Si la condición de Yitzhak Modai para participar de la coalición gubernamental liderada por Yitzhak Shamir en 1990 se hubiese convertido en norma permanente, hoy, con seguridad, las arcas israelíes o el mismo Netanyahu estarían en bancarrota. Como se recordará, Modai demandó millonarias garantías bancarias para avalar el cumplimiento de promesas de quien asumiría la dirección del nuevo gobierno.
Como se sabe, las reservas monetarias y el tesoro israelí se encuentran en sus niveles más altos de la historia y el patrimonio de su Primer Ministro brilla en los primeros puestos de políticos millonarios de Israel. La motivación es muy sencilla y no justamente por el estricto cumplimiento de promesas electorales del Likud y su líder. La habilidad retórica de Netanyahu logró que la sociedad judía israelí se extasíe siendo alimentada ideológicamente con consignas viscerales que no son más que promesas quiméricas. La experiencia demuestra que una tras otra las promesas de Bibi y su partido son pisoteadas sin que ello modifique en lo mínimo la lealtad del rebaño electoral que demuestra la falta de visión crítica y una constante conducta robótica.
En estos mismos días fuimos testigos de la constatación de la violación de dos principios básicos de la plataforma de Netanyahu y sus colegas del Likud sin que su popularidad y la de su partido se deteriore en lo más mínimo.
Pese a las gastadas afirmaciones de Netanyahu, el sangriento operativo Margen Protector de 2014 no cambió ningún parámetro básico del enfrentamiento entre Hamas e Israel. El movimiento Hamas no modificó su única predisposición a negociar con Israel solo sobre la base de una Taadía (periodo de calma en árabe) o a una Hudna (armisticio) a largo plazo aunque no indeterminado. Ni pensar en un acuerdo de paz permanente.
El gobierno de Netanyahu, de la boca para afuera, se debate entre promesas de negar negociaciones con Hamas bajo cualquier condición, perseguir y combatir sin descanso a ese sanguinario grupo terrorista, y la más extrema, liquidar toda su capa dirigente borrando al movimiento del mapa.
Lo que se ve y escucha en un mitin electoral suele ser diametralmente opuesto a las opiniones que se vierten en una reunión secreta del gabinete de seguridad. La muchedumbre partidaria se pudo enardecer con el discurso del candidato, pero el Primer Ministro Netanyahu no tuvo otra salida más que agacharse ante la opinión de sus generales y jefes de seguridad. Según el General Sami Turgeman, Jefe del Comando Sur de Israel a cargo del frente Gaza “por el momento no hay mejor alternativa a Hamas como poder soberano en Gaza. La situación en Gaza no es simple. Se da la oportunidad de un largo periodo de tranquilidad, si sabemos comportarnos inteligentemente”[1].
Ya es de público conocimiento la existencia de avanzados contactos entre Hamas y Jerusalén donde se discuten las condiciones de un armisticio a largo plazo que podría incluir respuesta a la demanda esencial de Hamas: una significativa liberación del bloqueo en la entrada y salida de mercancías y personas a y de Gaza[2]. Los esfuerzos israelíes por desmentir estos movimientos diplomáticos son realmente patéticos. Tal como ocurrió con las negociaciones de la liberación del soldado Shalit, para no exasperar momentáneamente las barras bravas del Likud, funcionarios oficiales trasmitieron que solo se trata de pasos destinados a “chequear la viabilidad de un armisticio”[3].
Por más que lo quieran negar, quien pretendió dar imagen de matón de barrio con consignas ficticias en asambleas políticas, en el salón de la diplomacia terminó bailando al compás de la flauta de Hamas.
En el frente iraní la realidad no es muy distinta. Israel, liderado por la visión estratégica de Netanyahu, no está dispuesto a aceptar ninguna otra alternativa más que el desmantelamiento total de toda la infraestructura nuclear persa. Israel prefiere que este objetivo se consiga por acuerdos diplomáticos de las potencias mundiales. Si no se logra, o los acuerdos no satisfacen al liderazgo israelí, su cúpula mayor se encarga de acentuar repetidamente, inclusive hasta estos días, que “la alternativa de la solución militar permanece como opción real sobre la mesa de Jerusalén”[4].
Con la difusión en estos días de las memorias de Ehud Barak, ex Ministro de Defensa de Netanyahu, se pudo constatar que el gobierno de Teherán no corre ningún peligro inmediato pues las amenazas de boca de Netanyahu y sus ministros no son más que compromisos falsos, como un cheque sin fondos.
Ahora se sabe que no solo la cúpula militar, del Mosad y de los servicios seguridad de Israel se opuso a todo intento de ataque a Irán cuando el tema se trató en el gabinete de seguridad en el período 2010-2013. La posible bravuconada bajo la iniciativa de los aventureros Netanyahu, Barak y Liberman fue desbaratada gracias, entre otros, a la oposición justamente de Yaalon y Shtainitz, hoy ministros de Defensa e Informaciones y Estrategia respectivamente[5].
Para el analista Barak Ravid “El acuerdo nuclear con Irán acentúa el fracaso político de Netanyahu en su confrontación con los programas nucleares persas. Pero las declaraciones de Ehud Barak ponen en claro que el dislate fue mucho mayor desde el momento que Netanyahu fracasó en su intento de detener por la vía militar los proyectos iraníes[6].
No solo los iraníes duermen tranquilos. Lo mismo ocurre con Netanyahu, sus ministros y parlamentarios de la coalición que sostiene el gobierno. Solo es cuestión que Netanyahu, a la prontitud posible, sea capaz de sacar de su manga retorica otra promesa quimérica capaz de embelesar nuevamente a la mayoría del electorado israelí.
Ojalá me equivoque
[1] “Jefe de Comando Sur: No hay mejor alternativa a Hamas como poder soberano en Gaza”, Walla, 12-5-2015
[2] “Hamas: Israel trasmitió propuestas de un armisticio”, News 1 – Israel, 21-8-15, “Abbas tiene que olvidarse de gaza”, Shlomi El Dar, Al Monitor, 20-8-15, “Pese a declaraciones de Turquía, Israel no se apura a un acuerdo con Hamas”, Chanel 10, Israel, 17-8-15.
[3] “Israel: No hay contactos con Hamas por armisticio en Gaza”, Haaretz, 17-8-15
[4] Véase declaraciones de Netanyahu, Y. Shtainitz, Ministro de Informaciones y Estrategia y M. Yaalon, Ministro de Defensa en “Discurso de Netanyahu envió mensaje a Obama”, Walla, 14-7-15, Shtainitz a Radio Galatz: la opción militar sobre la mesa”, Radio Tzahal, 7-4-15, “EE.UU: el acuerdo con Iran fortalecerá la opción militar”, Maariv, 17-7-15.
[5] El bombardeo que no existió”, Nahum Barnea, Yediot Haharonot, 24-8-15
[6] “No engatusó, solo fracasó”, Barak Ravid, Haaretz, 23-6-15
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