Nuestros Gobernantes (Décima primera parte)

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Carlos Salinas de Gortari
México D.F., 3 de abril de 1948.
Presidente constitucional (1 de dic. 1988 – 30 de nov. de 1994)

Siendo el primer economista en llegar a la presidencia, su meta primordial desde sus inicios, era consolidar el camino y transitar hacia el neoliberalismo que su anterior ya había marcado como derrotero, ante las crisis cada vez mayores de índole diversa en que México difícilmente se movía.

Salinas, ante la caída del sistema en las elecciones, nunca pudo ante la opinión pública legitimar su puesto por medio de los votos, pues con el escandaloso fraude electoral, también se cubría la gran debilidad y descrédito que sufría un partido que ya no convencía a la población; sin embargo sus primeros pasos los dedicó a demostrar la fuerza que todavía emanaba del tradicional presidencialismo, encarcelando en los primeros días de su gestión a Joaquín Hernández García, la “Quina”, poderoso líder sindical petrolero. Con ello y la puesta en marcha de nuevas medidas económicas, además de varias reformas constitucionales, creó en algunos, ciertos respetos y en otros, temores derivados por su decidida mano dura.


Dentro de las medidas que dieron visos de confianza, sobre todo ante comerciantes, inversionistas e industriales, fue el anuncio de la reprivatización de la banca; en el campo mediante el artículo 27 constitucional, permitió que los campesinos adquirieran la propiedad de las tierras que trabajaban. Para septiembre de 1992, mediante el artículo 130, otorgó reconocimiento y personalidad jurídica a las iglesias (término en donde incluyó a todos los cultos), agregando a la medida, el derecho a voto de sus ministros. Posteriormente también restablecería relaciones diplomáticas con el Vaticano.

Por ese entonces el que suscribe, tuvo la oportunidad de ser testigo y participar en muchos de los acontecimientos que se relatan, pues tenía la representación de su comunidad ante el Comité Central de la Comunidad Judía. Recuerdo que ante el anuncio de la reprivatización de la banca, el entusiasmo y confianza nuevamente surgidos, hicieron pensar en una nueva era de progreso y consolidación de la economía; más con el tiempo tristemente se confirmaron de nueva cuenta, el reacomodo de los poderosos en la creación de nuevos y cada vez más fuertes monopolios, bajo la sombra proteccionista de un gobierno que causaron mayores índices de pobreza. En los aspectos de nuevo estatus en materia religiosa, se iniciaron mejores y más estrechas relaciones con el gobierno, abriendo la oportunidad de construcción de nuevas sinagogas o inmuebles para las prácticas de culto, con las características de patrimonios que se podían con el tiempo vender; modalidad que no era retroactiva con las construcciones ya existentes.

Esa nueva relación con los personajes del poder, abrieron la oportunidad de que algunos miembros profesionistas de la comunidad judía, llegaran a nombramientos importantes en algunas oficinas gubernamentales, pero a su vez, también le dio al salinismo la facilidad de preparar un aparente respaldo de los representantes de la comunidad, ante la gran apuesta personal del presidente para negociar un tratado de libre comercio con Estados Unidos y Canadá. De esas relaciones con la comunidad, me quedan en la memoria un viaje (de ida y vuelta por un día) a la ciudad de Monterrey, en dos jets completamente llenos del gobierno, en que viajamos un grupo significativo de dirigentes e industriales judíos, para escuchar en un auditorio el plan económico del gobierno de Salinas; acto en que por cierto nunca se semblanteó, ni siquiera la idea de tratados de libre comercio. También mantengo en mis recuerdos -varias visitas por diversos motivos- de representantes judíos a “Los Pinos”(casa presidencial); entre las últimas, tuvimos incluso la oportunidad de saludar en dos ocasiones, al malogrado “delfín” (Luis Donaldo Colosio) que pretendía don Carlos, aparentemente para que lo sucediera cuando dejara la silla del poder.

