Nadia, 11va. Parte

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CAPITULO 11

Continuación de escena 50 pero de tarde. Vista panorámica de Herzelya Pituaj, cámara se detiene en el hotel Oceanus y vemos ahí saliendo a Ariel y a Nadia, entran al carro de este y viajan rumbo a Yaffo.

Ariel: Cada día te ves más preciosa mi amor.


Nadia: El estar a tu lado Ariel me embellece. Últimamente he estado pensando mucho en el destino.

Ariel: Es un nuevo pretendiente?

Nadia: No tontito, destino es lo que te depara la vida, y a veces trae muchas sorpresas.

Ariel: Ahora entiendo, es el que tan sabiamente nos puso a uno en el camino del otro, y vaya que hizo muy buen trabajo.

Nadia: De veras no estas arrepentido? Pues hasta donde yo se siempre estabas rodeado de bellas mujeres.

Ariel: Así es mi amor, pero en el fondo siempre estuve esperando una “Nadia”                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      

Llegan a Yaffo se estacionan y bajan del carro.

Ariel: (Abriéndole la puerta a Nadia y haciendo una reverencia) Mi bella dama, hágame el favor de acompañarme a pasear por este viejo, pero precioso puerto de Jaffa.

Nadia: (sonriendo) Es un honor, caballero.

Abrazados empiezan a caminar por las callejuelas angostas, y entran en algunas galerías, observando cuadros, joyas etc.

Visitan la Iglesia de San pedro y cuando salen de ahí observan la maravillosa vista.

Ariel: Te gusta mi amor?

Nadia: No solamente me gusta, me ha embrujado, ha sido una tarde encantadora.
Ariel: Bueno mi amor, para cerrar con broche de oro esta noche, he hecho reservaciones en este restaurante.

Nadia: Me parece muy bien porque tengo mucha hambre.

Entran al restaurante y piden de cenar.

Ariel: Nadia, mis padres te invitan a cenar el viernes en casa de ellos.

Nadia: Saben lo nuestro?

Ariel: Precisamente a eso fui hoy, a contarles.

Nadia: Y cual fue su reacción?

Ariel: Bueno, al principio cuando les conté que estaba enamorado

les sorprendió.

Nadia: Y cuando supieron que soy libanesa y católica?
Ariel: (suspirando) Al principio mi mamá estaba sacada de onda, pero mi padre que es un santo, un hombre muy sensato y comprensible, sobretodo después de lo mucho que ha sufrido en su pasado, estuvo de acuerdo e incluso creo que la convenció.

Nadia: Crees que me acepte?

Ariel: Te quiere conocer, y estoy seguro de que cuando lo haga, se va enamorar de ti al igual que yo.

(El mesero le trae un pastel a Nadia)

Nadia: Perdón, pero yo no pedí ningún pastel.

Ariel: Nadia, esta noche es especial, por favor acéptalo, esta delicioso.

Nadia: (asentando con la cabeza) Esta bien amor.

(Cuando Nadia lo va a comer se encuentra con un estuche lo abre y es un anillo de compromiso)

Nadia: Y esto?

Ariel: Quieres casarte conmigo amor?

Nadia: Me estas hablando en serio? Casarnos a pesar de tantas diferencias que existen entre nosotros?

Ariel: De que diferencias hablas?

Nadia: No me hagas repetirlas, las sabes muy bien, empezando por la de la edad.

Ariel: Pero mi amor, nada puede  separarnos, ni religión, ni  diferencia de edades, porque nuestro amor es más fuerte que todo esto, o acaso tu no me quieres?

Nadia: Que no te quiero? Y porque piensas que estoy aquí? Crees que he atravesado todo el océano porque si no más?

Ariel: Entonces acepta mi propuesta y juntos lucharemos contra todas las diferencias.

Nadia: Y nuestras familias?
Ariel: Tendrán que aceptar que nuestro amor es lo principal.

Nadia: Y donde vamos a vivir? Y en que iglesia o templo nos vamos a casar?

Ariel: Nos vamos a casar por lo civil, es una forma de respetar cada uno su religión. Vamos a vivir  casi todo el tiempo en México, donde voy a ser el representante de la compañía, y algunos meses aquí. Alguna objeción?

Nadia: Si, hay una

Ariel: Cual?

Nadia: Que aquí en tierra santa, me firmes un papel en donde quede estipulado que si con el tiempo me salen algunas cuantas arruguitas, o desaparecen mis curvas, en fin que suba unos kilitos, eso no será  un obstáculo para nuestro matrimonio.

Ariel: Te firmo lo que quieras, pero con una condición.

Nadia: Cual?

Ariel: Que si algún día yo pierdo mi cabellera y me pongo viejo, panzón y de mal carácter, tú me aguantes.

