Uruguay, la comunidad israelita y el pueblo judío, la historiadora de bendito recuerdo, Rosa Raicher, nos ilustra respecto a la presencia nazi. Las conclusiones son que no estuvimos exentos de dicha despreciable actividad. Cuenta la historiadora que en 1940, ante el peligro que representaba la amenaza se creó en nuestro parlamento una comisión investigadora respecto a la Actividades Antinacionales de determinados grupos y embajadas.
Sus conclusiones fueron que existían en Uruguay diversos grupos afiliados al nazismo ligados a la embajada alemana y que la mayoría de las instituciones de la colectividad alemana fueron copadas por adherentes a dicha ideología. En dichas circunstancias fue expulsado el Club Alemán de la Confederación Atlética Uruguaya en 1942 siguiendo las instrucciones de otra comisión parlamentaria.
La influencia nazi penetró a la administración pública. La Comisión declaró en su informe que existía una campaña de infiltración sistemática en las oficinas del gobierno…dirigida por agentes nazis, y había ganado a un número considerable de empleados y jefes de oficina.
La Dirección de Escuelas estableció el control estatal sobre el Colegio Alemán y la Scuola Italiana, instituciones privadas en las que enseñaban maestros de ideología totalitaria. Los alumnos vestían uniforme y recibían entrenamiento bélico. Sus programas estaban embebidos del espíritu nacionalista. En el libro de lectura del Colegio Alemán decía: Que d-os bendiga los caminos del Führer. Un decreto del 13 de marzo de 1942 clausuró dos escuelas nazis privadas en Paysandú. Paradójicamente una ubicada en la Colonia 19 de abril, en el Porvenir, fundada por colonos judíos 30 años antes.
Maestros de ideología nazi fueron destituidos de sus cargos en escuelas públicas y liceos.
La Comisión parlamentaria informó que existía una campaña de infiltración nazi en la prensa mediante la distribución de materiales propagandísticos del triste régimen.
Una carta de protesta dirigida por la Comunidad Israelita del Uruguay – en ese entonces llamada de Montevideo-, al ministro del Interior Manuel Tiscornia, con fecha 9-5-40, afirmaba: Publicaciones como Audacia, Atención, Pregón, Fragua y otras, en las que se incita el antisemitismo se distribuyen libremente. Merece destacarse que esas publicaciones son en gran medida copia del Deutscher Fichte Bund de Hamburgo. En mayo de 1941 apareció un diario nazi, Libertad, dirigido por Alejandro Kayel, diputado terrista. Dicho diario, según la Comisión, era financiado desde Alemania. Era una publicación antijudía, antiestadounidense y antibritánica. En su primer número afirmaba que había en Uruguay más de 150 mil judíos, a causa de la inmigración ilegal, monstruosos parásitos que amenazan convertirse en un poderoso estado dentro del estado. Dado que la patria está en peligro, se solicitaba a lasautoridades una solución al problema judío, tontamente introducido al país por su política de inmigración, más que liberal suicida.
Comprobado el problema, la presencia de extranjeros en sitios de importancia – bases militares, aeropuertos, usinas, represas, destilerías, refinamiento de combustible, etc., fue limitada o prohibida por un decreto del 14-6-42. Una depuración en la Policía llevó a la expulsión de miembros de ideología nazi en Rocha.
Con la sanción de determinadas leyes – contra la incitación racial, el funcionamiento de organizaciones políticas y sociales dirigidas desde el exterior y contra la importación de publicaciones extranjeras antidemocráticas- y la ruptura de relaciones diplomáticas con el eje, luego del ataque a Pearl Harbor en diciembre de 1941, dichas actividades fueron frenadas. Los activistas fascistas debieron abandonar el país y la estructura del nazismo se desmoronó.
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