Estamos asistiendo a una campaña electoral por parte del kirchnerismo que no repara en medios para llevar agua a su molino. Desde el agravio personal, la traición y la falta de ética de muchos de sus integrantes hasta el escrache y el ataque personal a sectores del oficialismo y del periodismo libre.
CFK recorre algunas partes del país donde puede sentirse más cobijada, sólo acompañada por su libro Simplemente, mintiendo continuamente y con una falta de memoria que califico casi de patológica. Alberto F. se subió los pantalones (antes se los había bajado) y va por otros caminos del país, como un pescador recorre los espineles para ver si picó algún pez (votante) y que no se vacíe la canasta que lo ayudó a “comer” en agosto.
Solá habla con cariño de la JNG, Grabois pide una reforma agraria y expropiación de propiedades privadas,mientras Alberto F. imita al zorro que hace entrar a las gallinas al gallinero y promete cuidarlas. Kicillof lleva en su celular un GPS para no perderse en la Provincia, sea en el Gran Bs.As. o en el interior, del cual conoce la costa atlántica de cuando jugaba con el baldecito de arena y comenzaba a ilusionarse con ser un buen stalinista, construir diques de contención o corralitos al dólar y destrozar la economía de su país.
Magario vive en un barrio cerrado en Canning, y aunque habla de sus pobres en La Matanza, jamás les dió agua, cloacas o asfalto, impide el ingreso del SAME, pone su nombre en los patrulleros pero tendría que responder por la gestión corrupta de su intendencia junto a Espinoza. En tanto Marino, Belligoni y la izquierda perimida siguen su plan ineficaz de organizar piquetes callejeros movilizando a su clientela cautiva y planera.
Algunos medios audiovisuales con periodistas, conductores, panelistas y economistas atizan los ánimos y arrojan tremendismo a la situación. Estamos mal pero pobre Argentina si caemos en el pasado ignominioso del cual estamos saliendo con sacrificios para seguir siendo una República. Alguien dijo en Alemania (1937):”Las grandes masas sucumbirán más facilmente a una gran mentira que a una pequeña”:designó a Goebbels.
Un proverbio judío dice:”Todo el mundo se queja de la falta de dinero, pero nadie se queja de la falta de inteligencia”.
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