Oslo; O Todas Las Leyes Menos Una

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En los últimos meses, los partidos ultranacionalistas mesiánicos y ultraortodoxos que forman la coalición gubernamental de Netanyahu se percataron de la debilidad política de éste ante la posibilidad de que sea enjuiciado por corrupción y fraude – como mínimo -, de su baja en las encuestas y de la probabilidad de que no pueda volver a formar gobierno después de los nuevos comicios – adelantados o no – y aprovechan la situación para llevar al Likud a apoyar leyes extremas o decretos ministeriales a fin de satisfacer a sus votantes y poder aumentar su número.

Es así como un buen día nos despertamos en un Israel que favorece la pena de muerte, obliga cerrar comercios barriales en shabat, impone la ley de nacionalidad y lealtad al Estado judío, establece normas que imposibiliten a la Corte Suprema declarar inconstitucionabilidad de leyes, prohibe a la Policía, después de investigar, recomendar a la Fiscalía del Estado que existen suficientes evidencias para que tal o cual persona – sea primer ministro o jefe de una mafia – sea juzgada por graves delitos; y mucha otras no menos ridículas.

No obstante, la ley más esperada por los seguidores de este gobierno de extrema derecha nunca fue traída a debate ni al Ejecutivo, ni al Gabinete de Seguridad, ni al Parlamento a pesar de que cuenta con la mayoría absoluta para ser aprobada. Es más: nunca ningún partido de la coalición o diputados del mismo Likud le pusieron a Netanyahu un ultimátum de que si esta ley no se impone, apoyarán su caída.


Se trata de la ley que determine la anexión total al Estado de Israel de los territorios de Cisjordania (Judea, Samaria y el Valle del Jordán), el final de la ocupación militar israelí, la legalización definitiva de todos los asentamientos, la determinación nacional de todos los habitantes – 500 mil israelíes y dos millones de palestinos -, la anulación de los Acuerdos de Oslo, la suspensión de la Autoridad Palestina (AP) y la negación unilateral de la fórmula de dos Estados para dos pueblos.

Y cabe la pregunta: ¿Cómo puede ser? ¿Un gobierno de ultraderecha que dicte todas las leyes insólitas menos esa? ¿No es acaso la más importante? ¿Dónde quedó la “Promesa Divina” de nuestra tierra desde el Éufrates hasta el Nilo? ¿No se trata del momento más oportuno, con Trump declarando a Jerusalén capital de Israel; con una falta total de liderazgo mundial y su constante desinterés por la causa palestina y el destino de su pueblo? ¿Con un Mahmud Abbás viejo, desilusionado y agotado que despotrica contra todo y contra todos? ¿Con un Erdogán que ladra pero no muerde? ¿Con Hamás, ya sin túneles ofensivos, en su peor momento de crisis en Gaza? ¿Con Hezbolá amenazando con explotar los yacimientos de gas, pero controlada por Rusia e Irán? ¿Cómo es posible que no haya llegado el momento?

Es hora de decir la verdad: Sin Oslo y con la inestabilidad en el mundo árabe-musulmán, Israel estaría hoy en una situación terrible; tendría un único campo enemigo y no existiría un presidente como Abbás, dispuesto a negociar un acuerdo definitivo. Antes de Oslo había sólo un movimiento palestino que era compatible con el terrorismo. Como resultado de los acuerdos, ese movimiento se dividió, uno de ellos se pronunció en contra de la violencia y a favor de la paz, algo que nunca tuvimos antes.

Oslo cambió la cara de Oriente Medio – a veces para bien y otras menos – y encarriló el proceso para la solución al conflicto entre nosotros y los palestinos. Fue la plataforma para la fórmula de dos Estados que en su momento adoptaron Netanyahu – al menos en forma declarativa y sin desecharla hasta hoy – y la gran mayoría de los ciudadanos de Israel.

Oslo abrió las puertas a la paz con Jordania, salvó al sionismo y al movimiento nacional palestino y evitó que nos convirtiéramos en un Estado binacional con una tragedia al estilo de la ex Yugoslavia. Del lado palestino, los acuerdos pusieron fin al rechazo de la existencia de Israel.

También se deben reconocer errores: La ilusión en el momento de firmar los acuerdos nos impidió ver la dimensión del extremismo en ambas partes que llevó al asesinato de Rabin y a la segunda Intifada. Por eso es necesario frenar a los extremistas. Es decepcionante que a punto de cumplir 70 años de independencia, no hayamos avanzado más sabiendo que no hay mejor alternativa.

La importancia de Oslo radica en su esencia, que está tan viva hoy como hace 24 años y que, con pequeñas adaptaciones, formó parte de todas las negociaciones entre israelíes y palestinos desde entonces. Ambos liderazgos no supieron – o no quisieron – llevar los frutos de la paz a toda la población y sólo las élites se beneficiaron. Hay que aprender la lección, seguir las negociaciones para un estatuto definitivo, acabar con el terrorismo, aumentar la cooperación, mejorar la economía y crear una cultura de paz que llegue a todos los habitantes.

