Los psicólogos sabemos que en muchas ocasiones las patologías se encuentran. (Lo que realmente hace la patología es clasificar los trastornos de las personas, no a las personas en sí).
¿A qué me refiero?
Por ejemplo una persona que le gusta tratar mal a los demás, se busca un “buen” amigo que es como su seguidor y le “gusta” ser tratado así.
O el victimario necesita una víctima.
No puede haber el uno sin el otro. Sobre todo en las relaciones insanas.
Generalmente las patologías empiezan en edades tempranas y se van desarrollando. Integrando elementos de origen ambiental, familiar, psicosocial y psicológico, teniendo todos estos factores un peso no sólo en la presentación de la patología, sino también en su forma de presentarse ante los demás y su desarrollo evolutivo.
Un ejemplo que me enteré hace poco es de un grupo de 4 amigos de una escuela: parecía que se llevaban bien. Pero resultaba que dos de ellos les gustaba hablar mal de los demás todo el tiempo, criticar a quién se cruzara en su camino, burlarse, y ofender a los demás.
Resulta que a dos de los muchachos no le empezó a gustar esta situación y decidieron alejarse de los otros dos, tenían una relación más “sana” hacia el resto de la gente.
Uno de los dos muchachos que no eran tan buenos, era el líder, el que más ofendía y agredía a todos. El segundo con el que se quedó, fungía como seguidor.
En un momento de broma en la escuela, el líder le pone una correa al que lo seguía ciegamente y éste se ríe de que le ponen la correa. El líder le dice:
“Mira eres mi perro” y el seguidor se ríe. La escena era para dar lástima no sólo del que se dejó utilizar como animal, sino de la necesidad del líder de dominarlo.
Los otros dos muchachos ya se habían retirado de este grupo de amigos y decidieron estar solos, pero no mal acompañados.
Los dos muchachos que trataban mal a todos, se burlaban de ellos, les hacían bromas pesadas, les parecía “normal”: hacer el famoso bulling (esto en sí es una patología -no soportar que otro sea diferente- y la necesidad de agredirlo). Y todavía se enorgullecían de él.
En algún momento el líder que lastimaba a quién encontrara, decide hacer una broma muy pesada a otros chavos de otra escuela, se ríe y dice “mi mamá inventó el bulling y que divertido es”. Y se sintió orgulloso de eso.
La broma estuvo muy cerca de ser un accidente fatal.
Fue grave y lo curioso fue que no había quién diera la cara por esto. Fue motivo de orgullo y hasta otros chavos se rieron también.
¿Cuándo lastimar o herir a alguien ha sido o es razón de felicidad personal?, sólo la gente con alguna patología goza del sufrimiento del otro.
Los dos muchachos que ya no participaban en este grupo se sintieron molestos de como el líder movía todas las teclas de las bromas y las burlas sin tener nadie que lo detuviera.
Un poco después este mismo líder buscó a los dos jóvenes que ya no querían ser parte de su grupo de amigos y “se disculpó”. Estos chicos, con sinceridad y mucho valor y valores, le respondieron: “no gracias, no nos gusta como tratas a los demás. Tendremos una relación de compañeros pero nunca más de amigos”.
“No necesitamos pertenecer, para hacer lo que tú haces”, estamos bien solos.
Esto para unos jóvenes requiere mucho valor porque es decirle al líder: “no quiero pertenecer“, cuando justamente es la edad (la juventud) en la que se busca la pertenencia.
El líder no podía soportarlo y cada que podía molestaba o hablaba mal de los dos chicos.
Y si podía volvía a tratar aún más mal al que lo seguía ciegamente.
Yo no sé quién estaba peor. Es la famosa relación sadomasoquista. El que quiere controlar y necesita a quién se deje. Y el que al ser invisible, prefiere el maltrato a que lo ignoren.
Esto es cuando las patologías se encuentran. Y no sólo es por el cambio de la adolescencia (muchos hacen bromas ó alguna cosa fuera de lugar -eso es normal-, yo me refiero a cosas más graves, a situaciones y maltratos que si no se detienen en la juventud, en la adultez son patologías serias).
Y tiene que ver por todos los motivos integrados que describí arriba, como la familia, la parte cultural, psicosocial, infancia, etc. que hace de una persona que en su juventud, sea ó se comporte como un bobalicón idiota, ó trate de ser y trabajar para ser una mejor persona.
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