El libro de Deuteronomio- que en el calendario anual de lectura de la Torá comienza a ser leído esta semana- se presenta como un largo discurso de despedida de Moisés.
Después de haber conquistado la orilla oriental del Jordán, el gran legislador reúne al pueblo en las llanuras de Moab. Allí recapitula la historia pasada de Israel con el fin de centrarse en la nueva y crítica situación del momento: una nueva generación, un nuevo liderazgo, una nueva tierra.
Así, el capítulo 1 versículo 5 del libro de Deuteronomio dice:
“En el otro lado del Jordán, en la tierra de Moab, Moisés se comprometió a exponer esta Torá”
Cada vez que la palabra “torá” aparece en los libros del Pentateuco no se refiere a toda la tradición bíblica, tal como hoy es entendida la palabra “Tora.” En libros como Éxodo, Levítico, Números, por ejemplo, “tora” son las instrucciones dadas por los sacerdotes en casos particulares (por ejemplo, la “Torá de la lepra,” la “Torá del marido celoso”, etc.).
Esto se debe a que el nombre “torá” se deriva de un verbo hebreo que significa “instruir.”
Para estar bien seguros, “torá” no era necesariamente la enseñanza de Dios. Como vemos en el Libro de los Proverbios, “torá” podría ser la enseñanza de un padre a un hijo:
” Hijo mío, no te olvides de mi torá, Y tu corazón guarde mis mandamientos;”, y
” Guarda, hijo mío, el mandamiento de tu padre, Y no dejes la enseñanza de tu madre;”
El término hebreo “torá” está relacionado con padres (en hebreo, horeh); y maestro (en hebreo, moré).
¿Qué es lo que Moisés instruye a las nuevas generaciones en las llanuras de Moab? ¿Cuál es la instrucción que el hijo, el estudiante recibe?
Lo que uno ha aprendido.
La fuerza del judaísmo consiste en la experiencia acumulada en más de 3500 años de historia. Experiencias que, como el TaNaKh lo expresa claramente, consisten tanto en errores cometidos como en la reconsideración de presupuestos y corrección de percepciones equivocadas.
El que Dios dirige las experiencias humanas es una cuestión de fe que no cambia el hecho de que los seres humanos aprenden a través de sus experiencias.
La “Torá” es una colección de libros cuya virtud es haber conservado los errores, así como las lecciones aprendidas por el pueblo judío. Su preservación y continuo estudio es lo que permite a las nuevas generaciones aprender de los errores de los que los precedieron y lo que debe hacerse para evitarlos.
Es también el aliciente para centrarse en la tarea que enfrenta todo ser humano: lo que la Torá define como convertirse en “socios para completar la obra de la creación.”
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