La persona siempre debe dirigir sus pasos de acuerdo con lo que sucede a su alrededor, empezando por los miembros de su familia; luego, con el círculo de amigos cercanos y luego con el de amigos lejanos. Siempre debemos tomarlos en consideración y ayudarlos.
Ésta es la receta con la que Hashem creó el mundo, tal como escribe Rab Eliahu Dessler, que el propósito de la Creación es que el hombre esté rodeado todo el tiempo de bondades: en casa, con la esposa, con los hijos y con todos los que lo rodean. Así dice David Hamelej: “Pero el bien y la bondad me persiguen todos los días de mi vida”.
El mundo no podría existir si cada cual hiciera sólo lo que la ley obliga a hacer, porque dentro de la definición de lo que es “hacer el bien” se incluye el hacer más allá de la línea del deber.
El hombre tiene un alma especial. Dios creó al hombre así para que esté rodeado toda la vida de la cualidad de dar.
Desde el momento en que nace, el hombre recibe y también aprende a dar, y el ciclo de dar sólo va en aumento con los años, cuando se casa con una mujer y luego tiene hijos y forma un hog
Artículos Relacionados: