN incluso frente a las amenazas militantes de Rusia.

Estados Unidos también ha jugado un juego geopolítico, en donde sus medios de comunicación han producido un torrente de «noticias falsas» sobre la «inminente» amenaza de una invasión rusa. Estados Unidos fue el primer país en aconsejar a sus ciudadanos que abandonen Ucrania (así como Bielorrusia[16], pero, curiosamente, no Rusia) y el primero en evacuar su embajada en Kiev. Cuando el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky le pidió al presidente Joe Biden que se calmara y dejara de sembrar pánico entre los ucranianos[17], este tenía toda la razón. En algún momento, la presión occidental (que también se manifiesta, por ejemplo, en la suspensión del tráfico aéreo a través del espacio aéreo ucraniano)[18] se volvió incluso más intensa que la presión del bloqueo del Mar Negro por parte de Rusia, atribuida a los ejercicios y maniobras navales.[19]

Rusia, tal como he argumentado durante los últimos meses,[20] no tiene intención de entrar en guerra con la OTAN o incluso con Ucrania. Putin se ha acostumbrado a un «»Occidente débil» que ha sido infinitamente paciente con Rusia desde la guerra de Georgia del año 2008. Para ese entonces, el ejército de Rusia se acercó a Tbilisi sin consecuencias en lo absoluto para Moscú. Luego, en el año 2014, Rusia ocupó Crimea y envió sus tropas a Donbass sin encontrar respuesta de ningún ejército de Occidente. Por lo tanto, el Kremlin estaba casi seguro de que la amenaza de guerra sería suficiente para hacer retroceder a la OTAN. Tal como muestran los últimos acontecimientos, Putin no tenía un plan B en caso de que Kiev se negara a rendirse y aceptó la «federalización» de Ucrania. Así las cosas, esta llegó a un callejón sin salida. Lo más probable es que Rusia pronto se involucre en algunas negociaciones de control de armas con Occidente, pero Putin considerará que estas actividades no tienen ningún sentido. Los políticos en Occidente deben entender que el hecho de que Rusia no obtenga nada de las últimas tensiones sobre Ucrania es otra humillación más que Putin no podrá pasar por alto y que, como resultado, continuará buscando formas de socavar la soberanía de Ucrania.[21]

Para entender mejor las raíces del enfrentamiento Rusia-Occidente en Ucrania, también se debe tener en cuenta que, durante más de dos décadas, Putin ha insistido en que Rusia finalmente se está «levantando después de haber estado de rodillas» y recuperando su estatus de superpotencia mundial. En consecuencia, siente que cualquiera que haya insultado a Rusia ahora debe arrepentirse. Al igual que Ramzan Kadyrov, jefe de la república chechena y uno de los hombres más poderosos de Rusia, que espera que cualquiera que le haya «faltado el respeto al pueblo checheno» se disculpe con él,[22] Putin siente que la OTAN y las potencias occidentales le deben a Rusia una disculpa por maltratarlo (de hecho, esto fue declarado muy explícitamente por la portavoz de la cancillería de Rusia Maria Zakharova, quien recientemente le pidió a Gran Bretaña que «se disculpe» por violentamente «asaltar» a Rusia).[23] Incapaz de «hacer que Rusia vuelva a ser grandiosa» porque la economía del país es débil y su contribución al progreso tecnológico mundial está disminuyendo, Putin desea desesperadamente utilizar el poderío militar de Rusia para obligar al mundo a reconocer las capacidades extraordinarias de Moscú. En resumen, Putin desea ser considerado como alguien indispensable para el mundo tal como lo es en su propio país, Rusia.

Conclusión

¿Qué debería hacer Occidente una vez que termine la fase crítica del enfrentamiento?

Fundamentalmente, Occidente no debería descansar, ya que la actual distensión parece ser más un desarrollo temporal que uno sólido y duradero. Occidente debería buscar otras opciones y formas de relacionarse con Ucrania.[24] Este debería encontrar una manera de incorporar a Ucrania dentro de las estructuras de seguridad de la OTAN sin invitarla directamente a unirse a la alianza.[25] Además, Occidente debe desarrollar estrategias adecuadas para disminuir la dependencia de Europa a la energía rusa y Estados Unidos también debe disminuir su dependencia de las importaciones de Rusia.

Las engañosas e irresponsables teorías deben ser abandonadas, tales como la afirmación de que a Putin se le debe apaciguar[26] para que Rusia disuada de su alianza con China.[27] Occidente debería repensar su noción de que una «colaboración mutuamente beneficiosa» con Rusia ayuda a responsabilizar a Putin[28] y de que «casi ningún problema global significativo» puede ser abordado sin la cooperación de Rusia. Desde comienzos de la década de los años 90, Rusia ha ayudado a crear infinidad de problemas y conflictos regionales, pero no ha ayudado a resolver ni una sola crisis grave. La Rusia de Putin es un enemigo formidable de Occidente y es poco probable que esto cambie pronto, ya que el pueblo ruso no puede o no desea derrocar a su presidente.

