Los pensamientos provienen de descargas energéticas. Como es fácil suponer hoy en día la energía produce, entre otras cosas, vibraciones. El ejemplo más simple es lo que se experimenta con el sonido, de lo que has sido testigo muchas veces en el asiento del auto, en un bar o en una discoteca.
El sistema nervioso produce efectos vibratorios internos que tienen resultados disonantes, conflictivos e impredecibles cuando el pensamiento es caótico; a diferencia de ello la creatividad y la armonía dan por consecuencia situaciones distintas; es como la distancia que existe entre ruido y sonido; las ondas sonoras armónicas o los efectos sin ton ni son.
Tiempo y espacio son las variables, junto a la gravedad que mayor interés reciben por parte de la física, de la historia y el pensamiento humanos.
Aquí y ahora son palabras que uso comúnmente juntas; es inusual que nuestra atención se fije en el presente; razón y motivo para lograr la paz, para conseguir estados superiores tanto de conciencia como de existencia.
Imagina que conduces tu vehículo en una zona brumosa, con lluvia y de noche; en estas condiciones sería fatídico que los limpiadores dejasen de funcionar o lo hicieran mal.
Recuerda cuántas veces has visto una imagen a través de una gota de lluvia en un cristal, otras más, a ese hecho lo acompaña el inseparable polvo producido por viento y suciedad.
La visión hace que los objetos sean absolutamente distintos entre sí y con ellos mismos; en un análisis objetivo desde afuera ambos parecen como si fueran diametralmente diferentes; esto nos sucede cotidianamente por las subjetivas visiones con las cuales observamos el mundo.
Generalmente, soy de la idea de que nuestras creencias, propias o ajenas, que las hemos hecho equívocamente formar parte de todo aquello que somos, producen percepciones irreales del universo; como si quisiéramos hacer un cálculo matemático de precisión con aquel instrumento sorprendente, hoy en desuso, que era la regla de cálculo, aquel trozo de plástico, madera o metal con muchos números y letras que tenía una parte central que se desplazaba, que siempre me pareció mágico; o con un ábaco, utensilio y juguete que sorprende a los niños de todas las generaciones.
Con esos elementos el resultado será aproximado pero poco equivalente al dato absolutamente preciso, como si necesitáramos muchos decimales.
Los artefactos del pasado casi siempre producen resultados distintos, las creencias y conceptos adoptados son ejemplo de ello.
Mirar y criticar la limpieza de la casa de enfrente a través del cristal sucio de nuestra ventana puede llevarnos a concluir que el lugar visto es el que carece de limpieza, en vez de darnos cuenta que ésta condición está primordialmente en la superficie por medio de la cual la estamos calificando, es decir nuestra propia ventana.
Tu percepción es tu realidad y tu realidad es tu percepción.
¿Qué tamaño tiene la gota de agua a través de la cual observas tu vida?
¿Cuándo fue la última vez que limpiaste el cristal con el que miras?
Te deseo un fantástico viaje, recuerda observar tu palabra que es mágica #piensaantesdehablar
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