El ser humano tiende a padecer a través de su vida de todo tipo de dolencias o enfermedades. La pregunta por realizar es: ¿Acaso es correcto que la persona busque a un médico para que alivie esa dolencia cuando se podría decir que si D-os fue quien la mandó El debería ser quién la remueva?
Con respecto a esto la Torá nos dice ” ciertamente curará ” y el Talmud en el tratado de Berajot nos explica que a través de este versículo se le esta dando permiso al doctor para curar.
De aquí aprendemos un principio fundamental de la Torá que dice que uno debe de hacer su ” hishtadlut ( esfuerzo ) “para encontrar remedio para sus dolencias y que eso implica buscar inclusive al mejor doctor o tratamiento posible. Sin embargo hay un comentarista clásico llamado el “Jidushei Haarim” que nos clarifica que si bien el doctor tiene el permiso de curar no tiene el permiso de darse por vencido.
O sea que a pesar que por su experiencia y sus conocimientos médicos el llegase a pensar que este caso ya no tuviese esperanzas de salir avante debe saber que es el Creador quien tiene la última palabra. ¿Cuántas veces no hemos visto milagros con nuestros propios ojos a través de nuestras vidas de personas que se han recuperado de situaciones que ya se daban por pérdidas cuando sabemos que es la esperanza quien muere al último?
Un rezo, una tzedaka, una cabala (recibir sobre si mismo cambiar algo de su persona para bien) tienen el potencial de cambiar duros decretos para alargar la vida del ser humano y darle una segunda oportunidad. ¡Nunca hay que darse por vencido cuando se puede hacer un esfuerzo más!!!
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