Sin afán de incurrir en un error de generalizar. Si quiero comentar varios hechos preocupantes en la juventud que cada vez he escuchado más seguido y también he podido corroborarlo con una serie de instituciones y fundaciones que se dedican a trabajar con chavos de 12 a 20 años.
La situación ha cambiado. Hubo un cambio generacional en el que los que tuvimos padres muy estrictos, pasamos a ser padres muy “abiertos” y consentidores para apapachar a que nuestros hijos para que no sufrieran trauma alguno.
Por cierto esto es imposible ya que es parte de la condición humana.
Pondré un par de ejemplos.
Uno de ellos es el caso de un hombre creyente, muy alegre, trabajador, que sólo ha visto porque su familia esté bien. Es un hombre de buenos recursos económicos, lo que le ha permitido vivir con lujos. Este caso me dolió por la situación de salud en la que ambos padres encuentran.
La hija adolescente( ó adulta joven) de aproximadamente 21 años, que sale de Jueves a Domingo con un grupo de “amigas” sólo para regresar en un estado deplorable por la cantidad de alcohol que toma y las condiciones físicas en las que regresa a su casa.
Ella ya reta al padre y cuando este le dice “quédate en casa, no salgas con estas amigas, es peligroso en más de una forma”, “por favor no te vistas así”. La señorita responde: “es mi problema, hazme algo y yo te lo devuelvo, me tocas y yo te golpeo más, me cambias la llave y vengo con un cerrajero y abro las puertas”.
“No hay forma de controlarla” según dice él, por la forma en que se escapa y responde ó más bien reacciona. Cuando logra hablar con ella, le dice: ¿qué te hemos hecho para que nos trates así?, a lo que ella responde, “no me interesa”. “Por favor hija : no podemos estar las noches rezando para saber que algo malo te pasó ó en dónde y con quién estás, ó dónde te voy a ir a sacar”.
Todavía le exige al papá: “apúrate con mi colegiatura eh?” y él rápidamente cumple con su pedido. Si la chica de Jueves a Domingo toma cualquier cantidad de alcohol, hace viajes sin aprobación; Houston, Acapulco, etc. Entonces los roles se han intercambiado
Cuando éste señor platica la situación comienza diciendo: “le mando el chofer”… “ya me sentenció que si no le doy más dinero en la tarjeta, va a dejar la universidad”.
Sé que le manda el chofer para “asegurarse” de que no se escape, pero es un acto fallido porque ella de todas formas se escapa con su grupo de amigas del chofer.
Entonces aquí cabe preguntarse: ¿chofer?, no sirve, porque se escapa.
Esta chica, no ve de ninguna forma a el padre como una figura de autoridad y “sabe” perfectamente que ella tiene todos los hilos en la mano.
Pagar la colegiatura privada que es una fortuna. Que se la quite haber cómo reacciona ella ante la situación del padre de no ceder y tener que pagarse ella misma con el esfuerzo de su trabajo una colegiatura mensual bastante jugosa.
¿Tarjeta de crédito?, debería quedar cancelada también, porque si no como decimos en México: “le mete unos golazos de miles de pesos” a la semana.
Esto empieza con algo que desafortunadamente muchos padres no siempre -por el gran amor- que le tenemos a nuestros hijos hacemos desde el principio: Ponerles límites.
Y con esto no me refiero a encerrarlos e impedirles cualquier cantidad de permisos. Pero mientras alguno de estos muchachos vean que logran lo que quieren, al precio que sea. Sorpresa…la situación seguirá siendo la misma, ya que logran satisfacer sus deseos que parecen no tener fin.
El otro caso: un joven que no repara en lo más mínimo para exigir, con todo y un lenguaje bastante florido el que se le dé todo lo que necesita y de inmediato. Los padres a pesar de tener una buena situación económica, rápidamente dicen: claro ahorita te lo doy!. Error, aquí también los roles se intercambiaron.
Entonces y ante la situación terrible de falta de respeto con la que se dirigía a sus padres. Ellos con todo el dolor de su corazón le dijeron: “te daremos para tus estudios, pero no cederemos ante tus exigencias”, “no somos tus esclavos, somos tus padres y nos debes respeto”.
El terapeuta les dijo: no se sientan culpables, más bien: no cedan, aún con el cariño más grande, le hacen más daño, porque alargan su estado de exigencia y esto sólo le perjudica. Y nada va a llenar su exigencia a pesar de que los vea mal o enfermos. Pongan límites. Eso es el mayor acto de amor, porque así lo harán independiente, autónomo, y lo más importante no seguirán este vórtice de autodestrucción”.
Estos dos chavos y otros casos más aprovechan su situación para maltratar verbal ó físicamente no sólo a sus padres sino a quién no cumpla con sus exigencias.
Si comienzan con la demanda de: “te odio”, “si no me ayudas, me mato”. Pues no cedan, se muerden la lengua y le dicen, “si eres adulta(o) para ciertas cosas, entonces sé adulta(o), para todo: empieza a pagar tú colegiatura, no hay chofer particular no hay tarjeta de crédito sin límite, etc.”, “Es hora de que te responsabilices”.
En casos como estos, en qué son más grandes de edad, se dificulta más para los papás, porque simplemente no les pusieron límites a tiempo a sus hijos desde pequeños. Los hijos como los que arriba mencioné, sólo alzan la mano y sin parpadear, los padres corrieron a asistirlos.
Es más difícil hacer cambios cuando le educación ha sido a lo largo de su corta vida: darles todo “cortadito y a la boca”.
Por supuesto el pensamiento de ellos es: “me merezco todo y Uds. deben dármelo en el momento que lo quiero”. Esto tampoco les ayuda a saber esperar. Y esto sólo vislumbra un poco lo complejo de estos casos.
Seamos padres que nos interesen nuestros hijos, que les inculquemos amor por D´s, respeto por los padres, respeto hacia los demás, respeto por ellos hacia su propia persona. Mantener abiertos los canales de una buena comunicación, darles cariño (no sobreprotección) , reforzarles confianza, nunca prepotencia.
Ser coherentes con los que pensamos y actuamos, para ser ejemplo. Cerrar filas, en el sentido de estar cerca para ellos, que sepan que respondemos como padres, no como amigos.
Son muchos los factores que influyen y hay temas unos más graves que otros pero ciertamente, algunos de estos consejos pueden servir en casos donde los límites tienen que comenzar temprano y en casa.
Los padres tenemos que dar el ejemplo, para que los hijos lleven una autentica vida judia, si los padres no dan el ejemplo todos los dias,los hijos piensan que no es tan importante y por eso se van por caminos muy diferentes de lo que es el judio, y eso es muy triste, por algo D nos dio la Torah, tenemos que ser ejemplo en este mundo