Festival de Cannes:
Premio al Mejor Actor y Mejor Guión
Estar a salvo es una necesidad compulsiva de prácticamente todos los seres vivos, desde las formas menos desarrolladas.
Alejarse del peligro, esconderse, refugiarse de lo desconocido, reconocer a un depredador, apartarse de lo que se considera que es cualquier intento de enemigo, y tantas y tantas otras formas de conducta, son inherentes a la vida misma…desde siempre y para siempre.
Para un asesino a sueldo, a quién ahora se le conoce con un hombre más corto, que es el de Sicario; alejarse del peligro es una necesidad de conducta permanente y constante. Desde su primera crianza, Joe aprendió que hacerse parte de la insensibilidad era su mejor protección.
No involucrarse sentimentalmente no desarrollar afecto no querer ni ser querido; son las armas perfectas para enriquecer, tanto su “escudo” físico, como el emocional.
El único afecto que tiene es el pago que recibe por cada trabajo; porque el de su extraña mamá, es mas un deber moral, que cualquier tipo de cariño.
Un asesino a sueldo es despiadado y frío. ¡Profesional en toda la línea!
Esta película es una verdadera mezcla de lo pasado con lo presente; y de la realidad con la ficción.
Todo ello se mezcla en una especie de oscuridad cinematográfica, que traspasa el hecho, y asoma ciertas “claridades”, que dan emotividad a las escenas.
En momentos, se compenetra el espectador con el momento.
En momentos, se aleja de la acción.
En momentos ¡es parte misma de ella! Sin saber si es verdad o mentira.
El poder de las altas jerarquías aparece, y se hace presente en todo momento.
Se confunde una alianza y/o un enfrentamiento con esa clase.
Se vive para morir; y se muere para vivir
Joe tiene un pasado que no se le aparta, y que posiblemente le anteponga ciertas emociones. Sin embargo, parece ser que lo sabe manejar.
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Cada trabajo es diferente en un asesino a sueldo. Cada trabajo, no obstante, demanda ciertos retos convergentes y repetidos, hasta que…
Lo que sí es una verdad es que, con cada trabajo, existe una verdad taladrante:
“Nunca Estarás a Salvo”
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