Pensar en el largo plazo

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Tres noticias recientes nos llevan a reflexionar al finalizar este 2012 sobre el sentido del tiempo y la relación con la tierra que dominan nuestras vidas. La primera se refiere a la conclusión de la era larga del calendario maya donde este pueblo preveía que para el 21 de diciembre del año 2012 iba a presentarse una nueva alineación de planetas y eso marcaba el fin de ese calendario. Asimismo, en esos días cerca de 40 mil indígenas mayas de las bases zapatistas marcharon de manera silenciosa en cinco poblados de Chiapas, para recordarnos que su sentido del tiempo, del mundo y de la vida es diferente al impuesto por la cultura consumista occidental y que algo está por cambiar.

La tercera noticia se relaciona con una entrevista en mayo de este año realizada a Dennis L. Meadows, profesor emérito de la Universidad de Nueva Hampshire y uno de los autores del célebre libro del Club de Roma llamado Los Límites del crecimiento. En ésta, el profesor vaticina que en los próximos veinte años, entre hoy y el 2030, veremos más cambios de los que han ocurrido en un siglo tanto en la política, como el medio ambiente, la economía, la técnica. Y señala que “estos cambios no se llevarán a cabo de manera pacífica” y que “el crecimiento va a detenerse en parte en razón de la dinámica interna del sistema y en parte en razón de factores externos como la energía. La energía tiene una influencia muy grande. La producción petrolera ha pasado su pico y va a comenzar a descender”.


Otra observación interesante de Meadows es que ¨Los políticos son elegidos por periodos cortos. Su propósito consiste en parecer buenos y eficaces durante su mandato; no se preocupan de lo que pasará después. Justo por eso se tienen tantas deudas: se pide prestado sobre el futuro, para tener beneficios inmediatos, y cuando se trata de pagar la deuda, quien la ha contraído ya no se ocupa de las cosas” (La Jornada de Morelos, Correo del Sur, 23 diciembre 2012) Por ello Meadows propone alargar el horizonte de tiempo de los hombres políticos. Para que no se pregunten qué hacer de aquí a las próximas elecciones sino “Si hago esto, ¿qué consecuencias tendrá en treinta o cuarenta años?”

La vida en el mundo en general se encuentra cada vez más ordenada por la búsqueda del placer material en el corto plazo: la felicidad conseguida por la vía del consumo de bienes y servicios que producen, ofrecen, promueven y renuevan constantemente empresas del mercado. El crecimiento como motor de la vida moderna significa más bienes y servicios para el consumo puestos a disposición de cada vez un mayor número de pobladores del mundo.

Sin embargo, para alcanzar un mayor número de consumidores es necesario que las personas tengan ingresos para adquirir esos bienes y servicios; pero como la producción se realiza cada vez con menor utilización de fuerza de trabajo, miles de millones de seres humanos en el planeta quedan excluidos de los mercados de consumo al no encontrar trabajo ni acceso a ingresos. Esto conlleva crecientes disparidades entre las personas, base de conflictos y violencia.

Pero también el crecimiento significa una utilización mayor de materia primas y de recursos: tierra, agua, energía, minerales, animales, plantas; recursos que anteriormente eran de disponibilidad común y que o bien se están agotando o están siendo privatizados limitando su acceso a las comunidades originarias que procuraban aprovecharlos de manera armónica a fin de conservarlos para las próximas generaciones. En este sentido, China está comprando tierras en Estados Unidos y en África, las compañías mineras transnacionales están adquiriendo derechos de explotación del subsuelo en muy diversos países: Túnez, México, Perú, Australia, generando crecientes protestas de los pobladores locales. Los recursos y servicios de acceso a agua potable se han privatizado de manera muy rápida hacia compañías trasnacionales; los alimentos en el mundo están siendo controlados en su producción y distribución por un puñado de grandes empresas.

Es decir, el modo de vida propuesto por las economías de mercado no está teniendo salidas de largo plazo, ni por el lado de la generación de empleo y distribución de ingresos necesaria para generar consumidores con poder de compra, ni por el lado de acceso a recursos suficientes para la producción. La concentración de la producción y el consumo se agudiza y las brechas entre pobres y ricos se están abriendo cada vez más y los conflictos y las violencias por los ingresos, los mercados y los recursos apuntan a aumentar como lo señala Meadows en su entrevista.

Es así que el cambio hacia una era de mayores guerras y conflictos que aparece en algunas estelas mayas, parecería coincidir con las predicciones de científicos modernos para los próximos 20 o 30 años, que recuperan tesis fundamentales de Los límites del crecimiento.

Cabría preguntarnos entonces si nuestros actuales gobernantes y políticos tendrán la altura de miras para convocar a una reflexión colectiva incluyente sobre el futuro de México en el largo plazo, ahora que están en preparación los planes y programas de desarrollo del país para los próximos seis años. O ¿seguirán enfrascados en sus miopes luchas por el poder y el dinero en el corto plazo?

Armonizar crecimiento, distribución y sustentabilidad parecería ser el reto para el largo plazo.

Les deseo que pasen una noche de año nuevo con amor, paz y alegría.

Acerca de Clara Jusidman

Estudio economía en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) e inició su trabajo profesional como investigadora del Banco de México, de El Colegio de México (Colmex) y de la Dirección General de Estadística.Trabajó por 20 años en el Gobierno Federal como Directora General del Empleo, del Instituto Nacional del Consumidor, del Centro de Investigaciones para el Desarrollo Rural Integral y concluyó como Subsecretaría de Planeación y Desarrollo Pesquero.Dejó el Gobierno Federal en 1991 y se incorporó a las organizaciones de la sociedad civil en lucha por la democracia. Fue presidenta de ACUDE (Acuerdo Nacional para la Democracia), participó en la creación y fue parte de la primera coordinación de Alianza Cívica, socia fundadora de GIMTRAP y de Causa Ciudadana APN y actualmente es presidenta fundadora de Iniciativa Ciudadana y Desarrollo Social, INCIDE Social AC.Fue miembro del Comité Técnico para la Auditoria del Padrón Electoral en 1994 y directora del Registro Federal Electoral en 1997. Coordinó los trabajos técnicos para la participación de México en la Conferencia de la Mujer en Beijing de1995.Participó como Secretaria de Desarrollo Social en el primer gobierno democrático del Distrito Federal de 1997 al 2000.En 2003 fue una de los cuatro expertos encargados de la elaboración del Diagnóstico sobre la Situación de los Derechos Humanos en México para la Oficina de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas en la materia, encargándose de varios apartados del Capítulo de DESC y del relativo a derechos humanos de las mujeres. En 2008 colaboró en el diagnóstico de derechos humanos de Guerrero con el capítulo sobre DESC.En 2004 y 2005 coordinó la elaboración de un análisis sobre la Realidad Social en Ciudad Juárez, y de 2006 a 2009 promovió y participó en los Comités Conciudadanos para la Observación y la Reforma Electoral. Participa como docente y conferencista en varios diplomados en los temas de Desarrollo y Política Social, Derechos Económicos, Sociales y Culturales, Políticas hacia las Familias, Desigualdad Social, Sector Informal y mercados de trabajo y Desarrollo de la Sociedad Civil.Es miembro del Seminario de la Cuestión Social de la UNAM, de la Sociedad Mexicana de Demografía, del Consejo del Observatorio de Política Social y Derechos Humanos, Consejera de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), miembro titular del Seminario de Cultura Mexicana; y ahora miembro del Consejo Consultivo Ciudadano de la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (CONAVIM).

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