La Dra. Cardós Duarte, del Centro Eleia señala: “El proceso de convertirse en padres es complejo, en él se ponen en juego muchos elementos de tipo social, económico y sobre todo psico-emocionales, para los que no estamos preparados, en la mayoría de los casos. Nos es bien conocida la frase: “Nadie nos enseña a ser padres”, que de hecho resulta muy cierta pues el proceso de ser padres se construye a partir de nuestra historia personal…”
El ser padre desde lo biológico es la paternidad y conlleva el reconocimiento jurídico en relación a los hijos y la aceptación de derechos y deberes de una familia dentro de la sociedad.
Más la Parentalidad como S. Leboci, psicoanalista francés, señaló en el 2004 que: “la parentalidad es una estructura dentro del psiquismo que se construye y evoluciona a la par que lo hace el individuo y su familia. Para él, implica el trabajo consigo mismo y reconocer lo heredado de los padres: es decir aceptando la importancia de lo transgeneracional”.
La autora nos comparte que la Dra Solis-Ponton en el 2004 refiere:” que desde tiempos muy antiguos hasta incluso la Edad Media, la motivación para tener hijos se relacionaba principalmente a cuestiones de grupo, más que a razones personales. En la familia romana, el padre tenía poder total sobre su mujer y su descendencia, éste podía abandonar a un bebé recién nacido bajo cualquier pretexto, si era una niña, si tenía un defecto físico, etc. Hasta el siglo XVIII surgiría una tendencia social a los sentimientos de amor por los hijos y poco a poco se desarrolló una preocupación por el lugar que ocupan en la familia y su bienestar.
Definir la parentalidad, es considerar que es la maternidad y la paternidad psicológicas, que se van construyendo dentro del aparato psíquico y es el producto de lo intersubjetivo y la transmisión generacional.
La madre en la etapa de gestación, piensa en el bebé que va a tener, en su sexo y si prefiere uno u otro, en el nombre que le gustaría ponerle, ¿a quién se parecerá?, es su bebé imaginario, el que recibirá la herencia transgeneracional. Con el nacimiento tiene en sus brazos al “bebé real”junto al imaginario y en ocasiones y con mucha frecuencia no concuerdan lo cual le genera decepción lo cual puede en su momento desarrollar conflictos en el vínculo inicial madre-hijo.
Nos dice Lebovicí: “durante el embarazo se “sueña” con el hijo “ideal”, más si éste es aceptado y deseado por sus padres, parentaliza a sus padres dado que la parentalidad desde su punto de vista punto se origina en una serie de intercambios interactivos en los cuales el bebe parentaliza a sus padres cuando se siente cómodo en sus brazos, reconoce su voces y los prefiere para sus cuidados.
La Dra Cardós Duarte concluye: En resumen, la parentalidad empieza con el deseo de tener un hijo, prosigue con el embarazo, el nacimiento y el desarrollo del pequeño, siendo al mismo tiempo producto del parentesco y de la parentalización de los padres.
Bibliografía
- Badinter, E. (1992) ¿Existe el amor maternal? Madrid: Paidós.
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