Hubo otras actividades en que la comunidad judía, materialmente fue utilizada como apoyo de los cambios económicos que vendrían; como fue el caso de otro viaje a ciudades de E.U. y Canadá, en donde según me platicaron -pues decidí no participar-, los dirigentes y hombres de negocios judíos de las tres naciones que fueron convocados, no sabían para qué los habían invitado. Con el tiempo el pastel se destaparía; en su hechura no importó la disparidad en las economías de las naciones que firmaban los tratados; tampoco nuestros gobernantes tomaron en cuenta la incipiente planta industrial con que contábamos o la preparación e idiosincrasia de los mexicanos. No obstante esas y otras razones fundamentales que los hacían inviables e imprácticos, el Congreso mexicano controlado por el salinismo, dio su voto favorable a los tratados, tal vez con la esperanza e ingenuidad de aligerar con este cambio radical, la gran deuda externa que por varios sexenios seguía acumulando el país. El 1 de enero de 1994 entró en vigor el T.L.C., pero en la misma fecha también surgió el levantamiento armado en Chiapas, encabezado por el EZLN.

Podemos resumir que uno de los proyectos importantes del salinismo fue el Programa nacional de solidaridad (Pronasol). Con él se pretendía atacar la extrema pobreza en comunidades marginadas, construyendo un gran número de infraestructuras, que en lo interno servían como mecanismo de mayor control político, y en lo externo, preparaban al país con mejores y más rápidas vías de transportación con los vecinos del norte. Los sueños de grandeza y las constantes declaraciones de que México ya pertenecía al primer mundo, cayendo a pedazos en el último año de su gestión, pues independiente a la declaración de guerra del movimiento rebelde, el 23 de marzo de 1994, Luis Donaldo Colosio “su candidato” fue asesinado, y en septiembre otro miembro del partido oficial caería a causa de las balas, hechos que demostraban una descomposición seria del sistema político en el poder. También en lo político, la aplanadora del PRI había fracasado con la gubernatura en Baja California de un panista, y en el mismo período el cardenismo se organizó en el Partido de la Revolución Democrática (PRD).

Los ciudadanos comunes de inmediato notamos en nuestras economías, que previamente (1993) ya se habían ajustado mediante los nuevos pesos (sin los tres ceros que nos hacían sentir millonarios). Él recibió al viejo peso en 3,500 por dólar, y lo dejó en nuevos pesos a 7.60. Pero los fracasos de supuestos modernismos, también ahuyentó a los inversionistas, debido a las grandes manchas de corrupción y autoritarismo sin límites que salieron a flote, desde la misma reprivatización bancaria; continuando con la venta de empresas gubernamentales de todo tipo como: Teléfonos de México, líneas aéreas, casas de bolsa, etc. Se volvía a despertar de otro sueño aparentemente similar a los de sexenios anteriores, pero en el de Salinas, las consecuencias no serían las mismas, como tampoco la deseada recuperación en un corto plazo, pues la economía y el ahorro interno, aunque frágiles, ya se habían abierto sin remedio al embate de las economías, intereses y deseos de los socios comerciales.

Ernesto Zedillo Ponce de León
México D.F. 27 de diciembre de 1951.
Presidente constitucional (1 de dic.1994 – 30 de nov. 2000).

Aunque el Partido revolucionario institucional ya se encontraba haciendo agua tras la muerte de Colosio, surge de sus filas el nuevo candidato emergente, quien para asombro de una gran mayoría, llega al poder mediante unas elecciones aceptablemente limpias, aunque con un paquete explosivo entre sus manos que confirmarían los malos manejos de su antecesor. Una explosión que se le conoce como el “error de diciembre” que abrió -económicamente hablando- un gran boquete que pudo medianamente reparar, para evitar la quiebra del sistema financiero mexicano, mediante un férreo programa de austeridad y la ayuda urgente y directa del presidente de los Estados Unidos.

Con una parte de la ayuda recibida y lo que quedaba del erario, confeccionó una gran cortina que llamó Fobaproa (Fondo bancario de protección al ahorro), para ocultar los ventajosos manejos de la mayoría de los amigos de Salinas que se habían macro-enriquecido con las reprivatizaciones y ventas de empresas del gobierno, mediante fraudes, créditos fantasmas, fondos ilegítimos para campañas políticas, etc. Hasta nuestros días los grandes negocios del salinismo los siguen pagando toda la población, por más voces de protesta que se han levantado en contra de esa burda inequidad y autoritarismo presidencial. Todo ello produjo un aumento del desempleo y descomposición social, que a su vez, incrementó la inseguridad pública con nula capacidad de la aplicación de la ley y rápida justicia.

