Llegamos a una edad en la adultez que ya estamos bien conformados por una personalidad ya cimentada…
Cimentada en credos, costumbres, cultura etc. etc.
Estamos ya alimentados de factores psíquicos, religiosos, y de costumbres a veces impuestas
Que muchas veces nos impiden ser mas felices mas plenos…
Sucede que no nos damos el permiso para ser felices…
Y ya estamos en una etapa de nuestra vida que el único que nos puede dar permiso soy yo mismo.
Esto conlleva en si una gran responsabilidad; pero ese es el reto…
Ya somos dueños de nosotros mismos.
Capaces de Ser a plenitud.
Podemos ser más felices siendo más leídos,
más vividos, en base a la experiencia ya acumulada,
en nuestras convicciones, más flexibles,
en nuestras acciones más libres,
en nuestros pensamientos mas claros…
Transformarnos en seres más humanos, menos soberbios, más empáticos con los demás.
Un moderado desapego a las cosas materiales; una flexibilidad de conducta que sin afectar a terceros nos permita vivir con menos ataduras…
Pensar que mientras doy casi siempre recibo, que si planto seguramente cosechare, que si amo seré amado…
¡Si, vivir con menos ataduras y más libertad!
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