La amenaza de ataques cibernéticos es una de las más preocupantes para muchos gobiernos, ya que la vida cotidiana de los individuos y de la sociedad depende en casi todos los aspectos de herramientas del ciberespacio, tales como el internet. Dada la naturaleza de dicha amenaza, en permanente cambio y cada vez más sofisticada, ésta representa un gran desafío ante todo en la esfera conceptual: es decir, la dinámica “del gato y del ratón” entre los protagonistas dificulta decidir cuál sería la mejor estrategia para proteger la infraestructura de un país a largo plazo. El reto es diseñar un sistema que permita la flexibilidad necesaria para responder y ajustarse a la capacidad siempre cambiante y a la creciente sofisticación de los oponentes.
Los ataques cibernéticos contra Israel ocurren a diario en tiempos de calma, pero en tiempos bélicos son mucho más frecuentes. El último ejemplo, durante la operación Margen Protector, no solamente manifestó el aumento de ataques por parte de hackers en general, sino también por parte de Estados como Irán, demostrado por el alto nivel de sofisticación. Durante dicha operación, Irán ha fomentado sus ataques en contra de la infraestructura civil israelí de un modo sin precedente, marcando así un incremento sustancial en sus capacidades. Aunque Irán no es el único país que nos ataca, sí es uno de los principales. Dicho esto, Israel forma parte de los países más avanzados en proveer protección robusta a sus instalaciones gubernamentales estratégicas en el área de seguridad nacional.
Hace algunas semanas el gobierno israelí decidió expandir la protección cibernética para que se incluya también a instituciones civiles de gran importancia en el campo económico, financiero y de telecomunicaciones, creando la Autoridad Nacional de Cibernética. El daño potencial a la infraestructura en dichos campos puede interrumpir las actividades de empresas y de hogares por igual. La idea es que la autoridad proveerá con los estandartes necesarios para brindar la protección adecuada de servicios, tanto en el sector público, como en el privado. Además, la autoridad será un órgano operativo interdisciplinario, actuando en coordinación con la existente oficina de cibernética, enfocada en temas de seguridad nacional.
La creación de la autoridad brindará también otro impulso a la excelencia israelí en cibernética, atrayendo más empleos a dicho campo y a campos relacionados, fomentando de igual manera el crecimiento económico del país. En este sentido, vale la pena recordar la declaración hace algunos meses del primer ministro Netanyahu, de convertir a la ciudad de Beersheva en el Centro Cibernético de Israel, a través de un parque que unirá un campus académico afiliado con la Universidad de Beersheva, oficinas gubernamentales, empresas de seguridad e inversión privada. Dicho centro, ubicado en el sur de Israel, podrá servir como el motor económico de la región y más allá, además de convertirse en un foco de innovación a nivel mundial.
El propósito de construir un ambiente cibernético de vanguardia es un ejemplo más de la inversión estratégica del gobierno, junto con el sector privado, en industrias de alta tecnología, manteniendo así las capacidades innovadoras de Israel a largo plazo.
*Embajadora de Israel en México.
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