Se dice que de la vista nace el amor, y es totalmente cierto para la comida. Un platillo bellamente presentado, cuyos colores, texturas y tamaño están en armonía, es el primer paso para embarcarse en una aventura de sensaciones. A esta primera vista, se suma el sabor delicioso, los aromas envolventes, el ambiente del lugar, la calidad, el reconocimiento, y por supuesto la compañía, y todos estos elementos los encontramos en Onomura Nigiri Room.
Un paraíso para los que somos amantes de la gastronomía japonesa y las mezclas y juegos que se pueden hacer entre ella y la comida mexicana, Onomura, con ubicaciones en Bosques, Interlomas, Santa Fe y Prado Norte, logra una complejidad, elegancia y frescura en todo sus platillos que siempre nos deja con ganas de más.
En esta ocasión visité el bello Onomura Prado Norte, donde me dejé llevar por mis manjares favoritos, siempre increíbles. Comencé con los hongos enoki, preparados a la mantequilla y todavía burbujeante al llegar a la mesa en un plato caliente. Sedosos y suaves, son un portal al Japón, ya que estos deliciosos hongos son icónicos de ese exótico país.
El siguiente platillo que disfruté fue uno de mis favoritos de todo el mundo: el cono de anguila con foie gras, una seductora mezcla de sabores que eleva los sentidos. Después me deleité con un delicado sashimi de salmón con ralladura de limón fresco y salsa yuzu – un verdadero manjar.
Otro platillo imperdible en Onomura Nigiri Bar es el crujiente pescado en chile oriental, un bowl picante y aromático que es siempre logrado a la perfección. Onomura logra, con cada platillo, transportarnos a mundos de placer y hacernos participes en una orquestra culinaria que llega a un crescendo irresistible en momento de perdición total cuando el alimento pasa por nuestros labios.
El éxito rotundo de Onomura Nigiri Bar se debe a un sin fin de razones: el cálido servicio, los productos más frescos imaginables, la dedicación de su personal, la belleza de la decoración y el estilo único de ambos restaurantes, las mentes brillantes en su creativa cocina y esa pasión por la gastronomía y el buen vivir que abunda en el agradable ambiente, casi tangible y completamente irresistible.
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