Navidad en Oriente Medio

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La atmósfera festiva inherente a la celebración navideña es cada vez menos frecuente en muchas de las zonas de Oriente Medio que durante siglos albergaron nutridas poblaciones cristianas. A pesar de ser la región donde el cristianismo nació y desde donde esta fe se extendió a lo largo y ancho del mundo, el panorama que ofrece la presencia cristiana ahí es francamente deprimente. Grandes masas de fieles han emigrado en las últimas décadas hacia lugares más seguros, acosadas no sólo por las guerras y la inseguridad, sino también por el activismo del islamismo radical que las ha maltratado y discriminado de manera específica y persistente. Una proporción importante de los cristianos de Líbano, lo mismo que de los de Egipto y los territorios palestinos ha decidido exilarse, preferentemente hacia Occidente, donde la libertad de culto les ofrece un horizonte más promisorio.

Irak ha sido el país donde la situación ha cobrado un carácter más crítico. El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados estima que en 2003, antes de la invasión estadunidense a esa nación, habitaban ahí un millón de cristianos, mientras que hoy en día la cifra alcanza si acaso la mitad, con una tendencia a la continuación de la huida, sobre todo después del ataque del 31 de octubre pasado a una de las principales iglesias de Bagdad. Dicho ataque llevado a cabo por fuerzas identificadas con Al-Qaeda dejó 58 muertos.

Esta misma semana el Congreso iraquí discutió el caso cristiano y emitió una resolución que pretende, en principio, ayudar a las familias que se han desmembrado como parte del éxodo. Sin embargo, esa tarea se vislumbra problemática ya que entre la población cristiana priva la desconfianza de recurrir a las autoridades por considerar que entre éstas mismas abundan quienes militan en las filas de organizaciones islamistas radicales.


Y aun cuando en esta temporada el gobierno ha apostado guardias de seguridad en las más importantes iglesias, líderes de las comunidades cristianas han decidido que celebrarán la Noche Buena hasta la tarde siguiente, al tiempo que han llamado a los fieles a festejar la Navidad de preferencia en la intimidad de los hogares sin hacerse demasiado visibles en el espacio público. Las cosas se han agravado tanto que en meses recientes se realizó una propuesta de concentrar a la población cristiana nacional en una sola ciudad, Nínive, donde las autoridades pudieran protegerla, pero dicha intención no ha contado con los medios para ponerse en práctica.

Este triste panorama cuenta no obstante, con algunas luces. A Belén, ciudad controlada por la Autoridad Nacional Palestina, ha llegado un importante flujo de peregrinos que desde diferentes partes del mundo arribaron a festejar la Navidad. La calma y seguridad que se han fortalecido en los últimos años ha alentado notablemente al turismo religioso hacia esa zona, luego de la crisis registrada durante el periodo de la segunda intifada palestina. Incluso este año más de 500 cristianos palestinos habitantes de la Franja de Gaza han recibido permiso de las autoridades israelíes para viajar a Cisjordania y poder celebrar en Belén las festividades religiosas de fin de año. Las fuerzas de seguridad israelíes han coordinado este viaje con el gobierno de Mahmoud Abbas, señalando que se trata de una iniciativa acorde con el apego al respeto de la libertad religiosa. Este traslado temporal de 500 de los tres mil 500 cristianos que restan en Gaza es vivido por ellos como un respiro ante la violencia que ahí se desató contra iglesias y símbolos cristianos a partir de la toma del poder por Hamas en 2007.

Mientras tanto, en foros jihadistas en internet han estado proliferando los llamados de clérigos y militantes del Islam radical a atacar de diversas formas intereses occidentales y cristianos durante esta temporada navideña, tal como lo reportan recientes informes de Middle East Media Research Institute. Con ello se confirma que por más que desde el Vaticano y otras instancias afines se estudie cómo contrarrestar la embestida sufrida por los cristianos de oriente, la tendencia a su arrinconamiento y eventual expulsión de esa región, sigue vigente.

Fuente: Excélsior

Acerca de Esther Shabot Askenazi

Licenciada en Sociología egresada de la UNAM (1980), con estudios de maestría en Sociología en la UNAM y con especialización en Estudios Judaicos en la Universidad Iberoamericana. (1982-1985) Fue docente en la ENEP Acatlán, UNAM durante 10 años (1984-1994). Actualmente es profesora en diversas instituciones educativas privadas, judías y no judías.De 1983 a 1986 fue colaboradora semanal del periódico "El Nacional" tratando asuntos del Oriente Medio.Desde 1986 hasta la fecha es editorialista semanal en el periódico Excélsior donde trata asuntos internacionales.Es comentarista sobre asuntos del Medio Oriente en medios de comunicación electrónica.Publicaciones:"Los orígenes del sindicalismo ferrocarrilero". Ediciones El Caballito S.A., México, 1982.En coautoría con Golde Cukier, "Panorama del Medio Oriente Contemporáneo". Editorial Nugali, México, 1988.Formó parte del equipo de investigación y redacción del libro documental "Imágenes de un encuentro. La presencia judía en México en la primera mitad del siglo XX" publicado por la UNAM, Tribuna Israelita y Multibanco Mercantil, México, 1992.Coautora de "Humanismo y cultura judía". Editado por UNAM y Tribuna Israelita. José Gordon, coordinador. México, 1999.Coordinadora editorial de El rostro de la verdad. Testimonios de sobrevivientes del Holocausto en México. Ed. Memoria y Tolerancia, México, 2002.Redactora de la entrada sobre "Antisemitismo en México" en Antisemitism: A Historical Encyclopedia of Prejudice and Persecution". Ed. ABC CLIO, Chicago University, 2005."Presencia judía en Iberoamérica", en El judaísmo en Iberoamérica. Edición de Reyes Mate y Ricardo Forster. EIR 06 Enciclopedia Iberoamericana de Religiones. Editorial Trotta. , Madrid, 2007.Artículos diversos en revistas de circulación nacional e internacional.

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