Nunca faltan temas qué tratar al escribir sobre Oriente Medio, mucho menos ahora, cuando, justamente ahí, una multiplicidad de acontecimientos trascendentes se están sucediendo en cascada. Tan solo en esta semana que termina se registraron tres dramáticas situaciones que sacudieron intensamente a la región y captaron en consecuencia la atención de los medios de comunicación internacionales: el canje de prisioneros entre el Hamas e Israel; el ataque de la guerrilla kurda a militares turcos y, finalmente, la captura y asesinato de Muammar Gadhafi. A continuación, una breve reseña de estos hechos y algunas de sus implicaciones.
1.- Tras poco más de cinco años de cautiverio, el soldado israelí Guilad Shalit, secuestrado por Hamas, fue puesto en libertad a cambio de la liberación de mil 27 presos palestinos, muchos de ellos, autores de atentados terroristas sangrientos. El intercambio elevó notablemente la popularidad local del Hamas, organización que hasta antes de este evento parecía estar en franco desprestigio debido a su carencia de logros, en comparación con el avance que tuvo Mahmoud Abbas al llevar la causa palestina a los foros de la ONU. Para los israelíes se trató de un resultado con sabor agridulce porque la tan ansiada liberación de Shalit tuvo un precio especialmente alto y riesgoso.
2.- Guerrilleros kurdos del PKK (Partido de los Trabajadores de Kurdistán) perpetraron un ataque contra soldados turcos, que cobró la vida de 24 de éstos. De inmediato se desató una masiva e inclemente contraofensiva turca por aire y tierra sobre los campamentos del PKK a ambos lados de la frontera turco-iraquí. Este incidente ha sido uno de los más sangrientos en la larga historia de tres décadas de conflicto entre Turquía y su enorme minoría kurda, conflicto que, se calcula, ha cobrado las vidas de 40 mil personas. Se agrava así la inestabilidad en esa zona colindante con Irak, Siria e Irán, aun más por las condiciones inherentes a estos tres países: en el caso de Irak, el anunciado retiro próximo de las tropas estadunidenses; en el caso sirio, la salvaje represión del régimen de Bashar al-Assad sobre sus ciudadanos descontentos, y en el caso iraní, debido al cierre de filas que se ha registrado en días pasados entre Turquía e Irán, a raíz de la consideración compartida por ambos de que es menester combatir conjuntamente a sus respectivos kurdos a fin de neutralizar las ofensivas posibles de éstos contra Ankara y Teherán. La visita realizada a Turquía hace un par de días por el ministro de relaciones exteriores iraní, Ali Akbar Salehi, fue precisamente para concertar dicha cooperación.
3.- El dictador Gadhafi fue liquidado por las fuerzas de la resistencia libia apoyadas por la OTAN. Con ello se puso fin a la odiada dictadura que gobernó a ese país a sangre y fuego por más de cuatro décadas. El reto ahora es la transición a un orden democrático que será bastante difícil de instaurar en la medida en que se trata de una nación carente de instituciones y fragmentada en una diversidad de identidades tribales, confrontadas por lealtades e intereses divergentes. Sin la mano de hierro de Gadhafi a cargo de la represión, emerge un posible escenario de luchas intestinas por el poder, capaces de mantener a Libia en la inestabilidad por mucho tiempo. Pero, por otra parte, no cabe duda que las escenas de Gadhafi liquidado y de las masas libias festejando, tuvieron un impacto sobre todo el vecindario árabe que bajo la inspiración de las caídas de Ben Alí en Túnez, de Mubarak en Egipto y, ahora, de Gadhafi en Libia, ven fortalecida su fe en su capacidad de conseguir lo mismo. En especial en Siria, donde la brutalidad de Al-Assad sigue cobrando víctimas (13 personas más fueron ultimadas en la ciudad de Homs el pasado viernes), los manifestantes reforzaron su audacia y salieron a las calles con mantas en las que advertían a Al-Assad: “Tú, Bashar, eres el próximo en la lista”. Así las cosas, las turbulencias, la explosividad, la violencia y, sobre todo, la incertidumbre acerca de lo que depara el futuro cercano son los signos dominantes en el Oriente Medio de estos días.
Fuente: Excélsior
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