Obama ha sido reelegido presidente de los Estados Unidos. El voto popular le dio una mayoría del 51%. Romney recibió el 49%.
Si la votación hubiese sido en Israel, Romney habría recibido el 80% de los votos. Esto se debe no tanto a la simpatía que los israelíes puedan sentir hacia Romney sino a la desconfianza que sienten hacia Obama, causada por sus declaraciones y actos durante los últimos cuatro años, (exceptuando los meses de campaña, donde declaró, por razones electorales obvias, que apoya a Israel), que incluyen lo siguiente:
· Su primer discurso en otro país, fue en un país árabe, Egipto.
· A pesar de la cercanía a Israel, (una hora de vuelo del Cairo) no consideró necesario hacer una breve visita al Estado Judío. Y, durante los cuatros años, nunca la hizo, aunque si estuvo en países islámicos como Arabia Saudita y Turquía.
· En su discurso hizo un equivalente la situación de los palestinos con la Shoah.
· En el mismo discurso dio a entender que el Estado de Israel existe debido a la Shoah (que es la opinión de los árabes que atribuyen la existencia de Israel a la conciencia de culpabilidad de los europeos) en vez de declarar que la existencia del Estado de Israel tiene sólidas bases históricas.
· Exigió a Israel congelamiento de las construcciones, sin exigir nada en cambio a los palestinos. Y, cuando los palestinos, no aprovecharon los diez meses del congelamiento para negociar con Israel, Obama no los criticó.
· Exigió a Israel el retorno a las fronteras indefendibles de junio del 67, “con ligeros intercambios de territorio”.
· Humilló al Primer Ministro israelí.
· Repitió el error del presidente Carter con el Shah: presionó al presidente Mubarak para que renuncie, lo cual ha causado que fanáticos islámicos ahora gobiernen Egipto.
· Sus cuatro años de negociaciones y sanciones a Irán han dado como único resultado hasta ahora que Irán esté cuatro años más avanzado en su objetivo de lograr la bomba atómica y destruir a Israel.
En el segundo gobierno de Obama hay dos posibilidades:
a) Obama ya no tiene nada que perder, (esta fue su última campaña electoral), se quita los guantes, (si es que los tenía puestos), y dedica sus esfuerzos a presionar a Israel para que haga más y más concesiones a los palestinos, sin recibir nada en cambio.
b) Obama, revisando todos los errores de su primer gobierno, se da cuenta que el conflicto israelí-palestino es marginal, y que su principal problema es lidiar con los nuevos gobiernos islámicos de los países árabes. Respecto a Irán, especifica líneas rojas que si no son respetadas, ocasionarán acciones militares de los Estados Unidos.
Volviendo a la pregunta del titular de este artículo, “¿Israel perdió?, la respuesta la tendremos en pocas semanas.
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