Veinticuatro años y seis puntos de discordia: Jerusalén, fronteras definitivas, asentamientos, seguridad, agua y refugiados. Si hubiese una firme voluntad política y el necesario apoyo popular, israelíes y palestinos podrían llegar a una solución en los seis temas, si bien la soberanía sobre Jerusalén, con todo su simbolismo religioso e histórico, y con Trump en el medio, es la gran asignatura pendiente y quizás imposible sin una mediación internacional y el apoyo de líderes religiosos.

No creo que Netanyahu esté interesado en reintegrar a Israel el control directo de sanidad, desagües, viviendas e infraestructura de transportes de la AP. Tampoco tiene interés alguno en imponer gravámenes por servicios a los palestinos, y restituir a oficiales de Tzáhal responsables de recaudar impuestos de agricultura y sanidad.

Por supuesto, Bibi también podría afirmar que padecemos un conflicto permanente, imposible de resolver, que, al igual que un volcán activo, puede hacer erupción en cualquier momento o permanecer latente durante 40 o 400 años. Algo así como un desastre natural. Al mismo tiempo, puede decirle a Abbás: Lo siento mucho caballero; me equivoqué; por un momento creí que podía llegar a un acuerdo con usted, pero no hay manera; de modo que informe a sus habitantes que tendrán que vivir bajo nuestra ocupación de nuestras botas hasta el fin de los tiempos. No mandaré dañar sus discotecas en Ramallah, pero nuestros coroneles seguirán controlando hasta las inauguraciones de nuevas fábricas y ustedes nunca tendrán un Estado propio.

¿Por qué entonces no dictaminan esa ley? Porque la anexión de Cisjordania y la anulación de los Acuerdos de Oslo es la amenaza palestina más concreta sobre nosotros. En el momento en que los diputados de la ultraderecha naciónalista mesiánica la aprueben en el Parlamento, los palestinos serán los primeros en aprovechar la oportunidad.

Sólo eso nos falta.

Acerca de Alberto Mazor

Educador, profesor y maestro; más de 30 aňos de experiencia en educación formal e informal, dentro y fuera de Israel.Escritor y periodista, Últimos libros publicados:"Dos aňos en el desierto"; Ed. Milá; Bs.As; 2005."Sobre encuentros y despedidas"; Ed. Milá; Bs.As.; 2006.Ambos fueron presentados en la 33ª Feria Internacional del Libro de Buenos Aires bajo el título "Libros sin Fronteras" en 2008.Numerosos artículos sobre historia del pueblo judío, análisis político de Oriente Medio y pensamiento judaico fueron publicados en "Proceso" de México, "Excelsior" de México, "Nueva Sion" de Argentina, "Revista Horizonte" para América Latina, "Radio Jai" de Argentina, "Paz Agora Br" de Brasil, "Semanario Hebreo" de Uruguay, "Semana.co.il", "Argentina.co.il", "Porisrael.org" y en decenas de portales, sitios y blogs de Internet en Israel, América Latina y España.Instrucción académica:Licenciado en Educación Social, Historia, Filosofía, Historia del Pueblo de Israel, Historia de Oriente Medio y Pensamiento Judaico; Universidad de Haifa.Maestría en Ciencias Políticas; Universidad de Haifa.Título de docente para universidad y escuelas secundarias; Universidad de Haifa.Idiomas: hebreo, espaňol, portugués, inglés.Ocupación:2009 - 2010* Director editorial de www.semana.co.il y www.argentina.co.il2008 - 2009* Director de Contenidos de la empresa Zeeng - Comunicación en alta tecnología: www.zeeng.com2003 - 2008* Director del proyecto educativo-vivencial "Coexistencia Pacífíca" entre judíos y árabes del Kibutz Metzer y la aldea árabe Meisir. Organización de seminarios en todos los idiomas para grupos de jóvenes estudiantes de Israel y de todo el mundo y diferentes organizaciones en general. Galardón CICLA 2009. www.metzer.org.il/dukium/index.htm* Director ejecutivo y de contenidos de "Latina Media Group", empresa que construye y difunde portales comunitarios latinos en Internet en español, portugués y hebreo: www.latinamediagroup.com2000 - 2003* Representante de la Dirección Sionista Mundial en México y América Central. Director del Departamento de Aliá del la Agencia Judía en la zona. Responsable por la hasbará israelí en toda la región, desde México a Panamá.1997 - 2000* Centralizador de recursos humanos del Kibutz Metzer y de susindustrias. Responsable por la instrucción académica de sus miembros.1993 - 1997* Secretario General del Movimiento Juvenil Educativo Hashomer Hatzair y la Unión Mundial de Meretz. Director del Departamento de Educación y Latinoamericano del movimiento. Director de todos los grupos de jóvenes que llegaban a Israel en diferentes planes educativos. Organizador de los viajes a Polonia y sus seminarios.1985 - 1993Profesor, educador y maestro en la Universidad de Haifa y en laescuela secundaria regional israelí Mevoot Irón.1980 - 1984Sheliaj Educativo-Comunitario de la Agencia Judía en la Comunidad Sefaradí de México, en el Movimiento Juvenil Educativo "Dor Jadash" y en el Colegio Sefaradí de México.

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