Nadia: Acepto que lleguemos a viejos y con lo que esto trae acarreado…

Ariel: Tardé mucho en conocerte, pero valió la pena esperar (Los meseros los observan como se besan)

Fin de Escena

 

 Mientras tanto en la ciudad de México, la cámara enfoca el lobby de un hotel lujoso. Armando esta saludando a su hija Laila que acaba de llegar.

Armando: (dándole un beso) Te ves cada vez más linda, el embarazo te sienta muy bien.

Laila: Gracias papá, me extrañó mucho que me hayas citado tan temprano.

Armando: Ven, sentémonos a tomar algo y así tranquilamente platicaremos.

Se sientan y se acerca la mesera

Laila: Yo no quiero tomar café, prefiero un refresco y un pastel de chocolate, con mucha crema chantilly.

Armando: Para mi, un café bien cargado, por favor.

 La mesera se retira.

Laila: No deberías tomar café y menos aún cargado, acuérdate que te tienes que cuidar.

Armando: Bueno, por una vez no pasa nada. Lo que veo que no has perdido la costumbre de comer pastel de chocolate y tomar refresco, lo has hecho desde niña.

Laila: Papá, no creo que me llamaste tan temprano para hablar de pastel y refresco.

Armando: Efectivamente no, lo que te tengo que decir es más serio. Estoy viviendo en este hotel, porque me estoy separando de Renata. Como Karina no está, tenía que desahogarme contigo hija.

Laila: A mi no me extraña lo que está pasando, era una relación que no tenía futuro, inútil sería decirte las diferencias tan notorias que existen.

Armando: Me siento tan confuso. No sé que me pasa.

Laila: A lo mejor extrañas a mami.

Armando: No te imaginas cuanto. Quisiera verla y platicar con ella.

Laila: Papá ella ahora no está en México.

Armando: No está en México? Adonde fue?
Laila:
Al Medio Oriente, a Israel.

Armando: Tu mamá en Israel?… A que fue?

Laila: A pasear.

Armando: Pero si tu mamá ni a la esquina iba sola.

Laila: Su vida últimamente, ha dado un giro de ciento ochenta grados. Está irreconocible, ya no es la misma. Lo bueno de todo esto, es que se la ve feliz e independiente.

Armando: Pero dime,  no te parece raro que haya viajado tan lejos y sola? A lo mejor ya tiene su otra mitad, y pronto nos dará una sorpresa.

Laila: Mamá no es el tipo de mujer que de buenas a primera tenga ya a un galán a su lado. Hasta donde yo se, ella esta metida en un grupo de todas las religiones, y creo que a eso fue. A lo mejor su idea es investigar a fondo sus raíces, dice la abuela que iba a visitar a unos parientes en Belén.

Armando: Mira la ironía de la vida, yo pensé que al separarme de tu mamá, iba a ser muy feliz al lado de Renata, y que Nadia iba a sufrir mucho nuestra separación. Ahora veo que resultó todo lo contrario. Creo que Dios y la vida misma  me están castigando.

Laila: (acariciándole la mano) No te tortures papá con estos pensamientos, a veces el destino nos juega una mala pasada. Espero que pronto recuperes tu alegría de vivir y tu ánimo para seguir adelante. Yo siempre estaré a tu lado, no dudes en hablarme cada vez que me necesitas.

Armando: Gracias hija, si no fuera por ti y Karina, me sentiría muy solo. Te quiero mucho.

Laila: Yo también papá.

Fin de Escena

 

En Israel una noche

Nadia llega al hotel Oceanus y en la recepción le entregan un recado) sube a su cuarto y encuentra un ramo de rosas rojas

Toma la nota y lee: Amor en mi habitación te espera una sorpresa. Nadia entra al cuarto de Ariel.

Ariel: (Besándola) Amor, como fue tu paseo a Belén?

Nadia: Fue muy
interesante, visité lugares que siempre

quise  conocer.

Ariel: Cómo encontraste a tu familia?

Nadia: Bien.

Ariel: No te veo muy convencida.

Nadia: Es que son muy diferentes a mis parientes de México. Siento que les molestó cuando se enteraron que era separada, incluso el tío ya me estaba proponiendo un nuevo candidato.

Ariel: Mira nomás, te he dejado un rato sola y ya te quieren atrapar.

Nadia: Pero yo no soy tan fácil.

Ariel: Bueno, como te dije en la tarjeta te tengo una sorpresa.
Nadia: Y cual es?
Ariel: (entregándole unos boletos) Un paseo por 3 días a Turquía.

Nadia: Yo también tengo una sorpresa para ti.

Ariel: No me digas que aceptaste la proposición de tus tíos?

Nadia: Tonto… acabo de recibir una llama de Karina, que viene a Israel dentro de unos días a pasear conmigo,  para así regresarnos juntas.

Ariel: O sea que se nos acabó la luna de miel?

