Actualmente son once los municipios que componen la zona enoturística de Querétano, donde disfrutamos de vino, queso y arte, que junto a los fantásticos paisajes naturales, nos regalan momentos fabulosos. Las excelentes condiciones de la tierra, dadas por el clima semidesértico y las características de los suelos, junto con el talento de enólogos y queseros, han dado paso a una cultura del vino y a la crianza de ganado.
En esta zona de deliciosos sabores, también destaca el trabajo de artistas y artesanos, que nos alegran los sentidos con sus coloridas creaciones. La más representativa de ellas es la bella muñeca de trapo tiernamente llamada Lele, que con su sencilla belleza le ha dado la vuelta al mundo y se ha convertido en un símbolo de la cultura mexicana. Su nombre, de origen otomí, significa bebé y es elaborada por artesanos indígenas de Amealco de Bonfil, y en el 2017 fue declarada como Patrimonio Cultural del estado.
Visitar la región de vinos es una invitación a descubrir la gastronomía típica queretana, que marida delicioso con los vinos producidos en las bodegas vitivinícolas, que año tras año hechizan a miles de turistas. Para cada platillo hay un vino: los tintos maridan delicioso con la barbacoa de Cadereyta, con el zacahuil de Jalpa y con el mole de guajolote de Amealco; los blancos, hacen un sorprendente maridaje con los tamales de queso; mientras que los rosados son ideales para deleitarnos con los dulces de leche de cabra de Bernal. Definitivamente, la auténtica magia de Querétaro reluce cuando probamos sus sabores.
En la región de vinos, los productores nos reciben para mostrarnos el proceso de elaboración de los vinos, que abarca desde visitas a los viñedos con actividades como pisado de uvas, fiestas de la vendimia, recorridos por los tanques de fermentación y áreas de embotellado, hasta deleitarnos con catas y maridajes, o con deliciosas comidas en sus restaurantes.
También hay queserías que nos sorprenden con el sabor de los quesos elaborados con leche 100% natural, y que nos permiten descubrir el proceso de elaboración, y hasta acariciar y alimentar a las cabras, ovejas y vacas que pastorean en los enormes prados. Además de la venta de sus quesos, también cuentan con restaurantes donde la estrella principal de los platillos es el queso.
La importancia del queso y del vino para el estado es tanta, que incluso cuenta con su propio Museo del queso y el vino y la Escuela de vino. Dentro de esta región, podemos disfrutar de muchos lugares de gran atractivo y con diversas actividades, como el Parque Bicentenario, visitar las minas de ópalo, recorrer la famosa Tequisquiapan, asombrarnos con el Jardín botánico de Cadereyta, visitar una fábrica de cerámica, maravillarnos ante la imponente Peña Bernal, admirar el Puente de la Historia, y hasta refrescarnos en el manantial El Millán.
Los cielos interminables y los paisajes queretanos, son los compañeros constantes durante la visita a la región de vinos. Ya sea que paseemos entre vides, alimentemos a una oveja, o simplemente nos sentemos a mirar mientras maridamos quesos y vinos, Querétaro nos ofrece una escapada perfecta e inolvidable.
www.debybeard.com
Artículos Relacionados: