El trastorno bipolar, conocido con anterioridad como una enfermedad maníaco depresiva, es una enfermedad mental que se caracteriza por movimientos a veces drásticos o no en el estado de ánimo, alterado para quién lo padece en su vida familiar, académica, laboral y social.
Estos cambios en su estado de ánimo se generan dado que los mecanismos que regulan el estado de ánimo están alterados y quién lo sufre pierde el control sobre su humor, puesto que se le presentan períodos en que siente euforia desorbitada (manía), a los que le siguen períodos depresivos o mixtos.
Es un trastorno que afecta a las personas de todas las edades y hace su aparición alrededor de la adolescencia o en la juventud temprana y se prolonga a lo largo de la vida. En estudios recientes señalan que disminuye su aparición a partir de los 50 años y se considera que entre un 3% y un 6% de la población, desarrolla alguna forma leve de bipolaridad. A la fecha, es un trastorno crónico tratable mediante fármacos y psicoterapia.
Dentro de las causas, consideran los expertos que el trastorno es producto de la combinación de una serie de factores tanto genéticos, psicológicos y bioquímicos.
En relación con lo genético, la herencia familiar es importante y en estudios recientes consideran que un 80%-90% de las personas que la sufren, tienen familiares con alguna forma de depresión. Otras hipótesis señalan que junto a la predisposición familiar factores ambientales la desatan.
Otras investigaciones señalan que puede ser causado por un desequilibrio bioquímico, producto de una producción irregular de hormonas y cambio en los transmisores cerebrales (sustancias químicas cerebrales, que actúan como mensajeros entre las neuronas).
A su vez, otros estudios señalan como desencadenantes, factores psicosociales o acontecimientos estresantes. Enfermedades orgánicas como cambios en el ritmo vigilia-sueño, uso de fármacos como lo son los corticoides, antidepresivos, alcohol, droga o anfetaminas la pueden hacer presente.
Sintomatología:
Se caracteriza por períodos maníacos o eufóricos, los cuales pueden durar por espacio de dos semanas y cuatro a cinco meses, con episodios depresivos, con una duración aproximada de 6 meses.
Este es un trastorno crónico y su ciclo varía en relación con la frecuencia y al número de episodios y la base para su control es la asistencia del paciente al médico-psiquiatra para ser medicado.
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