Políticamente Zedillo no contaba con la experiencia y sensibilidad para remediar los cambios y problemas heredados. En 1997 Cuauhtémoc Cárdenas pasa a ser el nuevo jefe de gobierno del Distrito Federal, que con el tiempo y hasta nuestros días manejan sin contrapartes los miembros del PRD. En el Congreso hubo también cambios radicales, por lo que por primera vez en su gestión, la fuerza del otrora presidencialismo en manos del PRI quedó menguada. Intentó incluso continuar con el diálogo para alcanzar la paz en Chiapas, después de haber arremetido contra el EZLN, pero al final prefirió olvidar el asunto por lo que quedaba del sexenio.

Por su falta de decisión política, que incluyó un conflicto universitario de 10 meses de duración, cambió el concepto del poder presidencial que durante mucho tiempo tenía la ciudadanía, cambiándolo a más respetuoso de la opinión pública y sobre todo de los triunfos de la oposición en estados como: Jalisco, Guanajuato, Nuevo León, Querétaro y Zacatecas. A consecuencia de lo que sucedía, también otorgó plena autonomía al Instituto federal electoral (IFE), dejando en estos casos de ser juez la presidencia.

El tema de la economía era su fuerte, por lo que continuó con la apertura de la economía y firmó cuanto tratado de libre comercio se presentaba; también dio a conocer el Plan Nacional de Desarrollo 1995-2000, que comprendía varias medidas en contra del desempleo y narcotráfico; tocó algunos aspecto de educación, cultura y salud, y hubo ciertos cambios a favor de la libertad de prensa. Para allegarse recursos, subió el IVA en 1999, de 10% a 15% y puso a flotar el peso con respecto al dólar, habiendo subido hasta en 300%, con la consecuente fuga de capitales, que después regresarían con mayores garantías bajo la sombra de la globalización. En su presidencia se empezó a sentir el deterioro de las industrias que más mano de obra ocupaba, como: la textil, confección, juguetera y calzado entre otras, provocando un mayor desempleo y el incremento del contrabando y comercio informal.

Su carácter, lo deteriorado del sistema político y su convicción de un cambio a fondo, determinarían que en las elecciones del 2000 a la presidencia, no metiera las manos, cancelando así la vieja característica de “aplanadora” del PRI, que por más de 70 años había tenido. No faltaron elementos de su partido que lo acusaron de traidor, por lo que habiendo reconocido públicamente el triunfo de Vicente Fox como presidente electo, no tardó mucho en hacer maletas y viajar a los E.U., en donde trabaja como asesor para varias compañías y organismos internacionales.

Continuará…

Acerca de Jacobo Contente

Egresado de la carrera de Contador Público del ITAM, por varios años trabaja en la industria de la confección, transformación y la industria editorial.Es de destacar su actividad en organizaciones comunitarias judías mexicanas entre ellas la Comunidad Sefaradí y el Comité Central. Al mismo tiempo se dedica a la edición de varias publicaciones como la revista "Emet" (1984); periódico "Kesher" (1987) y "Foro" en 1989.Dentro del campo intelectual siempre ha tratado de mantener vigente la Asociación de Periodistas y Escritores Israelitas de México y por lo menos un medio escrito lo suficientemente amplio, con calidad y profesionalismo como lo es "Foro", para que más de 60 escritores de México y el extranjero expresen mensualmente a través de sus páginas los pensamientos e inquietudes que forman opinión dentro del gran número de lectores que hasta la fecha tiene.Dentro de esta misma práctica de edición, ha colaborado, cuidado y diseñado más de 40 libros de escritores e instituciones que se lo solicitan y tiene en su haber tres libros histórico-biográfico y de consulta, como el "Prontuario Judaico".

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