No, a las guerras religiosas – si, a la lucha contra los fanatismos y sus consecuencias

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Los disturbios en la zona de Jerusalén de las últimas semanas, se han incrementado con las provocaciones de religioso-nacionalistas judíos que han subido al llamado “Monte del Templo”, donde se encuentra la mezquita El.Aqza. Ellos sueñan con la construcción del Tercer Templo, sobre las ruinas de la mezquita, para  restaurar allí los sacrificios de los tiempos bíblicos. Todo esto, a pesar de que tanto los judíos ortodoxos, como la Superioridad Rabínica consideran sacrilegio ascender a dicho “atrio sagrado”.

La reacción de una parte de la población árabe, instigados por su fanatismo religioso (sobre todo bajo los auspicios de Hamas), ha provocado una serie de  agresiones, culminando en estos días con el asesinato de 4 rabinos (con armas blancas y a sangre fría), durante su rezo matutino en una sinagoga.

En el ínterin, extremistas judíos cometieron también un asesinato vengativo de un niño árabe.íos. Ello incitó a revanchas. Además algunos políticos oficialistas, sin  la más mínima cautela, han hecho declaraciones imprudentes y provocativas, que solo han reavivado las llamas. No faltaron expresiones y actitudes racistas y antidemocráticas que violan el espíritu de la Declaración de la Independencia de Israel.


Frente a ello, me niego plegarme a una “guerra mundial” contra el Islam, como religión. Ello implica actuar paralelamente pero en sentido opuesto, a la forma en que los fanáticos y extremistas islámicos se expresan y actúan.

Los antisemitas usaron y aún usan, con diferente frecuencia, ingredientes religiosos en sus declaraciones contra los judíos, remplazándolos últimamente, por un odio secular, no falto de cierto énfasis religioso.

La Guerra de los Treinta Años fue una Guerra Religiosa entre católicos y protestantes. El litigio entre protestantes y católicos en Irlanda del Norte duró 600 años. No quisiera que se llegara a algo similar entre el judaísmo y el islamismo, porque entonces sí que estamos perdidos.

Propongo que respetemos la fe religiosa de los creyentes, pero luchemos contra el fanatismo religioso que existe, con distintos grados de peligrosidad, en las tres religiones monoteístas. El fanatismo religioso es irracional, agresivo y daña, ante todo, a sus propios credos.

Hagamos públicas nuestra oposición al extremismo (no solo religioso), en sus diversas expresiones y consecuencias, sobre todo al más peligroso de los “cócteles”, que contiene una buena dosis de religión y una doble de nacionalismo xenófobo.

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Respetemos las creencias religiosas de los demás humanos, aún cuando sean nuestros enemigos políticos. La mezcla de fe religiosa (irracional) y política (que debería ser racional), es una fórmula que conduce a desastres.  Lamentablemente, Israel no está exento de ello.

 

Aplaquemos las llamas y evitemos los puntos de fricción. Solo dos estados separados, para los dos pueblo que habitan en Eretz Israel, son una solución. Además solo ello nos posibilitará preservar una Israel judía y democrática.

 

1 comentario en «No, a las guerras religiosas – si, a la lucha contra los fanatismos y sus consecuencias»
  1. Este Articulo Habla De una guerra MILENARIA.
    Que sin razón todos buscan sin saber en su fondo la destrucción de un Pueblo sin interesarles mas nada.
    Aun así teniendo el territorio que ya tienen no descansan.
    Quien de sus lideres (espirituales o Gobernantes)cabe la razón para ya para este conflicto.
    Nosotros esperamos día a día milagros. Sera posible sostener a estos hombres que fugan su ira por todos lados.
    Esperamos que sus lideres tengan paz en su inteligencia y detengan su barbarie sin sentido.
    Ya dejen en paz a la gente que agitan cambien necesitan descansar y dedicarse y VIVIR EN PAZ.

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