Cuando el sueño falta, la persona se siente irritada y de “mal genio” y si es una que lo padece de manera constante, puede llegar a afectar su bienestar emocional, su salud mental, su perspectiva, su desempeño y con frecuencia sus relaciones personales y cognitivas.
La privación del sueño, produce para quien la padece el volverse más reactivo emocionalmente, enojarse con facilidad en el trabajo, o con peleas frecuentes con su pareja y mostrando poca tolerancia con sus hijos.
El no dormir lo suficiente aumenta la probabilidad de que sus respuestas emocionales sean mayormente impulsivas e intensas. Es frecuente observar que esta reactividad emocional está más allá de ser una persona irritable.
Para quién lo sufre, puede llegar a ser agotador dado que se está a merced de sentimientos que le llevan a no saber cómo manejar las propias emociones.
La persona que no duerme de manera apropiada, posee en la mayoría de los casos de una elevada reactividad emocional, dado que dicha privación del sueño le afecta los “complejos centros emocionales cerebrales”, y por ello se es más propenso a reaccionar de manera exagerada o con ira y frustración.
En diversas investigaciones se demuestra que la privación de sueño aumenta la actividad en el centro emocional de respuesta rápida cerebral conocida como la amígdala, la cual controla muchas de las reacciones emocionales inmediatas de todos los seres humanos; así cuando el sueño es acortado, la amígdala se acelera y por ello se reacciona de manera intensa ante situaciones de vida tanto positivas como negativas.
Esta área cerebral con la falta de sueño, entorpece la intercomunicación entre el área que regula lo emocional o sea la corteza prefrontal, la cual dentro de sus muchas actividades, controla y frena el comportamiento impulsivo y cuando se vive una reacción impulsiva la trata de regular más al no dormir lo suficiente, esta área cerebral no realiza su función adecuadamente y las respuestas emocionales son más impulsivas e inadecuadas.
Ante ello, el dormir adecuadamente ayuda a lo emocional a ser más neutral y tener un adecuado control emocional.
El dormir mal, hace que la persona se enfoque más en la producción de pensamientos negativos y repetitivos, los cuales son intrusivos, difíciles de controlar y pueden tener un impacto en cómo se siente y funciona la persona.
El no dormir adecuadamente, puede a su vez relacionarse con el desarrollo de los trastornos del estado de ánimo, de la depresión o la ansiedad. Ante esta situación, es importante si es frecuente el no tener un sueño adecuado y reparador y para no caer en una problemática mayor, sugerimos el acudir a una ayuda y apoyo tanto psicológica como médica.
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