La realidad latinoamericana ha hecho que la reciente celebración del Día del Padre, la cual tiene por finalidad honrar y reconocer la importancia de la figura paterna en la familia y en la sociedad, se haya sentido de una manera muy agridulce en gran cantidad de hogares.
Es muy frecuente que nuestras familias estén divididas por la distancia física. Por lo que hubo padres que debieron festejar sin sus hijos, hijos que debieron festejar sin sus padres, abuelos separados de sus nietos, nietos que nunca han conocido a sus abuelos.
Es la misma historia que se repite y repite sin importar el paralelo o el meridiano geográfico, y que hace que la alegría, la nostalgia, la añoranza, la tristeza conviven a partes iguales en casas y corazones en este tipo de celebraciones en que las familias suelen reunirse a compartir.
Dedicado a todas las personas que han debido festejar, celebrar, recordar o conmemorar el Día del Padre sin la presencia física de su figura paterna… dedicado a los padres y abuelos que pasaron este día saludando a su progenie por medio de un papel, una fotografía, una pantalla o un auricular… escribí un poema que quiero compartir por este medio.
Yo he tenido que aprender a recordar este día sin la presencia de mi padre, quien vive literalmente del otro lado del mundo, sin mis abuelos que fallecieron cuando yo era muy joven (a quienes todavía quiero y recuerdo) y, más recientemente, sin mi suegro, quien el año pasado trascendió de este plano para convertirse en nuestro ángel guardián particular.
Espero que sus palabras sirvan de consuelo, que palien un poco el dolor de la distancia, que transmitan empatía y que ayuden a manejar un poco esa cantidad de emociones, sensaciones y sentimientos que nos produce la lejanía de nuestros seres queridos.
Amor a la distancia
De Raquel Markus – Finckler
Hay quienes debemos amar de lejos…
Hay quienes debemos añorar de lejos…
Aferrarnos al recuerdo,
a lo que logramos almacenar en la memoria y en la piel…
Algunas veces, el amor sigue danzando en el aire
y sientes que si estiras la mano podrás tocarlo…
Otras veces, lo sentimos dentro de nosotros
como un árbol gigante con profundas raíces
sembradas en el alma…
El amor aparece y desaparece…
Amar a la distancia es un acto de prestidigitación…
Una mezcla heterogénea de certeza e intuición…
El sabor de la miel y el limón…
La nostalgia de los poros…
El eco de una voz resonando en tu interior…
El recuerdo de un café que no volverás a beber…
Amar de lejos es una herida sin cicatriz…
Es un acertijo que cambia su respuesta de acuerdo con el día…
Es una ecuación que no tiene una sola solución…
Debemos sentarnos pacientes a barajar las cartas…
Algunas veces, saldrá el trébol
y otras veces, nos tocará el corazón…
y querremos anclarnos con las manos
a ese amor sutil y sublimado
que flota frente de nuestro rostro
sin que podamos aferrarlo…
Sin poder sentir el beso y el abrazo…
Sin sentir el calor del cuerpo
o el vapor del aliento que anhelamos…
y, aun así, sigue vivo el amor…
Si lo sembrado fue certero.
el amor sigue flotando…
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