Todo comenzó mucho antes de ir a Polonia cuando fuimos a Yad Vashem el museo del holocausto, el museo que se encarga de recordar a más de 6 millones de pérdidas 6 millones de personas, 6 millones de vidas , donde 2 largos e intensos día estuvimos aprendiendo para lo que sería el gran viaje.
Pero llegó el momento en donde después de aprender a lo que íbamos nos pusimos a hacer nuestras maletas por que más tarde nos iríamos todos a Polonia.
Al llegar a Polonia llego con un sentimiento que no podía explicar preguntas que no podía responder y vivencias que no podía comprender como puede ser. Que en una ciudad tan bonita podían haber pasado cosas tan feas.
Al llegar a cada campo, a cada Guetto a cada lugar era otro sentimiento inexplicable, tristeza, llanto, amargura, rabia y más sensaciones.
Pero no nos rendíamos seguíamos paso a paso lugar por lugar viendo, aprendiendo, y escuchando cada Adraja y testimonio que nos traían
pero sobre todo recordando a nuestro antepasados que murieron ahí, esta masa me deja muy triste pero nada se compara después de todas las tragedias vistas llegar a mi casa Eretz Israel con la cabeza en alto.
Perdonamos pero nunca olvidamos ya que el que olvida su historia está condenado a repetirla.
Como el lema de mi Tnua lo dice Hazak vematz (siempre fuertes y valientes )
Algún día, también iré!