Occidente no puede hacer nada para socavar el gobierno de Putin en su propio país. Este debería abstenerse de intentar cambiar a Rusia, mientras hace todo lo posible para protegerse a sí mismo y a sus aliados en contra de la amenaza rusa. Tal como he argumentado desde mediados de la década de los años 2010,[29] la tarea no es derrotar al régimen de Putin, sino sobrevivir a este.[30]

*El Dr. Vladislav L. Inozemtsev es asesor especial del Proyecto estudios de los medios de comunicación rusos en MEMRI.

[1] Politico.com/newsletters/national-security-daily/2022/02/11/putin-could-attack-ukraine-on-feb-16-biden-told-allies-00008344, 11 de febrero, 2022.

[2] Businessinsider.com/wh-credible-prospect-russia-could-invade-ukraine-before-olympics-end-2022-2, 11 de febrero, 2022.

[3] Reuters.com/world/us-receives-russias-response-security-proposals-us-official-2022-02-17/, 17 de febrero, 2022.

[4] Mid.ru/ru/foreign_policy/rso/nato/1790818/?lang=en, 17 de diciembre de 2021; Mid.ru/ru/foreign_policy/rso/nato/1790803/?lang=en&clear_cache=Y, 17 de diciembre, 2021.

[5] Tass.ru/mezhdunarodnaya-panorama/13594727, 2 de febrero, 2022.

[6] En.kremlin.ru/events/president/transcripts/21340, 25 de septiembre, 2001.

[7] Nzz.ch/meinung/kgb-mann-putin-oder-warum-der-westen-russland-verlor-ld.1649576?reduced=true, 13 de noviembre, 2021.

[8] Nv.ua/project/vozvrashchenie-moskovii-2524001.html, 27 de febrero, 2020.

[9] Александр Абалов и Владислав Иноземцев. Бесконечная империя: Россия в поисках себя, Москва: Альпина Паблишерс, 2021, cc. 156–159).

[10] En.kremlin.ru/events/president/news/66181, 12 de julio, 2021.

[11] En.kremlin.ru/events/president/news/60490, M9 de mayo, 2019.

[12] Echo.msk.ru/blog/aillar/2469765-echo/, 29 de julio, 2019.

[13] Véase la serie de MEMRI Informe Diario No. 334 – La ‘verdadera soberanía’ de Rusia en política exterior es solo un medio para consolidar sus ‘poderes soberanos internos’, Dr. Vladislav L. Inozemtsev, 1 de noviembre, 2021.

[14] En.kremlin.ru/events/president/news/67766, 14 de febrero, 2022.

[15] Nato.int/nato_static_fl2014/assets/pdf/pdf_2016_07/20160627_1607-factsheet-enlargement-eng.pdf

[16] Travel.state.gov/content/travel/en/traveladvisories/traveladvisories/belarus-travel-advisory.html, 14 de febrero, 2022.

[17] Rbc.ru/politics/29/01/2022/61f4a6f69a7947baa1d340a7, 29 de enero, 2022.

[18] Economics.segodnya.ua/economics/transport/otmena-reysov-i-polnoe-zakrytie-neba-vse-chto-nuzhno-znat-ob-aviasoobshchenii-s-ukrainoy-1602515.html, 13 de febrero, 2022.

[19] Epravda.com.ua/rus/news/2022/02/11/682318/, 11 de febrero, 2022.

[20] Véase la serie de MEMRI Informe Diario No. 341 – Putin fanfarronea – él no puede darse el lujo de invadir Ucrania; la mejor estrategia para Occidente es ignorarlo, por el Dr. Vladislav L. Inozemtsev, 6 de diciembre, 2021.

[21] Spektr.press/radikalnoe-vneshnepoliticheskoe-fiasko-vladislav-inozemcev-o-tom-kak-kreml-ne-sumel-zafiksirovat-pribyl-v-geopoliticheskom-razmene-i-ultimatumom-nato-zagnal-v-ugol-sebya/, 8 de febrero, 2022.

[22] Kavkazr.com/a/31278243.html, 28 de mayo, 2021.

[23] Echo.msk.ru/blog/mzakharova/2980256-echo/, 15 de febrero, 2022.

[24] Larazon.es/internacional/20220210/zyor23wibrc2xj5k5tsnd46qbm.html, 10 de febrero, 2022.

[25] Vladislav Inozemtsev. «Sur le Brexit et une ‘nouvelle AELE’» en: Politique étrangère, 2020, No. 2, págs. 171–184.

[26] Thediplomat.com/2016/08/is-kissingers-triangular-diplomacy-the-answer-to-sino-russian-rapprochement/, 2 de agosto, 2016.

[27] Foreignaffairs.com/articles/united-states/2021-08-04/right-way-split-china-and-russia, 4 de agosto, 2021.

[28] Eeas.europa.eu/archives/docs/russia/docs/russia_brochure07_en.pdf, 2007.

[29] Dgap.org/en/research/publications/russia-2010s, 4 de junio, 2015.

[30] Ridl.io/en/outliving-putin-co/, 11 de mayo, 2021.

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