Los niños nacen con una imaginación sana, que al crecer, es corrompida por los valores llamados “sociales” y “educativos” que hipócritamente los que dirigen la sociedad promueven.
Los niños crecen velozmente, y además de los padres, debe de haber una organización que los conduzca a un mundo mejor, y motivarlos a aplicar sus conocimientos y voluntad de forma sana y constructiva.
¿Por qué no es así?
Los adultos están ocupados con la política, los “asuntos serios del mundo”, que en realidad se reducen a la guerra, a la guerra de los intereses económicos y la supervivencia.
Al crecer un niño y llegar a la adolescencia ya lo espera allí el mundo de drogas y alcohol, frustraciones y vagancia.
No hay otra explicación sino que el mundo adulto está fallando.
El mundo adulto, puede asistir al niño y al adolescente conduciéndolo a desarrollar su potencial y a mejorar, a administrar sus expectativas, a conocerse a sí mismo, a la naturaleza y al mundo, y a expresar los valores que ha absorbido.
El problema del mundo adulto, el mundo adulto pudiente y dirigente, es que este se divide en dos: la clase que maneja la economía, y la clase que administra los valores.
La clase que maneja la economía son hombres de negocios, industriales, bancos, hombres de finanzas, que están profundamente involucrados en un sistema vertiginoso de ganancias y pérdidas, el día a día, y no tienen tiempo de mirar.
Mientras que aquellos hombres que son los encargados y líderes de organizar y administrar a la sociedad, están paradójicamente ocupados, en lidiar con la clase que maneja la economía.
El resultado son padres frustrados, que difícilmente podemos responder a las expectativas de nuestros hijos, basadas enla exploración y el desarrollo de su potencial.
El Estado cobra impuestos de todos, y especialmente de la clase que maneja la economía, y por lo mismo debería ser el responsable de la educación, incluso a nivel académico y universitario, para que esta fuese gratuita.
Los hombres que manejan la economía no tienen tiempo para la educación y los valores de los niños y los jóvenes.
¿Quienes sí tienen tiempo?
Deberíamos decir los padres y los maestros, nos esforzamos en crear un mundo mejor. En muchas ocasiones los padres están trabajando y administrando sus propias finanzas, y en realidad cuanto tiempo no dedica uno al ocio. El problema es que así fue creado el sistema, así funciona.
Por lo tanto, los hombres que manejan los gobiernos, son los que deberían ser encargados de proponer y crear un sistema educativo y de valores integral.
Así es en el papel, pero no en la realidad.
En la realidad los niños y los jóvenes son conducidos por la simbiosis social a las drogas, la pereza, la frustración, la violencia, la confusión y la frustración donde acaban por conocer sus límites.
Luego, tras estudiar una carrera universitaria, donde por cierto se vuelven consumidores sociales de la industria del éxito, salen y no encuentran un trabajo verdadero en su área, un trabajo que los ayude a llenar su potencial, por lo mismo caen en el círculo del desempleo y la frustración.
Esto es un ciclo vicioso que hay que cambiar.
Esto no es culpa de los padres, sino del sistema y de las dos clases gobernantes que manejan al sistema: política y económica, ambas ocupadas en su supervivencia.
Es un absurdo, las clases dirigentes y las clases pudientes, deberían afinarse para ser los ingenieros y constructores de una sociedad ideal, un mundo ideal, y poder visionar un futuro mejor, al principio teórico y más tarde practico.
El mismo niño al crecer, al llegar a la juventud y a la etapa adulta, se enfrenta al desempleo y a las presiones sociales, y le cuesta mucho trabajo ser económicamente independiente, puesto que las clases dirigentes no han querido invertir en él ni conducirlo a la mejor de sí mismo, a manifestar lo mejor de su potencial.
El resultado es que siendo adulto, el niño, no puede hacer un negocio, realizar un proyecto, manifestar sus conocimientos o aplicar su carrera de forma óptima, cae en deudas o en la pobreza, no puede comprar una casa, y por lo mismo no puede crear una familia o ser parte de una familia funcional.
El gobierno acusa al individuo que crece: “Es un holgazán” “Es un paria social” “Es una enfermedad social” “Es un criminal”.
No estoy siendo negativo y pesimista, estoy siendo realista.
En Israel las cosas están mucho mejor que en muchos países de occidente. La mayoría de los niños se convierten en estudiantes universitarios, y estos, a pesar del desempleo, buscan la forma de aplicar sus conocimientos de forma activa y productiva.
Israel, es un país de comunidades, con una visión comunitaria, integral y global de la vida. Es un país con valores sociales comunitarios, como si la aldea global se integrara por diferentes comunidades, ya sean estos institutos, marcos culturales, sociales, artísticos, académicos, deportivos, médicos, o ya sean fundaciones e iniciativas dedicadas a la integridad comunitaria del individuo.
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