Persiste la atmósfera de Polonia contaminada por el Antisemitismo

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En marzo de 2018 el presidente polaco Andrzes Duda pidió perdón por las campañas antijudías de 1968. Sin embargo, la declaración de Duda contrasta con lo que estaba y sigue pasando en Polonia donde ha persistido un sentimiento antisemita. En 1968 se registraban protestas estudiantiles contra el régimen comunista y el gobierno buscó un “chivo expiatorio” indicando que había elementos sionistas (vinculados con Israel) que habían dirigido la revuelta. En este ámbito, es de mencionar que las actitudes antisemitas no eran exclusivas de Polonia en aquella época, también eran comunes en otros países del bloque Oriental; situación inaudita 23 años después del Holocausto.

Es de destacar que los judíos eran perseguidos en Polonia antes de la Segunda Guerra Mundial, cuando esta se inició sumaban 3.3 millones, el 10.0% de la población polaca, no eran bien vistos por una gran parte de la población polaca fundamentalmente católica que tenía perjuicios históricos de los judíos como Deicidas, culpables de la muerte de Jesucristo. Por lo demás, el antisemitismo polaco no solo se debió a sus raíces católicas, sino también había resentimiento de muchos polacos por la cooperación judía con los soviéticos para invadir Polonia en 1939.

Los judíos tenían limitado el acceso a las Universidades, incluso en 1937 se establecieron cuotas ilegales para su ingreso a las mismas. Asimismo, muchos puestos de funcionarios públicos se restringían a católicos. Los comercios judíos eran atacados, saqueados o boicoteados sistemáticamente lo que les provocó pérdidas económicas, la ruina para muchas familias.


Desde 1939 a 1941 300 mil judíos fueron deportados desde las zonas anexadas por la Unión Soviética hacia varias repúblicas de la URSS, algunas de ellas, sobretodo judíos polacos comunistas, se fueron voluntariamente, pero muchos otros fueron deportados forzadamente hacia el Gulag, los campos de concentración desde el régimen soviético, confinaba a los disidentes a trabajos forzados.

Con la Polonia ocupada (1939-1945) la comunidad judía fue la que más sufrió con el Holocausto, alrededor de 6 millones murieron, varias de las masacres alentadas contra ellos fueron llevadas a cabo con la ayuda, e incluso con la participación directa de los polacos.

Un caso del terrible antisemitismo polaco fue el de la población de JedWabne, territorio polaco incorporado a la Unión Soviética el cual hasta el verano de 1944 quedó ocupado y administrado por nazis alemanes. Durante la ocupación militar alemana en presencia de las autoridades hitlerianas los mismos vecinos polacos católicos del pueblo de JedWabne apresaron entre 300 y 400 judíos polacos del pueblo; hombres, mujeres y niños y los quemaron vivos.

El 10 de julio del 2001, el presidente polaco, Alek Sander Kwasniewski pidió perdón públicamente a las víctimas y a sus familiares en nombre del pueblo polaco católico. Esta no fue la única matanza perpetuada por el pueblo polaco católico contra los judíos polacos, se dieron en otros pueblos como Wasosz y Radzilow. El Instituto Nacional Polaco por la Memoria ha señalado que en 22 poblaciones más sucedieron pogromos similares al JedWabne.

Un gran historiador del Holocausto, Saul Friedlander, superviviente él mismo del Holocausto, cuyos padres fueron asesinados en Auschwitz, explicó que pese a diversos cálculos existentes, no es posible la estimación exacta del número de víctimas, se estima un mínimo de 5,290 millones y un máximo justo por encima de los seis millones. Más de un millón y medio de niños judíos asesinados tenían menos de 14 años.

Es importante señalar que se registraron numerosos casos en los que la población polaca arriesgó sus vidas para ocultar y salvar judíos de los nazis. Polonia tiene la mayor cantidad de premiados no judíos Justos entre las Naciones por el Yadvashem de Israel en todo el mundo por ayudar y salvar judíos durante el Holocausto. Polonia fue el único país en Europa ocupada en el que los nazis impusieron formalmente la pena de muerte para cualquier persona descubierta escondiendo a los judíos.

Solo entre 40,000 y 100,000 judíos sobrevivieron el Holocausto en Polonia escondidos o uniéndose a grupos partisanos polacos o soviéticos. Otros 50,000 a 70,000 fueron repatriados de la Unión Soviética después de la guerra entre y 20,000 y 40,000 desde Alemania, sobretodo supervivientes de los campos.

