¿Qué es la humildad?
Ser humilde no es pensar que no eres nada, que no vales nada o eres un fracasado. Al contrario, para ser una persona exitosa en la vida debes tener una autoestima alta y sentirte bien contigo mismo.
Entonces, ¿qué es ser humilde?
Es entender que todo lo que logras en la vida es solamente por tener ayuda del Cielo, ¡ayuda de Dios! ¡Es saber que sin la ayuda de Dios eres literalmente inútil!
Es pensar que, aun con todos los logros de tu vida, en realidad no sabes si estás haciendo todo lo que tu potencial te da para hacer, o todo lo que Dios espera de ti. ¡Es posible hacer mucho más!
Es no creer que vales más por tus talentos, ya que éstos fueron un regalo de Dios para ti, pero para usarlo en Su servicio, no para sentirte superior a los demás.
Consiste en reconocer tus cualidades y saber reconocer tus carencias. Al reconocerlo, puedes llegar al auténtico Abodat Hashem (trabajo verdadero hacia Dios). El Hombre Humilde sabe que su misión en este mundo es rectificar esas carencias.
Y por último, es saber que no eres perfecto y no enfocarte solamente en tus buenas cualidades, y estar orgulloso de ellas, sino darte el mismo tiempo para ver tus defectos, reconocerlos y trabajar para corregirlos.
Rab Shimshon Rafael Hirsch explica: “Nuestras Sagradas Escrituras no conocen una virtud más elevada ni más noble que la humildad, la mentalidad que reside en las profundidades del espíritu que es totalmente inconsciente de su propia importancia. Cualquier cosa que la persona humilde sea, posea, desee o logre nunca se debe a su propio actuar, sino que es exclusivamente producto de un Ser Superior. La persona humilde se considera a sí misma como una criatura creada por el único Dios, como Su hijo y Su sirviente. La palabra ‘yo’, pronunciada enfáticamente, es completamente extraña a su línea de pensamiento y a su mentalidad”.
Rab Zelig Pliskin dice que la humildad significa reconocer que no eres perfecto.
Excelente, Muy revelador.