Costa Rica desde siempre, se ha caracterizado por ser una democracia representativa, la cual, se encuentra muy alejada del imaginario colectivo que se publicita hacia afuera, esto debido a la doble moral y discurso, practicado al igual que naturalizado desde las altas cúpulas del poder opresor y patriarcal que la constituyó como República, en detrimento de los valores éticos y morales que deberían de caracterizar a un Estado Social de Derecho en pro del bien común.
Porque esta Nación, no ha sido congruente con su discurso de “paz y equidad social” en el sentido de prestarse vigilante, desde los más altos estratos de su institucionalidad, tanto política como social en cuanto a promover y proteger, la integridad y Derechos Humanos de todos sus habitantes y en especial de las mujeres, mismas que desde la niñez, pasando por la adolescencia, hasta la madurez, se han visto desprotegidas en todos los ámbitos de su actuar, por parte de los encargados de administrar justicia.
Muchísimas féminas y entre ellas me incluyo, nos hemos encontrado a merced de las peores vejaciones y violaciones ante el irrespeto a los derechos que nos amparan como ciudadanas de este país; donde no es la primera vez que se denuncian hechos de acoso sexual y violencia, por parte de altos jerarcas en el Poder Legislativo, Ejecutivo y hasta Judicial, incluso dentro de las Universidades Públicas en las cuales, también se ha naturalizado la violencia contra las mujeres, al violentarse tanto sus derechos laborales, como la integridad personal de cientos de estudiantes y profesoras que hemos sido agredidas, por el solo hecho de ser mujeres.
Así que ya basta de tanta impunidad, injusticia e indolencia. Porque hoy en día en Costa Rica, se sienta un precedente en cuanto al hecho de que las mujeres dentro de este país, no estamos dispuestas más a tolerar y menos ser objeto de cosificación, ante una lista de acosadores sexuales que se encuentran en diversas áreas del quehacer histórico-social de la “suiza centroamericana”. Basta de la doble moral, la cual se presenta permisiva, frente a los depredadores sexuales, sean estos quienes sean.
En lo personal, como mujer les creo a todas las denunciantes de acoso sexual, porque Ser Mujer en un país como Costa Rica, no vale nada y menos, si te atreves a denunciar a tus acosadores. Esta República, debe aprender a reeducarse desde las altas cúpulas, hasta las bases en cuanto al respeto y convivencia, frente a la integridad de quienes también, poseemos derechos y somos en general, ciudadanas activas dentro de la sociedad, trabajadoras, productivas e independientes en el ámbito intelectual y también económico.
Por ello hoy en día, TOMEN NOTA LOS ACOSADORES SEXUALES en Costa Rica, donde SI ACOSAN A UNA, NOS ACOSAN A TODAS, sin importar quién sea la figura o investidura en la que se pretenda amparar el presunto acosador, sea Premio Nobel de la Paz y dos veces Presidente de la República…
(Especial para el Diario Judío.com de México.)
Artículos Relacionados: