No puede ser un crónica de viaje, solo una croniquita (crónica chiquita). Al fin y al cabo Portugal es un país muy pequeño, algo así como 92 mil kilómetros cuadrados, un poco más que Entre Ríos mi provincia natal y siempre leo que la gente viaja para allí, al palmar, a las aguas termales, a Avigdor, en planes de mini turismo. Desde el aire a las doce de la noche, una noche muy iluminada se ve que la diferencia está en la cantidad de población, entre algo más de un millón de habitantes a.cerca de doce millones. La imagen aérea era de un pulpo, de muchos pulpos entrelazados debido a la formación montañosa del país. No son montañas, en realidad son sierras y las poblaciones se construyen desde los valles a las cimas. En muchas de las cimas hay castillos, en muchos casos muy bien conservados de la época de los reyes. Más adelante, viajando por las rutas se puede apreciar la cercanía de los pueblos por la cantidad de gente que camina a lo largo de la ruta y todos con los chalecos amarillos fosforescentes. Algunos pocos con el color naranja. Portugal no es España y eso se nota en todo. No solo en los museos donde los textos de explicación de las distintas obras están escritos en portugués, inglés y francés, sino que hasta la fecha no sé cómo finalizó el partido entre Barsa y Real por la Copa del Rey. Claro que el culpable soy yo, pues podía haber tomado un hotel más caro que tenga TV internacional y no solo los cuatro cinco canales locales. El hotel anterior en Sintra, me permitió ver Cuba Digital y si bien no me pase horas frente al televisor, pude enterarme de las importantes decisiones del sexto congreso del partido comunista, del nombramiento de Raúl Castro como secretario, de las reflexiones de Fidel Castro, del saludo de Chávez (fue el único líder extranjero que mencionaron en el noticiario) y en reportajes casuales las expectativas del pueblo para el futuro: todos esperan una mejoría económica. La opinión del pueblo sobre la limitación máxima a dos periodos de cinco años, es muy semejante a la mía tal como mencioné en el 2008, dos períodos de cuatro años es más que suficiente. Si eres bueno, lograste tu objetivo y si eres malo, mejor permitir a otro intentarlo. ¿Para qué perseverar en algo que no sale bien?
¿Me fuí por las ramas? ¿Será que Cuba y Portugal tienen más o menos la misma cantidad de habitantes? Ninguno de los dos países tiene economía desarrollada y en cuanto a Portugal, se sabe que está en una crisis, Yo no la vi el domingo cuando pasamos por Peniche viendo a los portugueses (por el idioma) haciendo cola para entrar a los restaurantes. Ese mismo día, una hora antes pasando por un pueblo me quedé en el carro, estacionado en segunda línea mientras María Elena entraba a una iglesia en Caldas da Rahina. Como es natural para mi, me puse a conversar con el hombre del auto de adelante, también en segunda fila, y el por propia iniciativa me dice que la crisis es terrible, sino llega dinero no habrá plata para los sueldos de los políticos, de los jueces (señalando el imponente juzgado detrás nuestro, enfrente, del otro lado de la plaza estaba la iglesia). Me dice que a diferencia de Grecia e Irlanda, países en crisis, los dineros de la UE fueron para los políticos y allegados. Finalizó su disertación diciendo que Portugal es el país más corrupto de Europa, acusando al partido socialista. Me imagino que el no recuerda la época de Salazar.
Es mi segunda visita a Portugal, la anterior fue muy lluviosa, la única vacación en más de treinta años de turista que la lluvia me determinó el ritmo y la calidad de una excursión. Por lo pronto estando a una semana de vacaciones, las pocas lluvias cayeron de noche. Quedan dos días, espero que el tiempo me acompañe pues precisamente me quedan las caminatas por la ciudad, la Baixa, Chiado, Alfama, etc. El mercado de las flores y la Feira da ladra (ladrones). No me olvido que Lisboa fue la primera ciudad europea que visité, unas horas, en mi viaje del 73. De entonces no recuerdo mucho, salvo la bella imagen de la ciudad cuando el barco se acercaba a sus costas.
El viernes 15 salimos desde Lisboa a Fátima, santuario visitado por millones de personas, impresionante santuario católico. Este país es muy católico y se aprecia en la cantidad de personas que visitan las iglesias que fuimos viendo durante nuestro recorrido. El Santuario Cristo Rey en las orillas del Tajo, recuerda al Cristo de Río de Janeiro. En realidad el obispo de Lisboa se impresionó de este en su visita del año 1934 y luego prometió que construiría un santuario igual en el caso de que Portugal no se viera envuelto en la Segunda Guerra Mundial. Otras iglesias fueron construidas como promesa. El Palacio y Monasterio de Mafra, responde a la promesa que hizo el Rey Joao V si Dios le otorgaba un heredero. Las malas lenguas dicen que el mismo Abad tuvo participación personal en el cumplimiento de la promesa. Bueno, confieso que puede ser que esta parte, la del abad, se relaciona con el cumplimiento de alguna otra de las tantas promesas que se convirtieron en Iglesias, como la hermosa Basílica Da Estrela en Lisboa, que fue una promesa de la Reina Maria I en el caso de tener un heredero. Como era costumbre las promesas no se traducían en dar pan gratis un año entero al pueblo. Nadie desmiente que todas esas construcciones se hicieron con oro y riquezas provenientes de Brasil y las otras colonias.
