Plan Merced

Segundos antes de vencer el plazo se recibió el proyecto número 100.

No se esperaban más de 30, de acuerdo con expertos en la materia, pero el aluvión de gráficas, planos y dibujos no amilanó al jurado, a pesar de la obligación de presentar su dictamen en fecha y hora fijas, porque lo integraban profesionistas cuidadosamente seleccionados por su trayectoria, prestigio y experiencia: Joaquín Álvarez Ordóñez, arquitecto y urbanista nacido en La Merced; Bernardo Gómez Pimienta, doctor en arquitectura, premio Mies Van Dehr Rohe, Caballero de la Legión de Honor de Francia; Juan Pablo Benlliure, mención honorífica de la Facultad de Arquitectura de la UNAM; Luis Wertman, Presidente del Consejo Ciudadano, licenciado en Administración de Empresas y Mercadotecnia; Desiree Martínez, arquitecta paisajista, presidenta de la International Federation of Landscape Architects; Gabriela Alarcón Esteva, maestra de Administración Pública por la Universidad de Columbia, licenciada en Economía del ITAM; Cecilia Martínez Leal, maestra durante 15 años de la Facultad de Arquitectura de la UNAM, directora ejecutiva del proyecto Mega Ciudades y Gabriel Mérigo Basurto, doctor en Arquitectura de la UNAM, maestría en Restauración de Monumentos.

El jurado comprobó una alta calidad en la enorme mayoría de los proyectos presentados. De acuerdo con la Convocatoria se premiaron primero, segundo y tercer lugares pero, al margen de ella, decidieron reconocer los méritos de otros concursantes, entregando seis menciones honoríficas.

El primer lugar fue para el proyecto dirigido por los arquitectos José Muñoz y Carlos Marín quienes invitaron a varios especialistas a unirse al equipo: Ariel Rojo, diseñador industrial; Hugo Sánchez, arquitecto en paisaje de entorno; Edith Gutiérrez, maestra en Arquitectura; Juan José Zárate, arquitecto; Víctor Hugo Offman, urbanista y Emma Morales, maestra en urbanismo. El promedio de edad en este grupo es de 33 años.

El segundo lugar fue para el taller del arquitecto Julio César Goeta. Y el tercero fue para el representado por el arquitecto Francisco Pardo. Se anunció la publicación de un libro con los 100 proyectos que serán mostrados a partir de enero en una exposición sin precedentes en la historia de la Arquitectura en México, en ceremonia encabezada por Miguel Ángel Mancera, jefe de Gobierno del Distrito Federal, para entregar los premios a los triunfadores de este concurso.

Los proyectos, lejos de ser ideas encapsuladas, serán base para fortalecer a los mejor calificados, tomando de todos los recibidos las partes sobresalientes y con las observaciones de los interesados, incluso de los locatarios de La Merced y el público en general; se aceptarán las aportaciones que el Colegio de Arquitectos presidido por el arquitecto Fernando Méndez y el jurado consideren pertinentes. El producto final, con base en el proyecto del primer premio, será resultado colectivo. Nada mejor tratándose de aliviar las circunstancias de quienes viven, trabajan o estudian en el barrio mercantil más antiguo de América y de las 200 mil personas que todos los días compran y venden algo en los cajones y tenderetes de ese laberinto vibrante en el que la actividad no se interrumpe ni un minuto de las 24 horas.

El espacio público como elemento catalizador contribuirá a disminuir los graves males que la zona padece como la prostitución y la inseguridad. Se fortalecerá el tejido social desvanecido por el éxodo de más del 50 por ciento de sus pobladores. El detonador es el mercado público con sus atractivos como el de la comida, en un país cuya gastronomía ha sido elevada a la altura de patrimonio de la humanidad. En los proyectos encontraremos nuevas pistas para fomentar la economía, recobrar a los vecinos emigrados, plantar nuevos árboles, recobrar cines y teatros, gozar el santo olor de la panadería y llenar los pupitres vacíos. El arquitecto Muñoz, al generar su proyecto triunfador, pensó en la función social como elemento articulador de toda la zona, una gran plaza del tamaño del Zócalo y avenidas largas con el espíritu creador del geométrico García Bravo, a quien Cortés encargó la traza original de la ciudad construida sobre las ruinas de la azteca. Al terminar los trabajos a los miles de leyendas capitalinas se agregará una más que no soñaron sus cronistas: la leyenda de una obsesión convertida en realidad.

Me han honrado con el cargo de Presidente del Consejo Consultivo del Rescate Integral del Barrio de La Merced. Lo ejerzo a cambio de la retribución de dar a los niños de hoy la felicidad que la Merced me dio cuando en sus calles aprendí lo poco que sé.