La palabra placer la tendemos a relacionar con temas eróticos, casi con los siete pecados capitales. En ello va implícito el olvido de nuestros cinco sentidos, nuestra interconexión con el mundo externo.
La vida va tan de prisa que adelantamos el sentimiento a esta sensación, como por ejemplo al ver una foto del mar nos enamoramos de la escena. Al hacer un viaje, al llegar, en lugar de disfrutarlo nos enfocamos en las incomodidades que esto conlleva, los costos, el transporte, las dificultades, entre otras cosas.
Reconectarnos con nuestros sentidos es una experiencia que vale la pena intentar y como todo lo que atañe a la Ley de atracción hacerlo un hábito es una obligación.
En nuestra cultura se tilda de hedonistas a aquellos que buscan el placer; se les percibe como frívolos y superficiales, olvidándonos que el ser humano está diseñado para sentir y vivir las emociones; prescindir de ello es negar nuestra naturaleza.
Los niños ríen con facilidad y lo aplaudimos; los acariciamos con naturalidad, les hacemos cosquillas en un marco sano y de bienestar; los adultos comúnmente aceptamos la búsqueda de la felicidad, pocas veces reconocemos que nos es grato.
La resistencia a disfrutar tiene sus orígenes en una creencia limitante llamada culpa. Nos negamos a vivir el momento.
El placer y la libertad en vez de ser otorgados por alguien son innatos, deben cuidarse.
Deja los prejuicios y actúa desde hoy, el camino de mil pasos comienza dando el primero. Atrévete a ser optimista, permítete arriesgarte, experimentar, ver la cara amable de lo que estás viviendo por muy duro que sea, obtendrás una enseñanza. El optimismo eleva tu sistema inmunológico.
Cuesta lo mismo ser negativo que positivo, así que vamos por la segunda que es lo primero.
Rodéate de cosas bellas sin que ésto signifique que tengan que ser caras o excesivas, recuerda que atraerás más de lo que estás viendo tomando en cuenta el principio de la Ley de Atracción. La belleza puede estar en un cuadro de colores que pintes, en unas flores que decoren tu cuarto, desarrolla tu sentido estético lo que te llevará también a ser más creativo.
Esto te enlazará con el estado placentero y vivirás en un mundo de colores, distinto a las tonalidades grises que has elegido, hasta ahora quizás.
Si reprimes tu olfato, te privarás del olor de la tierra mojada o del olor al pan recién horneado al cruzar por una panadería.
Observa tu respiración detenidamente el “Prana”, el “Chi”, como le llaman en la India y en China respectivamente, es la base de toda nuestra existencia. Encuentra también en este acto tan hermoso la serenidad y la paz que requiere tu cuerpo y tu mente para relajarte y estar en equilibrio.
Presta atención a lo que comes, saboréalo, es una frase común y poco usual, créeme que da otro sabor a la vida.
Si te molestan los ruidos usuales de la gran urbe, toma unos momentos para escuchar a los pájaros, el agua correr o la música que te gusta, para eso también tenemos oídos.
El tacto que te permite dar y recibir abrazos, caricias.
Atrae más hacia ti lo que te gusta. En este ejercicio tan sencillo y básico te reencontrarás con lo que tienes a la mano, tus cinco sentidos.
¿Has observado si utilizas tus cinco sentidos en conciencia?
Te deseo un fantástico viaje, recuerda observar tu palabra que es mágica #piensaantesdehablar
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