Cuando un ser querido va a reunirse con Dios, el dolor que deja su partida que es muy fuerte.
Mi ser se refleja en el espejo de la vida. Solo entonces tomo conciencia que soy mortal, yo también, finalmente frágil y débil…
Y razono que el final en su tiempo, y a tiempo, es una necesidad de vida.
Que la paz y la tranquilidad estén presentes con todos.
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