Con la frase “Blood Libel” (En Yiddish Blut bilbul – en Espanol Libelo de sangre) – usada para identificar las acusaciones de los antisemitas contra los judíos para justificar los pogroms- inicia toda una nueva discusión.
Durante siglos en Europa, durante la semana de pascua (Peisaj) hubo constantemente acusaciones – obviamente falsas- de que los judíos mataban niños cristianos para usar su sangre en la preparación de sus alimentos de Peisaj.
Las acusaciones se hacían para distraer a los campesinos que, después de un crudo invierno salían a las calles por lo general con quejas en contra de un gobierno que los veía como siervos insubordinados a los que había que explotar, utilizar, eliminar o cuando menos distraer y que mejor “distracción” que encontrar un grupo que pudiera ser culpable de todo (primero fueron las brujas, después los protestantes, y según iban desapareciendo los grupos o fortaleciéndose en números había que volver a recrear un nuevo grupo que por su tamaño fuera vulnerable y por su presencia física fácil de distinguir.
Así, en Francia, Rusia, ni hablar de Alemania y Europa Central la nobleza, el clero y todos los que detentaban algún poder o riqueza fueron buscando a sus víctimas ‘distractoras’ siendo al final del día, los judíos los que mas fácil era identificar, acusar, condenar – no había posibilidad alguna de defensa- y usar para distraer la atención.
El “Blood Libel ” (En Yiddish Blut bilbul – en Espanol Libelo de sangre) se hizo especialmente pernicioso después de la publicación del libro de los Protocolos que sin ninguna base ni corroboración junto todas las afirmaciones antisemitas que pudo, las reunió en un solo volumen y las distribuyó por todo el mundo hasta su ‘coronación’ final como la lectura básica para el libro de Hitler.
Hoy, Sarah Palin usa esta frase para decir metafóricamente que se siente como una minoría judía en el medio de la represión nazi, acusada de haber instigado la violencia que culminó en la muerte de tantas personas inocentes en el intento de asesinato contra una demócrata, judía, en el Estado que se ha destacado como el de mayor instigación antimigrante en los Estados Unidos.
Esta comparación ha levantado todo tipo de protestas de quienes estamos ya cansados de ver como se usan términos gratuitamente y se les quita su verdadera connotación y significado.
“Blood Libel ” (En Yiddish Blut bilbul – en Espanol Libelo de sangre) es un acto malicioso creado por las autoridades para distraer al pueblo con mentiras que resultan en muertes de inocentes acusados de matar niños para preparar sus alimentos.
Usarlo en cualquier otro contexto es demeritarlo, masificarlo, eliminar su contenido y dejar sin sentido la razón histórica de su existencia.
Nuevamente, es tiempo para que Sarah Palin regrese al estrado y se disculpe con quienes, como resultado de estas falsas acusaciones tuvimos que enterrar a las víctimas y en millones de casos emigrar de nuestros países de origen.
Explicación de por qué uso mal Sarah Palin el término “Blood Libel”
Los libelos o calumnias de (la) sangre son acusaciones en las que se afirma que los judíos realizarían crímenes empleando sangre humana durante sus rituales religiosos.
Por regla general los libelos de sangre culpabilizan a los judíos de que cometerían una recreación de la muerte de Cristo sacrificando, generalmente, a niños cristianos durante su Pascua. Históricamente estas acusaciones alegan que la sangre de niños cristianos es especialmente apreciada. En muchos casos los libelos de sangre antisemitas servían de base para que la víctima fuera elevada a mártir y en algunos casos canonizada.
Esta difamaciones en contra del pueblo judío fueron utilizadas por la “Santa” Inquisición desde tiempos de la Edad Media. En la actualidad las historias sobre libelos de sangre aparecen en algunos medios de comunicación de países árabes y musulmanes.
Ver http://www2.memri.org/bin/espanol/search.cgi?match=AND&keywords=libelo&realm=all&sort=newest
Creencias judías en cuanto a la sangre y los sacrificios
Las descripciones de torturas y sacrificios humanos de los libelos de sangre antisemitas son contrarios a muchas de las enseñanzas del judaísmo.
La más obvia, los Diez Mandamientos de la Torá judía, donde se prohíbe el asesinato. Además, el uso de sangre (humana o de otro tipo) en la cocina está prohibido expresamente por el Kashrut, las leyes sobre la comida Kosher. La sangre y otros fluidos humanos son impuros (Lev 15). La sangre de animales sacrificados no puede ser consumida y tiene que ser extraída del animal y enterrada (Lev 17:12-13). De acuerdo con el Levítico, la sangre de los animales sacrificados sólo puede ser colocada en el Gran Templo de Salomón en Jerusalén, que ya no existía en la época de los libelos.
Mientras que los sacrificios animales eran parte de las prácticas del judaísmo, el Tanaj (Antiguo Testamento) y las enseñanzas del Halajá señalan el sacrificio humano como uno de los males que separa a los paganos de Canaán de los hebreos (Deut 12:31, 2 Reyes 16:3). De hecho, la limpieza ritual para los sacerdotes prohibía incluso estar en la misma habitación que un cadáver (Lev 21:11).
Estimado Sr. Ajzen.
Lo saluda el Dr. Mauricio Bogomolny de Tijuana-San Diego.
Leí con gran interés su artículo acerca de Sarah Palín y los “Libelos de sangre”.
Me gustó mucho que no hizo ningún juicio acerca de si la señora Palín es culpable de instigar a la violencia con sus dichos. No era el caso del artículo. Lo felicito por ello.
Estoy de acuerdo en lo que usted dice, pero creo que la señora Palín se refería a que a ella la están utilizando como chivo expiatorio para, los demócratas, encontrar un culpable a todo lo que sucede hoy día en los Estados Unidos. Quizás el ejemplo fue poco afortunado, pero la señora Palín honestamente ha sido muy maltratada por la prensa y los liberales americanos.
También estoy de acuerdo en que se utilizan muchos términos de forma equivocada para hacer afirmaciones como: Genocidio y Migrantes.
Arizona se ha distinguido no por su política anti inmigrante, sino por su política anti inmigrantes ilegales, los cuales han llevado en muchos casos a ese y otros estados, no solo crimen rampante, también han ocasionado una crisis económica y fiscal como nunca se había visto en los Estados Unidos.