Nadia: Por un lado me da gusto que venga y por el otro me siento como tu.

Ariel: No te preocupes amor, muy pronto vamos a estar juntos para siempre. Le vas a contar sobre nuestros planes?

Nadia: Aún no se como decírselo, necesito tiempo.

Ariel: Mi amor  tarde o temprano tienes que hablar con tu familia, ocultar lo nuestro no es sano…o es que ya no quieres casarte conmigo? (risueño)

Nadia: Por supuesto que si, y ya encontrare el momento para hablar sobre nuestro matrimonio. Sobre mi estancia aquí en el hotel, ya veré como le explico.

Fin de Escena

 

Viernes en la noche

Se encuentran todos en la mesa  en casa de Abraham y Susana haciendo la oración del pan y del vino 

Abraham: Nadia,  que gusto tenerte hoy compartiendo nuestra cena de shabat.

Nadia: El gusto es mío.

Ariel: Es tu primera cena de shabat?
Nadia: No, muchas veces fui invitada a casa de Liliana, incluso una vez estuve en Pesaj.

Susana: No se te hacen raras nuestras costumbres?
Ariel: Ay! mamá, estamos cenando o debe contestar tu cuestionario?

Nadia: No me molesta.

Abraham: Visitaste a tu familia?

Nadia: Si, estuve en Belén.

Susana: En Belén, en beit lejem?

Ariel: Si mamá, donde nació cristo.
Abraham: Y como es tu familia?

Nadia: Muy simpáticos  pero mi tío un poco anticuado, a tal grado que me quería casar con un viudo de setenta años.

Abraham: No me digas?

Susana: Menos mal que no te quisieron cambiar por camellos.

(Nadia hace un gesto de estar molesta y cuando va a empezar a hablar Ariel le acaricia el muslo)

Ariel: Que te extraña mamá, entre nosotros, los casamenteros ya salieron al mercado de valores.

Susana: (Levantando los platos) Bueno, voy a traer el café y tengo un pastel riquísimo.

Abraham: Todo lo que tú haces es riquísimo.

Ariel: (Dirigiéndose a Nadia) Como veras amor, mis papas no son presumidos, no más les gusta echarse cumplidos mutuamente.

Nadia: Es que de verdad todo estuvo riquísimo, no solamente comí cosas diferentes, sino que muy sabrosas. (Levantándose) Permítame ayudarle señora.

Susana: Por favor llámame por mi nombre, y si, acepto tu ayuda.

Susana y Nadia se van a la cocina.

Abraham: (Dirigiéndose a Ariel) Esta mujer me ha parecido muy fina y agradable.

Ariel: Ahora entiendes porque me he enamorado perdidamente de ella.

Abraham: Lo comprendo, pero hijo tienes que tomar en cuenta que con el tiempo la pasión pasa,  y lo que queda es un amor tranquilo, la comprensión y el respeto.

Ariel: Mira lo único que yo se es que cada día estoy más enamorado.

Abraham: Espero que siga siempre así, no te olvides que tienen que vencer muchos obstáculos. Dime, su familia, sus hijas, saben que son pareja?

Ariel: La verdad es que no están enterados, ella tiene que hablar con ellos.

Abraham: Espero la comprendan y la apoyen.

Susana y Nadia platicando en la cocina

Susana: Mira Nadia, la verdad es que eres muy bonita y simpática, pero…

Nadia: Pero…hay un pero? O mas que uno?…

Susana: Por supuesto, si lo miras desde afuera fríamente, te darás cuenta que son más las cosas negativas que las positivas.

Nadia: Estamos conscientes de eso.

Susana: Eso no es suficiente, como madre que soy comprendo que vuestros sentimientos son muy fuertes, pero así pueden ser las consecuencias.

Nadia: Ambos hemos sufrido mucho en el amor, sobre todo yo, por eso mismo sabemos lo que queremos y vamos a luchar por ello, a pesar de las dificultades que se nos presenten.

Susana: (Suspirando) Cuentan con mi apoyo y mi bendición.

(Nadia le da un beso)

 

Final del capitulo 11

 

Acerca de Esther Kershenovich

Nacida en México emigra, junto con sus hijos a Israel en 1975. Tiene en su haber la novela "Nadia", un libro de poesías denominado "Soy" y su más reciente creación, un libro de poemas y prosas titulado "Tejiendo La Vida" (2009). Ha participado en varias antologías y ha sido representante de escritores en Zaragoza, España. Pertenece a las Peñas Literarias de Raanana en Israel y además estudia teatro con directores latinoamericanos. Escribió una pelicula basada en su novela "Nadia" y actualmente esta traduciendo al hebreo su película "Agentes de Seguridad". Sus colaboraciones en "Foro" han sido por años aunque por su lejanía sus intervenciones resultan esporádicas.

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