La visita a Coimbra fue enfocada a visitar dos lugares:1- la Universidad (la primera de Portugal ) incluida la obligatoria visita a la Biblioteca Joanina, seguramente la más lujosa del mundo. Tuvimos la suerte de presenciar un matrimonio en la vecina sacristía, creo de nombre San Michael, para poder determinar sin duda alguna, que la gente acomodada aun dispone de bellos y exclusivos lugares. No pregunté y no tenía a quien preguntar, estimo que debe costar mucho dinero contraer matrimonio en ese lugar. 2- Portugal de los Pequeñitos es un parque en el cual se presenta en miniatura a Portugal y sus diversas regiones, incluidas las colonias. Realmente es impresionante como estos valientes y curiosos lusitanos han logrado llegar a todo el mundo. Yo no pude dejar de pensar en el destino de cada imperio… dejar de serlo. En esta bella y simpática localidad aprecié que los portugueses aprendieron de los italianos. Nos sentamos a almorzar un menú turístico de 8,50 E, pero la factura incluyó cubierto, así pagamos más o menos por tres. El cubierto no solo era el tenedor y el cuchillo, incluía pan, queso, aceitunas, que comí sin preguntar cuánto cuesta. En este caso molesta que en ningún lado figura que se paga por el cubierto.
La noche de ese día la pasamos en Nazaré, pequeña y hermosa localidad en las costas del Atlántico Una hermosa playa (que solo la caminamos), una romántica caída del sol y algunas fotos de recuerdo. Un bonito hotel de dos o tres estrellas que para mí eran como cinco (aún no se cómo se reparten las estrellas, pues estoy escribiendo desde mi habitación en el hotel de Lisboa que tiene dos, pero creo que se las robo al hotel vecino). Debo ser la única persona del mundo que durmió una noche en Nazareth (Israel) y una noche en Nazaré (Portugal), en ambos casos en hotel, cuando vuelva a casa voy a buscar en Google si existe otra ciudad Nazaret para agregarla a la lista y visitarla, quien sabe cuando.
En Sintra tomamos hotel por tres noches, es una hermosa localidad construida en la ladera de la Sierra. 100% recomendable el lugar para todo tipo de vacación. Los diversos sitios para visitar son realmente maravillosos. Teniendo nuestro coche alquilado I20 de Hyundai, nos movíamos cómodamente. María Elena fue la chofer todo el viaje, ella sostiene que yo no sé conducir carro con cambio manual y produzco mucho sufrimiento al coche. Seguramente también a ella. Personalmente hace mucho siento que estoy en edad y en un estadio superior en el que me puedo permitir un chofer privado. Aparte cuando ella maneja yo puedo dormir o disfrutar del paisaje y cuando conduzco yo, ella también… De todas maneras, volvimos a Mafra a completar la visita al convento y palacio. No habíamos alcanzado a contar las 4500 puertas. Desde Sintra también viajamos a conocer los monumentos de Belem, Cascais, el Cristo Rey y el museo de los Azulejos.
Cabo de la Roca (“Onde a terra se acaba e o mar começa” ~Camões) es un punto obligatorio y está cerca de Sintra. Es el punto más occidental de Europa, por supuesto indicado con una cruz. Cuando veo personas con uniforme suelo tomar una prudente distancia y mejorar sustancialmente mi comportamiento. María Elena sabe como hablar con uniformados, así preguntando si se puede visitar el faro, vecino a la cruz nos vimos envueltos con mucha amabilidad, trepando unos cinco pisos por unas empinadas escaleras metálicas a ver el mismísimo faro. Bella experiencia pues faros vimos muchos, pero jamás uno real, que funciona todas las noches y se ve desde unos 40 kilómetros de distancia (en términos marítimos, 28 millas).
Lisboa no es una ciudad grande y se puede visitar entre dos y cuatro días, depende del ritmo del turista. Conviene, como siempre, caminar para conocer pero respetando las colinas es recomendable la compra de pases libres en todos los medios de transporte. Nosotros compramos pase por 48 horas que nos costaron 8.40 E por persona. Los buses abiertos para turistas cuestan 15 E por 24 horas. También fuimos a escuchar Fado. Un espectáculo de 50 minutos nos costó 30E por los dos, luego fuimos a cenar a un restaurante tipo tenedor libre (buffet libre) por 21 E. Incluyendo 1 litro de exquisita cerveza (detalle que se distingue en mis fotos). Un bloguero escribió que fue a cenar con fado, le gusto el fado, no le gusto la comida por 115 E.
El bloguero antes mencionado escribió que no visitó el museo de la Iglesia San Vicente de Fora (4E la entrada) y se me ocurre que se perdió una de las visitas más interesantes de la ciudad, pues en realidad resume la ciudad por las excelentes paredes cubiertas de azulejos y sus motivos, incluyendo 38 motivos de las Fábulas de La Fontaine, una colección de los distintos elementos utilizados en las misas, anillos y medallas de los distintos obispos, un resumen de la historia de Portugal (que no todos tenemos presente), nos trepamos a la terraza, junto al campanario (175 escalones en cada sentido) y observar desde ahí la ciudad. Eso fue el sábado vísperas de nuestra partida, con un sol espectacular.
El domingo a la mañana terminamos nuestro paseo visitando la Plaza del Comercio, últimas fotos y regresando a almorzar a un lugar muy económico, nada lujoso pero exquisito (Solar da Figueira), en la plaza Figueira, antes de tomar el bus al aeropuerto en la vecina Plaza de Rossio donde nos albergamos..
Me vuelvo contento de esta vacación señalando tres puntos valiosos: El 10 de junio, día del aniversario de la muerte de Camoes, considerado el máximo poeta en lengua portuguesa, su monumento es cubierto de flores. No he leído que se haga eso con un general. La estatua del Rey Pedro IV en la popular Plaza de Rossio aparece tendiendo al pueblo lisboeta la constitución liberal gestada y redactada en Brasil. El santuario Cristo Rey con su imponente altura de 110 metros se ha construido en agradecimiento a Dios por no haber entrado Portugal en la Segunda Guerra Mundial.
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