Al término de la guerra había en Polonia entre 180,000 y 240,000 judíos particularmente en las ciudades de Varsovia, Cracovia, Lodz, Dzierzun, BielaWa y Breslavia y empezaron a abandonar Polonia por la violencia antisemita, especialmente por el pogromo de Kiel de 1946, por la negativa comunista de devolver a los judíos sus propiedades previas a la guerra y por el deseo de toda la judería europea destrozadas por el Holocausto para empezar una nueva vida en el Mandato Británico de Palestina, lo que hoy día constituye el territorio del Israel Bíblico. De 100,000 a 120,000 judíos abandonaron Polonia entre 1945 y 1948. Una segunda oleada migratoria de unas 50,000 personas desde Polonia tuvo lugar durante la apertura del régimen comunista entre 1957 y 1959.

Para los judíos que permanecieron en Polonia, la reconstrucción de la vida judía quedó a cargo del Comité Central de los Judíos Polacos, que entre octubre de 1944 y 1950 ofreció ayuda legal, educacional y para la atención médica, además de organizar algunas actividades culturales. En 1967 después de la Guerra de los Seis Días que enfrentó a Israel con los países árabes, el gobierno comunista polaco rompió relaciones diplomáticas con Israel. En 1968 la mayoría de los 40,000 judíos que aún quedaban en Polonia estaban asimilados en la sociedad polaca, sin embargo, durante ese año fueron víctimas de una campaña organizada por el Estado que partía de la base de que las personas con origen judío con seguridad simpatizaban con el sionismo, y por lo tanto, eran desleales al Polonia y al comunismo.

En marzo de 1968 surgieron en Varsovia, la capital, manifestaciones estudiantiles causadas por el descontento de la población con el régimen comunista, que dió lugar a Gomulka una oportunidad para desviar el sentimiento antigubernamental de la población. De esta manera el jefe de seguridad Mieczyslaw Moczar aprovechó la situación para desarrollar una campaña estatal antisemita en la prensa (aunque se usaba oficialmente el término “sionista”). La campaña derivó en la expulsión de los judíos del Partido Obrero Unificado (el partido único) y de los pocos catedráticos judíos que quedaban en los colegios y en las universidades. Debido a estas presiones 25,000 judíos se vieron obligados a emigrar entre 1968 y 1970. Aunque la campaña desde un principio estuvo orientada a los judíos que habían colaborado con la administración stalinista, afectó a la mayoría de los judíos que quedaban en Polonia.

La crisis política polaca de 1968 y la campaña antisemita posterior dañaron mucho la reputación de Polonia en el extranjero, particularmente en EUA. Muchas de las personas que emigraron desde Polonia a los países capitalistas en esa época (judíos y no judíos) fundaron organizaciones políticas de oposición al régimen comunista polaco, que además dieron fuerza a la oposición dentro de el país.

Durante la década de los setentas muchos activistas judíos se unieron a la oposición clandestina anticomunista. Cuando el régimen comunista en Polonia finalmente cayó en 1989 solo quedaban en Polonia entre 5,000 y 10,000 judíos, muchos de los cuales ocultaban su origen judío.

En el presente existe una comunidad judía de alrededor de 12,000 personas, un número adicional indeterminado tienen origen judío, no necesariamente están conscientes de ello y quizá ni les interese saberlo.

Muchos acontecimientos históricos han pasado desde la Segunda Guerra Mundial que con la censura soviética habían sido ocultados y que han sido develados; no obstante, una proporción del pensamiento antisemita en Polonia sigue siendo mayor que en otros países europeos. Pese a que las autoridades polacas han promovido la vida comunitaria judía, las denuncias de antisemitismo en Polonia persisten, e incluso, por la crisis de los refugiados que viven en Europa y por el radicalismo nacionalista de algunos miembros de los partidos políticos de Polonia, en la atmósfera antisemita de ese país se respiran aires antisemitas y antisraelíes.

Acerca de León Opalín

De nacionalidad mexicana, estudió Economía en el ITAM, logrando además una maestría en la Universidad Hebrea de Jerusalem y diplomados en el Instituto Español de Turismo así como en el Británico. También ha realizado estudios sobre comercio internacional en Holanda.Pertenece y es reconocido por varios institutos y universidades importantes de México y el extranjero y su incursión en las letras inició en temas económicos y finanzas en el periódico Financiero y la revista ANIERM. Por muchos años ha sido colaborador de "Foro" y asesor de varias compañías. Sobre las materias que domina, sigue dando conferencias en planteles y universidades.

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