Soy muy respetuoso de lo que opinan los demás, lo cual no quita mi obligación moral de responder a lo que considero equivocado.
En el último número leído del periódico Nueva Sion de Argentina hay dos artículos con los que no puedo estar de acuerdo.
Ambos artículos combaten al extremismo dentro del judaísmo en Israel, punto en el que coincido. Pero no puedo coincidir convirtiéndome en extremista del otro lado.
Einstein se considera un gran sabio no sólo por sus teorías sino porque esencialmente declaró que cada día tenía más dudas que certezas, algo que no veo en los artículos titulados “disonancias de la izquierda israelí” del Sr. José Hamra Sasson, y “sionismo religioso?- obvio, no hay otro”, del Sr. Michael Brizon.
Mencionaré algunos puntos de esos artículos.
“Lo que está en juego es la esencia de la Israel imaginada en la Declaración de Independencia…..
Pareciera que la izquierda partidista se escondió para evitar ser señalada como traidora, quizá apenada por carecer de imaginación para colocar al frente sus valores y principios. ”
Totalmente de acuerdo con la primer frase, incluso agrego que no sólo la esencia sino la existencia como país. Totalmente fuera de lugar la segunda.
Debemos resaltar en primer término que el caudal electoral se logra cuando aparecen líderes que atraen, no con promesas y lindos discursos sino con propuestas que sirvan al futuro, que apunten a soluciones de problemas. No aparecieron esos líderes ni propuestas potables, y no considero potable creer que los palestinos cumplirán con lo que puedan prometer -incluso firmar- en acuerdos.
Basta vivir en Israel un tiempo corto para darse cuenta que no tenemos con quién dialogar fuera de fronteras y muy pocos dentro de nuestras fronteras.
No puedo considerar que los dirigentes de los partidos de izquierda se hayan “escondido”, si lo que hicieron fue tener bien apoyados los pies en la tierra, y darse cuenta que no había interlocutores válidos. Es muy cierto que apenas lograron sobrevivir en las últimas votaciones, pero simplemente porque el votante no vislumbró la viabilidad de un gobierno de izquierda, por lo que se volcó masivamente a lograr que los más extremistas de derecha no logren mayoría.
A veces sucede que las personas con más conocimiento de una materia fallan porque no observan los detalles menores. Eso sucede tanto con un ingeniero que no ve lo que sí ve un albañil, con un médico que no está en los detalles como sí lo está un enfermero. En política el detalle es saber cómo piensa el votante, no tomar como bandera una determinada ideología sin observar la realidad.
En Israel, la realidad es que quienes poblaron estas tierras por idealismo ya no son muchos, y sí lo son quienes vinieron por otros motivos o son nuevas generaciones de israelíes que tienen otras necesidades. La mayoría de la población quiere tranquilidad, no que se le hable de reivindicaciones sociales o ideologías.
“Me refiero a Rompiendo el Silencio, B’Tselem, Combatientes por la Paz, Círculo de Familias,
y decenas de organizaciones e iniciativas civiles. En ese sentido, la izquierda partidista sionista
se diluyó ante la imposibilidad de mantener coherencia en el discurso y la acción.”
Pido mil disculpas, ¿pero el autor pretende que ciertas organizaciones reconocidas como totalmente antisemitas sean quienes marquen el rumbo de los integrantes de Avodá y Meretz? Me niego rotundamente, y pueden preguntar mis antecedentes en mi larga labor en la colectividad judía en Uruguay antes de mi aliá.
“ El discurso no puede estar peleado con la realidad.”
Exactamente, la realidad se ve viviendo dentro de Israel, y hablando con la gente. Y esa realidad es lo indicado antes: vivir tranquilos, y ser gobernados por quienes aparentan ser quienes pueden gobernar mejor. Por supuesto que no me refiero a las líneas de Netanyahu, Bennett, Smotrich o las mas sinuosas de Lieberman.
¿Acaso no lo demuestran los números en la última contienda, donde hubo un empate prácticamente entre las líneas pro-Bibi y anti-Bibi?
“La inclusión de candidatos árabes palestinos ciudadanos de Israel
no se puede limitar a una coyuntura electoral.”
Hay pocos árabes en las listas de los partidos, es cierto. Me pregunto si hubo algún intento de los que conforman las listas de los distintos partidos árabes para integrar las listas de otros partidos como Avodá o Meretz, o son ellos y sus intereses quienes hacen apartheid.
“Un camino quizá está, como diversas voces proponen, en la conformación de un bloque político
que incluya a los partidos de izquierda judía y árabe palestina de Israel. Si aún hay espacio para la esperanza,
el poco tiempo que queda nos lo dirá.”
Suscribo esta idea, si fuera creyente rezaría para que se logre.
…”¿acaso hay otro sionismo? ¿Acaso se puede encontrar aún un sionismo no-religioso?
¿Acaso lo hubo alguna vez?”
Sí lo hubo, sí lo hay, soy uno de los muchos sionistas no religiosos que poblamos al Estado de Israel. Personalmente llegué a él cuando ya otros sionistas no religiosos lo habían construido y levantado sus niveles en muchos temas. Con sus virtudes y sus defectos, este país existe gracias a los líderes históricos, cuya gran mayoría no era religiosa y sí sionista.
Ante la duda del autor, confirmo que abrazamos el ideal de un país democrático, de igualdad de todos los seres humanos, que no nos consideramos un pueblo elegido sino un pueblo que ansía el retorno a su antigua morada, que desconocemos que alguien nos haya declarado “pueblo elegido” sin aclarar elegido para qué, y que protestamos a diario contra las imposiciones religiosas que no aceptamos porque los religiosos no aceptan las nuestras.
Perdón, hablo italiano pero ciertas palabras incluídas en el artículo de marras no están en mi vocabulario, menos si estoy hablando de mi patria.
El señor David Ben Gurion cometió errores en su gobierno, todos los seres humanos los cometemos. Pero debemos agradecerle todo lo que hizo para que Israel exista.
Denominar “religiositis aguda” puede ser acertado solamente si se habla de los fanáticos religiosos de todas las religiones. En ese caso puedo estar de acuerdo, pero no en este caso donde se insulta al pueblo judío, algo que comúnmente se llama “antisemitismo”.
Y el señor Theodor Herzl también puede haberse equivocado. Pero sin él y sus ideas, más quienes siguieron el camino sionista, hoy estaríamos todavía en el exilio eterno, o en Birobidjan como la otra idea de uno de los más grandes antisemitas de la historia.
Que me disculpen los lectores, no divido al mundo en izquierdas y derechas sino en bien y mal intencionados. Pero últimamente parecería que para ser de “izquierda” hay que hablar mal de Israel. Si esto es así por favor no me tilden de izquierdista, tampoco de ciego porque ya no me agrada leer a los “ideólogos”, últimamente se asemejan más a “idiotólogos”.
Conste que no defiendo a gobernante alguno, discutir sobre los gobiernos es muy diferente a catalogar a un país por lo que hace una línea política determinada. La vieja frase de Joseph de Maistre (cada nación tiene el gobierno que se merece) es más relativa que la teoría de Einstein. Prefiero a Tomás de Aquino cuando dice: teme al hombre de un solo libro.
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